Análisis de Skydance’s Behemoth, esencia Shadow of the Colossus en realidad virtual

Los creadores de videojuegos de realidad virtual como The Walking Dead: Saints & Sinners –con sus dos notables entregas– o el más irregular Arashi: Castles of Sin, regresan una vez más a su medio natural con Skydance’s Behemoth, una aventura de acción, espada y brujería que dio mucho que hablar por su espectacular puesta en escena y sus similitudes con todo un clásico como Shadow of the Colossus en aquello de cargarnos monstruos colosales, cómo no, en formato VR. Así, a finales de 2024 llegaba a PC VR, Meta Quest y PS VR 2 lo nuevo de Skydance Interactive, una superproducción especialmente diseñada para hacernos sentir como verdaderos héroes de las Tierras Abandonadas, un reino asolado por la amenaza de fuerzas oscuras y unos gigantescos seres que parecen inmortales; hasta nuestra llegada.

En Skydance’s Behemoth somos Wren, un cazador que busca la cura a una maldición que le afecta tanto a él como a su pueblo. Para ello, tendrá que luchar contra los llamados Behemoths, unos seres enormes que deambulan por las llamadas Tierras Abandonadas y que son la clave para deshacernos de tan terrible condena. Por suerte, contaremos con la ayuda tanto del Trampero, un guerrero que nos proporcionará diferentes ayudas, y de Silja, un espíritu dispuesto a liberar todo nuestro potencial. A partir de aquí tenemos por delante una aventura completamente lineal –con nuestro propio hogar a modo de hub en el que mejorar nuestras aptitudes y ver los numerosos coleccionables que vayamos recogiendo– a través de la cual visitar diferentes partes de este mundo fantástico con un claro objetivo: destruir a los cuatro Behemoths.

El juego está desarrollado bajo Unreal Engine 5, lo que se traduce en una puesta en escena más que llamativa y vistosa para tratarse de un título de realidad virtual, aunque no está exento de ciertas físicas mejorables, especialmente en algo tan importante como el manejo de la espada u otras armas. En cualquier caso, estamos ante uno de los videojuegos VR con mejores gráficos hasta el momento; y en el caso de PS VR 2 en PS5 Pro, luce de maravilla, con texturas bastante cuidadas, distancias de dibujado sorprendentes e incluso ciertos efectos y partículas de lo más vistosas; mención especial a su violencia explícita, especialmente cuando clavamos nuestra espada en los cuerpos de nuestros sufridos enemigos. La banda sonora es de corte épico y nos sumerge con éxito en su atmósfera fantástica, con las voces en inglés y los textos en castellano.

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A nivel de jugabilidad, Skydance’s Behemoth nos ha dejado algo contrariados. Si bien ciertos enfrentamientos o tramos de plataformas no están nada mal desde el punto de vista de la realidad virtual, en otros momentos nos vemos francamente superados por la torpeza de algunas acciones. Eso sí, los combates contra los Behemoth son una pasada y nos sentimos como verdaderas hormigas frente a tan descomunales monstruos. Para vencerlos tendremos que localizar sus puntos débiles y seguir una serie de mecánicas únicas para cada uno de ellos. El resto de la aventura sí se siente algo repetitiva, especialmente cuando debemos enfrentarnos a diferentes oleadas de enemigos cuyos modelados son los mismos una y otra vez. Y es que el esquema de los niveles no varia mucho entre sí, volviéndose muy previsible demasiado pronto.

Podemos gestionar nuestro inventario de una forma bastante intuitiva, recoger armas, sustituirlas por otras, curarnos, hacer uso de un gancho para superar alturas o distancias largas, escalar, mover cajas o recurrir al dash o nuestro poder latente que nos otorga superfuerza durante unos segundos. Además de resolver pequeños rompecabezas aquí y allá, todo ello para seguir avanzando sin demasiados problemas. Y si bien es cierto que el título sufrió de ciertos bugs o problemas en su lanzamiento original, sus creadores han trabajado para subsanar todos estos contratiempos hasta la versión que tenemos disponible hoy en día, mucho más estable y sin errores de peso. Como añadido, se incluye una beta de un modo horda que, a decir verdad, no resulta muy atractivo más allá de un par de oleadas.

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