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Crónica de un experimento

Qué pasa cuando juegas a Elden Ring sin haber tocado nunca un Souls

¿Es tan difícil como dice la leyenda? ¿Es posible progresar y disfrutar de Elden Ring sin haber tocado antes un juego de From Software?

Qué pasa cuando juegas a Elden Ring sin haber tocado nunca un Souls

Elden Ring ha sido uno de los lanzamientos más esperados en este 2022 y a día de hoy sigue dando de qué hablar. Y no es de extrañar; los Soulsborne causaron toda una revolución en el rol hasta el punto de crear un género propio. Así, Hidetaka Miyazaki ha marcado un nuevo estándar sobre el diseño de desafíos en un videojuego, y sus obras se han convertido en las grandes protagonistas del debate cíclico sobre la dificultad de los videojuegos. Elden Ring, como no podía ser de otro modo, reavivó de nuevo la cuestión de si los Souls debería tener modo fácil, en favor a atraer a nuevos jugadores que se sienten abrumados ante un reto cuya fama le precede. No obstante, ¿tan difícil es Elden Ring? ¿Es posible progresar y disfrutar de él sin experiencia previa en los Souls? Para comprobarlo, he decidido convertirme en una Sinluz.

¿La curiosidad mató al Sinluz?

Mi experiencia con los Souls ha sido más bien escueta; coqueteé con Bloodborne en una sesión breve llevada por la curiosidad. Me pareció un juego bello, pero decidí aparcarlo porque en ese momento no era la clase de juego que buscaba. Esta es una sensación que considero que hemos experimentado todos los jugadores: a veces nos encontramos con un título que reconocemos como una maravilla, pero que no hemos jugado en el momento adecuado, y acabamos inclinándonos por otros títulos en nuestra estantería con los que conectamos mejor.

A Elden Ring me llevó la pura curiosidad. Es imposible ignorar los Souls, incluso si tienes claro que tu perfil como jugador es buscar títulos para relajarte y con un desafío mínimo. Y cabe decir que alrededor de los Souls existe una leyenda oscura sobre su dificultad endiablada, desafío extenuante y comunidad elitista y tóxica. Y, al igual que en todas las leyendas, hay más exageración que realidad.

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Por supuesto, Elden Ring no es un paseo por el campo. Pero cuando hablamos de los Souls olvidamos que los títulos difíciles siempre han existido en el mercado, junto con otros mucho más asequibles. Cuphead nos trajo un boss rush tan difícil como delicioso a nivel estético y no olvidemos la era de las recreativas en la que nos dejamos los ahorros en títulos como Ghosts & Goblins. Así, ningún jugador es ajeno a lo que es la dificultad de un juego, y puede preparar su paciencia previamente a dedicar horas y horas a Elden Ring.

¿Difícil o desafiante?

No obstante, ¿es Elden Ring un juego imposible para una novicia en los Souls?

Para responder a esta pregunta, es necesario definir qué es la dificultad. Nuestro compañero Fran J. Brenlla ya había profundizado en esta cuestión: “De este modo, por ejemplo, podemos catalogar como 'dificultad lógica' a la necesidad de asimilar y aplicar de forma adecuada las reglas propias del mundo virtual (las aventuras gráficas giran por completo en torno a ello), como 'dificultad táctica' a la elaboración de estrategias óptimas (con vistas a medio-largo plazo en géneros como los RPG), como 'dificultad espacial' a la capacidad de orientación y memorización en niveles no lineales (hola, metroidvanias) y como 'dificultad mecánica' a la destreza ejecutando las acciones a través de la interfaz de control (que no se reduce al combate y se puede centrar en el aspecto motriz, véanse plataformas de precisión milimétrica como Celeste)”.

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Tras varias sesiones con Elden Ring, descubrí que no es un juego que requiera unas competencias excepcionales del jugador, si no más bien que reconfiguremos ciertos convencionalismos aprendidos del rol. A la hora de construcción de personaje, sí que me vi abrumada ante el abanico de atributos. Si bien algunos son muy autoexplicativos, otros no tanto. Finalmente, me decanté por hacer una confesora armada con espada y escudo. Protegerme con escudo fue un consejo que me dio un buen amigo.

Mi naturaleza curiosa me hace investigar caminos alternativos al que el juego sugiere como el principal, y es por esto por lo que no me salté el tutorial donde aprendí las mecánicas básicas. Y aquí es donde me encontré al primer boss, ése que te ponen en el tutorial para recordarte dónde estás y dónde te has metido. Un boss. De ésos con una barra de vida que ocupa el espacio inferior de la pantalla. Y, tras tres intentos aplicando la esquiva, el ataque por la espalda, sentí esa satisfacción propia y adictiva de haber superado un reto. No uno de esos retos extenuantes, pero un reto al fin y al cabo.

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En este tutorial reafirmé lo que ya sabía de los Souls y que se ha convertido en sabiduría jugona compartida. Elden Ring, como buena obra From Software, castiga muchísimo los errores. En ese sentido, lo comparo como si fuera una experiencia hiperrealista: en la vida real, un guerrero muere de uno o dos tajos y en Elden Ring también. Incluso el juego se permite la licencia de la magia y la curación rápida.

Aprender a buscar tu propia luz y guía

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Al salir de la Cueva del Conocimiento (nombre más que apropiado), descubres con cierta vergüenza que dicho jefe no es más que un soldado raso potenciado para el encuentro. Y te sumerges en la plena experiencia de Elden Ring. Al contrario que otros RPG, no cuentas con una guía que te va desvelando todo lo que debes tener en cuenta en la partida. Te encuentras sola con tus recursos y tú eres quien debes saber entre líneas de cada muerte para sacar la lección.

