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Mucho camino por recorrer

La retrocompatibilidad según Nintendo, Sony y Microsoft. El privilegio de jugar a lo antiguo

La retrocompatibilidad de las nuevas consolas es crucial a la hora de promocionarse. Hoy analizaremos las estrategias de las mayores compañías del mercado.

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La retrocompatibilidad según Nintendo, Sony y Microsoft. El privilegio de jugar a lo antiguo

Ah, la retrocompatibilidad. Uno de los conceptos favoritos de todos los jugones. ¿A quién no le encanta poder coger un juego de una o dos generaciones anteriores y enchufarlo a la consola más puntera, y aun así poder jugar con él? Desgraciadamente, esto rara vez pasa. De hecho, suele ser más bien al revés, a menos que pagues por un remake o una remasterización. Por unos motivos o por otros (o, bastante a menudo, por ninguno en absoluto) las desarrolladoras deciden que está bien que los juegos envejezcan y mueran en lugar de dejar que sus fans sigan disfrutándolos.

Huelga decir que unas empresas son mucho peores que otras. No es lo mismo lo que hace Nintendo en este terreno que lo que hace Microsoft, por ejemplo. Y por eso, vamos a hacer un análisis extensivo de cómo se comportan estas corporaciones a la hora de darnos acceso a juegos de generaciones antiguas.

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NINTENDO

A pesar del legado y el historial de Nintendo en este campo, hay que admitir que la empresa nipona no nos pone muchas facilidades. Esto lo consiguió principalmente creando cartuchos exclusivos que solo pudieran encajar en el sistema que les corresponde, con la excepción de Gamecube, Wii y Wii U, que sí usaban discos, y cada una era retrocompatible con la anterior.

A veces surgieron aparatos para salvar las distancias entre plataformas. Por ejemplo, el adaptador Super Game Boy nos permitía introducir los cartuchos portátiles en la SNES para poder jugar a mayor tamaño y con mejor iluminación, además de que añadía algunas mejoras adicionales, como la posibilidad de escoger entre paletas de colores para darle vida a la monocromía de la Game Boy.

Aparte de la relación entre Gamecube, Wii y Wii U, y los periféricos como Super Game Boy, la única otra opción reseñable son las consolas portátiles, donde Nintendo siempre fue más permisiva. Los cartuchos de Game Boy se podían jugar en Game Boy Advance, los de Game Boy Advance en Nintendo DS, los de Nintendo DS en la 3DS… aunque, normalmente, la misma anatomía de la consola portátil hacía que los cartuchos sobresalieran y resultara incómodo usarlos.

En la actual generación, en lugar de permitir lo que sería una muy razonable retrocompatibilidad con la Wii U dado el fracaso comercial de esta, Nintendo ha vuelto a los cartuchos y ha preferido relanzar los juegos de la predecesora a precio completo con unas pocas mejoras (que normalmente se reducen al DLC de la consola anterior, como es el caso de Mario Kart 8 Deluxe). Tan solo unas pocas excepciones, como Super Mario 3D World, añaden una cantidad de contenido nuevo importante, pues Bowser’s Fury bien podría considerarse un juego completo por sí mismo.

Por otro lado, tenemos títulos como The Legend of Zelda: Skyward Sword, que se relanza a precio completo sin añadir nada más que una mejora gráfica y controles adaptados a los joy-con. Este movimiento enfureció a muchos fans, que esperaban una especie de The Legend of Zelda 3D All-Stars que incluyera Wind Waker, Twilight Princess y Skyward Sword en un solo título, tal y como ya habían hecho con Mario. En comparación, pagar 59,99€ por un juego de la Wii levemente mejorado resulta abusivo.

Para evitar la pérdida absoluta de ciertos juegos clásicos cuyas plataformas ya han desaparecido por completo, Nintendo ofrece un servicio online que permite descargar juegos de NES y SNES de forma gratuita a los miembros de su servicio online, y a menudo relanza viejos clásicos a precios reducidos. Los puntos que podría haber ganado con este movimiento los pierde al haber creado la moda de poner fecha de caducidad a los juegos, como es el caso de Super Mario 3D All-Stars o Fire Emblem: Shadow Dragon & the Blade of Light, e incluso al juego multijugador online gratuito Super Mario Bros. 35, que se eliminaron de las plataformas de venta online y se cesó su distribución a partir del 1 de abril de 2021. Puede que movimientos como este ayuden a mejorar los resultados a la hora de presentar el balance fiscal anual a los inversores, pero dejan en muy mal lugar a Nintendo ante sus fans.

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SONY

Mientras que Nintendo puede blandir la excusa del diferente tamaño de sus cartuchos como causa de falta de retrocompatibilidad, Sony no tiene ninguna para explicar la suya en sus consolas, ya que todas poseen esencialmente el mismo diseño; un juego de PS se debería poder jugar sin ninguna dificultad con las especificaciones y los controles de PS5.

También es cierto que esta compañía es más generosa que Nintendo en este aspecto, ya que en la PS2 se pueden jugar juegos de la anterior consola, y en PS3 se puede hacer lo mismo con sus dos predecesoras (aunque algunos modelos más tardíos no incluían esta función, debido a que el hardware requerido aumentaba el precio de producción de estas consolas).

