Red Matter 2
- PlataformaPS59PC9
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorVertical Robot
- Lanzamiento18/08/2022 (PC)18/05/2023 (PS5)
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorVertical Robot
Red Matter 2, análisis Meta Quest 2. SciFi clásica con tecnología de vanguardia
El estudio de desarrollo español Vertical Robot vuelve a subir el listón gráfico en los juegos standalone de Quest 2.
Se ha estandarizado que, a nivel visual, un gran número de juegos de la consola Meta Quest 2 luzcan pobres de texturas, colores y número de polígonos en pantalla. Es el peaje a pagar por un sistema VR standalone, dicen. Así, resulta abismal la diferencia gráfica cuando el aparato hace correr los juegos de PC vía inalámbrica o Air Link.
Las limitaciones de Quest 2 son evidentes, no deja de ser tecnología móvil potenciada al máximo para ejecutar mundos en realidad virtual. Si bien hay juegos cuya inteligente dirección artística suple cualquier carencia técnica (véase Beat Saber o Superhot VR), en otros la percepción es de pobreza visual y de encontrarse a años luz de lo que puede reproducir un casco conectado a la potencia de un ordenador.
Vertical Robot, llevando Quest 2 hasta el infinito y más allá
Pues bien, el estudio Vertical Robot (formado por experimentados desarrolladores que pasaron por clásicos modernos de la altura de Castlevania: Lord of Shadows o Spec Ops: The Line) pone en evidencia a esos juegos comentados que parecen conformarse con el mínimo lustre gráfico. Ya en la primera entrega de Red Matter, tomando como base una versión modificada de Unreal Engine realizaron una optimización para Quest 2 que resultó del todo asombrosa. Las ventas acompañaron, siendo mucho más generosas aquí que en otros dispositivos, por lo que los esfuerzos se centraron a partir de ahí en el standalone de Meta.
Con tal precedente estaba claro que, en su segunda parte, los españoles echarían toda la carne en el asador. Red Matter 2 cumple totalmente en ese sentido. Reflejos, luces, partículas, definición, trasparencias, posibilidades de interacción… y se convierte por derecho propio (y varias cabezas de ventaja) en el techo técnico de la consola. Es un título que podría pasar por lustroso juego de PCVR sin ningún problema, así de rotundo lo decimos. Para que os hagáis una idea, hemos disfrutado incluso de los momentos que camuflan la carga entre niveles, porque hasta ellos resultan impresionantes de observar (escaneo de nuestro cuerpo con iluminación, sombras y brillos variables).
Los escenarios lucen sólidos en su homenaje al brutalismo soviético. Enormes construcciones que se sienten hierro, piedra y hormigón. Nada se ve de cartón piedra o nos hace pensar que estamos ante meros decorados. Su dirección artística y la ejecución de esta da como resultado credibilidad y, gracias a la realidad virtual, escala y presencia.
Red Matter 2 y lo que esconde bajo la escafandra
Por supuesto, todo lo comentado se quedaría en demostración técnica si no hubiera debajo un trabajo narrativo y mecánico a la altura. Y aquí también se aprecia lo aprendido. Red Matter 2 continúa justo después de la primera parte, pero no os preocupéis, no es necesario haber disfrutado del anterior juego para hacerlo con este (aunque desde aquí os recomendamos que os hagáis igualmente con él). Eso sí, casi al empezar nos encontramos con un pequeño museo que rinde tributo al primer título y que sirve, a la postre, como guiño a los jugadores que vienen de vuelta a este universo. Seguimos pues dentro de un homenaje a las viejas novelas de ciencia ficción en una guerra fría llevada al espacio, con una arrebatadora ambientación retrofuturista en la que las pantallas son curvadas, redondeadas y de fósforo, y las acciones físicas están a la orden del día.
La historia, aunque menos confusa que en el primer juego, no es el fuerte de este Red Matter 2. Lo que sí se mantiene intacto es el tono, el ambiente, las sensaciones que quiere transmitir de la SciFi sesentera y setentera del siglo pasado. Potencias enfrentadas y alianzas de naciones ficticias pero del todo identificables, espías, agentes dobles, científicos perdidos, alucinaciones, la omnipresente materia roja, misiles, laboratorios, experimentos que abren portales a otras dimensiones... No hilaremos nada para que seáis vosotros quienes deshagáis la madeja.
Dejamos atrás Rhea, aquella luna de Saturno del primer juego, para visitar lugares aún más espectaculares. Y lo son porque disponemos de más tiempo para disfrutar de vistas que quitan el aliento. En Red Matter solo estábamos uno pocos minutos en el exterior, antes de introducirnos en la base de investigación hasta el final del juego, que es cuando salíamos de nuevo, pero en un momento de urgencia. Y era una pena, porque deleitarse con los colores, el paisaje, las nubes, la puesta de sol, aquel enorme planeta ocupando casi todo el horizonte, era el sueño de muchos hecho realidad. La RV nos permitía sentirnos presentes en un lugar mil veces imaginado, visto en películas, leído en cómics y libros.
Vertical Robot parecen haberse dado cuenta de esto, y han aumentado en Red Matter 2 el tiempo que podemos disfrutar de estos increíbles lugares y paisajes. Y lo han hecho de la mejor forma, integrando en estos espacios la historia y las mecánicas. Ahora debemos dar con la tecla, resolver algún puzle, para seguir avanzando hacia interiores, siendo tremendo el placer de poder realizar dichas tareas en entornos tan arrebatadores.