Al igual que Bloodborne, Elden Ring me está pareciendo un juego muy bello, con una imaginería y un preciosismo que abruma y que confiere al juego de personalidad propia que le diferencia el clásico “RPG de fantasía medieval”. Como bien sabemos, el lore de Elden Ring no sigue una narrativa lineal clásica, sino que se plantea como un puzle en el que el mismo jugador busca y encaja las piezas, y esta forma de desenvolver la historia del juego me está resultando curiosa. El mismo Miyazaki ha relatado en entrevistas que este es el tipo de experiencia que desea reflejar como diseñador, según contó en la presentación de Déraciné: “De pequeño, leía libros destinados a un público de mayor edad, y me costaba entender algunas palabras o conceptos. Entonces resolvía esas lagunas de la historia con mi imaginación, o retomaba la lectura años más tarde. Este proceso ha influenciado en mi diseño de narrativa, y me gusta crear en el jugador esa satisfacción de entender un universo complejo”.

Y así, he mantenido la curiosidad de conocer más sobre el universo de Elden Ring y de los personajes que conozco por el camino y con quienes la conversación varía en cada interacción. A nivel sonoro, destaco el inglés tan literario en el que hablan, con una dicción exquisita y que redondea la ambientación. Y también resulta sorprendente los encuentros inesperados en ciertas actividades rutinarias, como el sentarme a reposar en un lugar de Gracia y que de pronto se active una cinemática para conocer a alguien muy especial.

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Elden Ring resulta un juego tan hermoso como desafiante, pero se trata de esa clase de desafío tentador que, en lugar de repelerte, te incita a que lo intentes de nuevo. Y es que el prescindir de todo tipo de guía es, al mismo tiempo, la puerta a una libertad casi absoluta para explorar y experimentar hasta dar con la técnica adecuada.

La sabiduaría de elegir los combates

Otro de los convencionalismos que me vi obligada a renunciar en mi partida es aceptar que no todo combate es obligatorio. Ni por orgullo. Y esta es una valiosa lección que aprendes a los pocos minutos de empezar a jugar. Asimismo, enseguida te acostumbras a no subestimar a ninguno de los enemigos menores, en especial si van en grupo. Y, una vez asimilas el sistema de combate y eres consciente de tu propia fragilidad, los combates menores son mucho más llevaderos, hasta el punto de que construyes una nueva rutina donde andas más alerta que en el clásico farmeo mecánico y aburrido de otros RPG.

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Tras unas pocas sesiones, Elden Ring se ha asentado en mi ludoteca como un juego de fondo, en el que acabo cultivando la paciencia mientras exploro zonas nuevas, pruebo estrategias diferentes y me choco contra un jefe una y otra vez. Encontré, casi sin proponérmelo, al Hombre Bestia de Farum Azula, y tuve unos pocos intentos contra él. Debo decir que el haber vuelto a los juegos de lucha en los últimos me ha dado una experiencia prestada, de memorizar muy bien los movimientos del contrario para saber cuándo atacar o empezar a pulsar el botón de esquiva. Y, finalmente, el hombre bestia cayó y lo celebré con júbilo.

¿Y qué hay de la comunidad?

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Como en todo fandom, siempre hay un porcentaje desagradable, que a su vez es el más ruidoso en redes sociales. De lejos, siempre he visto a jugadores elitistas que tienen su propio dogma sobre cómo hay que pasarse un Souls. No obstante, hay una gran parte de la comunidad no tan ruidosa y muchísimo más positiva. Desde el primer momento que di a conocer en círculos videolúdicos que estaba jugando a Elden Ring, no me faltaron propuestas para ayudarme, desde el respeto y sin paternalismos. Asimismo, hay un sinfín de guías con consejos y estrategias. Y Elden Ring es un juego que invita a usar todas las herramientas disponibles a tu favor.

Con Margit, en solitario, siempre estuve cerca. Casi le derrotaba, pero finalmente mi confesora caía mientras Margit le escupía “put those ambitions at rest”. Y caer ante un enemigo a quien le faltan un par de golpes siempre frustra y a la vez envalentona para un intento más.

Pero decidí invocar a un compañero, concretamente, a Salva. Y duró dos suspiros. Acceder al modo online me permitió ver los mensajes de otros Sinluz entre los que no faltaban palabras de ánimo y celebración antes y después de cada jefe. Y tras aquella victoria nos lanzamos a ir por el castillo que anticipaba a Godrick, quien cayó tras unos cuatro intentos.

Elden Ring te deja a tu suerte, precisamente porque espera que otro compañero te guíe hasta donde tú quieras. Tal vez te pida que le dejes solo contra Malenia, o te regale armas que no usará y que a ti te sentarán como un guante. Pero, finalmente, las Tierras Intermedias te aguardan. Si nunca has jugado a un Souls y te abruman, desde este lado de Elden Ring te confirmo que es más asequible de lo que parece. No tengas en vergüenza en usar invocaciones, o construir tu personaje según tus preferencias. No hay prisa para explorar y aprender, pero es un juego que debe y merece ser tomado a sorbos bien saboreados.

Elden Ring

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  • PS4
  • RPG
  • Acción

Elden Ring es un título de acción RPG a cargo de From Software y Bandai Namco para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5 y Xbox Series. Álzate, Sinluz, y que la gracia te guíe para abrazar el poder del Círculo de Elden y encumbrarte como señor del Círculo en las Tierras Intermedias. Un vasto mundo perfectamente conectado en el que los territorios abiertos estarán repletos de situaciones y mazmorras enormes con diseños complejos y tridimensionales.

Carátula de Elden Ring
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