La generación de PS4 fue la más perjudicada en este aspecto, ya que carecía de compatibilidad con cualquier consola anterior. Esto fue debido a la diferencia de hardware entre la PS4 y la PS3, lo que hacía imposible que la primera pudiera reproducir juegos de la segunda. Sí que se podía disfrutar de juegos de PS2, pero solo unos pocos en concreto, y solo a través de su versión digital, nunca en físico, con lo que había que pagar para obtenerlos. Al igual que Nintendo, Sony acudió esta vez a las remasterizaciones y a los servicios de pago (como PS Now) para hacer que sus usuarios pudieran jugar a juegos de consolas anteriores. Ah, eso, o pagar un extra para hacer que un juego de PS3 funcionara en PS4, como nos explica Sony aquí:

“Por tiempo limitado, cuando un jugador compre la versión en disco o digital de ciertos juegos para PlayStation 3, dispondrá de la opción de descargar una copia digital para PlayStation 4 del mismo juego de PlayStation Store con un precio rebajado. Canjea el código incluido en la versión para PS3 del juego en PlayStation Store y descarga la versión para PS4. Luego, usa el disco original para PS3 en tu sistema PS4 para activar el juego y empezar a disfrutarlo. No hace falta tener PS4 para canjear el código: sólo hay que seguir el proceso para canjearlo y ya descargarás tu copia digital cuando llegue tu sistemas PS4.”

Actualmente, el 99% del catálogo de PS4 es compatible con PS5, y en ocasiones se añaden mejoras gráficas (gracias a la función Game Boost, para tener un framerate más estable o más alto) o contenido adicional. Además, la librería de juegos digitales que hayamos comprado en consolas anteriores también podrá ser jugada aquí. El mayor problema lo presentan los periféricos, pues varios de ellos (como el DualShock 4 o los mandos third party de PS4 con licencia oficial) no podrán ser usados o serán solo compatibles con juegos de la PS4. Casi todo lo que hay que saber al respecto nos lo explica Sony de forma muy cómoda en esta guía. Por el camino, eso sí, nos hemos dejado un legado enorme de las tres primeras consolas sobremesa.

MICROSOFT

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A Phil Spencer le gusta llevarse bien con los jugadores y, desde su llegada, intentó recuperar algunas de las esencias perdidas durante el mandato de Mattrick. Cómo por ejemplo que Microsoft decidiera diseñar su segunda consola, la Xbox 360, con la intención de que fuera retrocompatible con gran parte del catálogo de la consola original a través de unos perfiles de emulación. Aunque esto solo era así si vivías en Europa o Norteamérica; en Japón, la gran mayoría de los juegos no se podían jugar en la nueva consola, con lo que se perdió casi todo el catálogo de la Xbox original en tierras niponas. Phil Spencer recuperó esta estrategia con la siguiente plataforma.

Xbox One la misma situación que su predecesora: permitía jugar a una larga lista de juegos que se fue actualizando con el tiempo, hasta llegar a noviembre de 2020. Además, también se podían reproducir unos pocos de la Xbox original, que disfrutaron de una resolución mejorada x16 en Xbox One X y x4 en Xbox One.

En la nueva Xbox Series X y Series S la apuesta por la retrocompatibilidad se ha llevado un paso más allá: la interfaz de usuario es muy similar a Xbox One, y la lista de títulos antiguos que son compatibles con esta nueva consola es formidable: podéis consultarla aquí. Además, el Xbox Game Pass, el servicio de suscripción online de Microsoft, ofreció desde sus comienzos más de 100 juegos provenientes de una amplia gama de third parties, como Namco, Capcom, WB Games, 2K Games o SEGA.

CONCLUSIÓN

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La industria de los videojuegos no deja de ser un mercado que intenta sacar el máximo de capital posible a sus usuarios sin llegar a abusar tanto de ellos que se pasen a la competencia. En este sentido, se podría decir que Sony y Nintendo están tomando medidas muy similares que redundan en su propio beneficio y en detrimento de los jugadores, ya que prefieren optar por re-vender juegos antiguos a precio completo a dejar que los juguemos directamente en nuestras nuevas consolas si ya los poseíamos físicamente.

Por otra parte, si esto fuera una competición, Microsoft sería la clara ganadora. El catálogo de juegos de consolas anteriores que se pueden jugar en la Xbox Series X y Series S eclipsa al de Sony y pone en vergüenza a Nintendo y sus tácticas de ventas por tiempo limitado.

¿Qué nos depara el futuro? Con el auge de los servicios en streaming de videojuegos como Playstation Plus y Xbox Game Pass, se abrieron enormes catálogos a cambio de una tarifa que parece barata de carácter mensual o anual; en otras palabras, convierte a las consolas en el Netflix de los videojuegos.

Aunque este servicio aún está en sus inicios y seguramente vaya volviéndose cada vez menos rentable para sus usuarios con el paso del tiempo, abre la puerta a la posibilidad de que juegos de consolas muy antiguas estén disponibles de forma gratuita a través de la nube. Gracias a esto podría evitarse la desaparición de ciertos títulos, como se pensó que iba a ocurrir cuando Sony anunció el cierre de la Store de PS3, PSP y Vita, retirándose así más de 2.000 videojuegos, algunos de los cuales no tenían versión física ni estaban en otros sistemas, condenándoos a su desaparición. Afortunadamente, gracias a la reacción de los aficionados, esa decisión ha sido revertida para PS3 y Vita, aunque los juegos exclusivamente digitales de PSP parece que sí que están condenados a no poder adquirirse más en unos meses.

Solo nos cabe esperar que, en la constante competición que existe entre las compañías por ver hasta dónde pueden llevar a sus usuarios antes de que estos las abandonen, seamos los jugadores los que salgamos ganando con un mejor acceso a una más amplia gama de títulos.