Todo suma en Red Matter 2, y las antiguas y nuevas mecánicas amplían el propio género del juego, que lo llevan al más amplio de la Aventura. A la resolución de puzles que hemos comentado (ahora con una curva de dificultad más liviana que nos permite avanzar sin que se interrumpa el flujo del juego, por lo menos hasta llegar a ciertos puntos de la historia), se unen ahora más elementos. Pongamos algunos ejemplos: Su implementación natural del jetpack hace que ya no corresponda al desplazamiento hacia un punto fijo, como en Red Matter. Variar el lugar de llegada en pleno desplazamiento fuerza la distancia que podemos alcanzar, asimilando y enriqueciendo así la parte plataformera al dotarla de incertidumbre. Un original pirateo de sistemas informáticos juega con la sensación 3D que nos brinda la Realidad Virtual, y un arma de rayos servirá tanto para las escenas de acción como para romper las que unas horas antes eran de sigilo. Siendo, como véis, algo más animado que su antecersor, esta segunda parte se desvive en ajustes para que la experiencia sea cómoda y plena para el mayor número de jugadores posibles.
Cada zona a la que llegamos, exterior o interior, es estanca. Sea su sentido el puzle (la mayor parte del tiempo), la acción, las plataformas o una combinación de las tres, esto quiere decir que tenemos en ella lo necesario para resolver la situación que nos permitirá avanzar hasta la siguiente estancia. No es hasta las últimas horas de juego que debemos tirar de elementos que, pensábamos, habíamos dejado atrás en habitaciones ya no visitables. De la misma manera, Vertical Robot nos deja con la miel en los labios a la hora de dar pinceladas que eviten la reiteración. Una pequeña parte en la que controlamos de forma remota un pequeño zepelín nos hará echarlo de menos el resto del juego.
Lo extraño de llevar ganchos en las manos para realizar todas las acciones ya se demostró acertado en el primer juego. Esos ganchos son los mandos que portamos en nuestra realidad, por lo que la falta de tacto en RV está justificada, siendo suplida por un inteligente control de la vibración. Tal vez esta debería haberse usado de forma intensa en Red Matter 2 a la hora de levantar grandes cajas. La sensación de que no pesan absolutamente nada casi logra sacarte de la experiencia. En el lado contrario, hay detalles que resultan alucinantes como un folio que se dobla mientras lo tenemos cogido, o cómo podemos ver la luz incidiendo en el líquido que contiene una botella para seguidamente romperla en pedazos contra la pared.
Este alto nivel de interacción recuerda por momentos a Alyx. Suponemos que la obra maestra de Valve ha sido fuente de inspiración para Vertical Robot. Nos sorprenderemos, como en el spin off de Half Life, tonteando y jugando con objetos para ver su reacción con el entorno: golpeando un saco de boxeo, sacudiendo una bota boca abajo para ver si esconde algo o simplemente colocando un rollo de papel higiénico en su soporte de un retrete por el simple hecho de que podemos hacerlo.
Es sabido que la consola de Meta ha sido la base para crear Red Matter 2, hasta el punto de que se llegó a pensar que habría una exclusividad temporal. Finalmente, su lanzamiento se ha realizado también en PCVR, donde elementos como la resolución y las sombras marcan la diferencia. Por su parte, el juego estará ausente en el ya casi extinto PSVR, aunque suponemos (y deseamos) la llegada a PSVR2 cuando toque. Pensamos que la versión de Quest 2, sin diferencias abismales con la de PCVR, es una excelente opción de compra. La posibilidad que ofrece un sistema standalone sin necesidad de cables, PC o cámaras externas para disfrutar con libertad del juego en casi cualquier parte, es una interesante y atractiva ventaja.
Conclusión
Red Matter 2 es un portento técnico en Meta Quest 2. Vertical Robot han subido, con esta segunda parte, un listón que ya habían establecido ellos mismos con su anterior juego. Es un top gráfico que dinamita los supuestos límites de la consola standalone y que debería suponer una llamada de atención para los demás desarrolladores. Pero sus bondades no se quedan ahí. Tenemos ante nosotros una excelente aventura retrofuturista que se abastece de puzles, plataformas y acción. Con un estupendo doblaje al inglés y traducido a nuestro idioma (esperamos que cuando llegue el doblaje al español, el resultado no desmerezca, como sí ocurrió con su primera parte) y una banda sonora épica y emocionante por momentos, la trama nos lleva hasta otros mundos a través del misterio, alianzas continentales enfrentadas en un ambiente de tensa guerra fría y una omnipresente materia roja que proviene de otra dimensión. Y en otra dimensión nos ha hecho sentir este juego, una en la que quedar embelesados, desde un asteroide, con el paisaje que pone todo un planeta a nuestros pies. Imprescindible.
Lo mejor
- Un portento técnico, el top en Quest 2.
- Puzles ingeniosos que te hacen experimentar con el entorno.
- Las nuevas mecánicas llevan el juego hasta el género de la aventura y la acción.
- El tiempo que se nos permite estar en paisajes exteriores, arrebatador en VR.
- La solidez de sus escenarios y el gusto de su dirección artística.
- Su impresionante banda sonora.
- Sensación de presencia y escala, la Realidad Virtual se hizo para esto.
Lo peor
- Que avanzada la aventura nos rompa el ritmo un puzle demasiado confuso o difícil de resolver.
- La ausencia de sensación de peso cuando levantamos grandes objetos.
- No memoriza ajustes como los de audio tras cada partida. Detalle menor que puede solucionarse con un parche.
- Aunque más duradero que su predecesor, nos gustaría que no terminara nunca.
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.