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Top con RE Village

Los mejores juegos de la saga Resident Evil (2021)

Actualizamos nuestro top con la franquicia Survival Horror por antonomasia para ponerlo al día tras el remake de Resident Evil 3 y el más reciente Village.

Los mejores juegos de la saga Resident Evil (2021)

A estas alturas sobran las presentaciones para Resident Evil. Y no solo porque tenga 25 años a sus espaldas y se trate de una de las franquicias con las que más se tienda a experimentar en otros medios como el cine o la televisión (dando lugar a resultados normalmente descorazonadores), sino porque en su terreno natural, el de los videojuegos, también hay pocas sagas que puedan presumir de definir y dominar todo un género. Aunque técnicamente los juegos de terror le preceden por bastante, y después de su irrupción también hayan aparecido otros nombres tan importantes como Silent Hill, Resident Evil siempre ha sido y seguramente siempre será la principal cara del Survival Horror. Lo que no quita, claro está, que Capcom haya cometido sus deslices y por momentos la haya empujado hacia cierta irrelevancia.

Por suerte, no ha sido el caso de la generación que termina (PlayStation 4, Xbox One), donde se ha mantenido a un gran nivel tanto en ventas como, más importante, en calidad. Tras los escarceos con la acción más desmedida, Resident Evil 7 reenfocó la saga hacia el terror y el remake de Resident Evil 2 la empujó hacia unas cotas que ya solo los más veteranos recordaban. Fue poco después, a principios de 2020, cuando decidimos hacer una lista ordenando los mejores juegos de la saga; pero desde entonces, la llegada del remake de Resident Evil 3 y el reciente Village la han dejado un poco anticuada, así que hemos vuelto a votar para confeccionar otra más puesta al día. Este es, a punto de terminar 2021, nuestro top diez de Resident Evil.

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10. Resident Evil 3 (Remake)

Abrimos el top precisamente con uno de los nuevos añadidos, el remake de la conclusión de la trilogía original de Raccoon City. Viniendo justo después del fantástico remake de Resident Evil 2, las expectativas estaban por las nubes: el motor gráfico, los controles y el avanzado sistema de cercenamientos —que trataremos de nuevo cuando toque dicho juego— prácticamente garantizaban un Survival Horror de gran nivel, y el hecho de que en su día Resident Evil 3 fuese un pseudo spin-off reconvertido a entrega principal de un modo un poco repentino significaba que esta vez podría recibir un trato más preferencial y ser ampliado sobre el genial concepto de partida: la huida de Jill Valentine durante las peores horas de Raccoon.

El resultado, por desgracia, no fue el esperado. El nuevo RE3 se convirtió en una reimaginación más radical y no amplió de forma significativa la ciudad, ni dio cabida a lugares emblemáticos como la torre del reloj o el parque, además de meter tijera a los puzles. Dicho esto, una vez superada la decepción inicial, aún hay mucho que disfrutar en la nueva visión. El juego se ve y se maneja de lujo, añadiendo sobre la excelente base del remake de RE2 una mecánica de esquive y contragolpe que da más control al jugador; las caracterizaciones de los personajes también son estelares, el ritmo es trepidante sin negar su espacio al terror; algunas localizaciones como el hospital sí se ven claramente beneficiadas; y aunque Némesis pasa a ser una presencia más guionizada, todavía nos deja varios enfrentamientos directos de primer nivel.

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9. Resident Evil Village

Y de una novedad pasamos ya a la otra, resolviendo rápidamente el posible suspense. Porque Village también ha sido un añadido de calidad para la franquicia, pero no al nivel que esperábamos después de los primeros juegos de la generación. En la aldea que le da título, Capcom decidió probar una exploración un poco más abierta —si bien densa y todavía bastante lineal cuando se trata del desarrollo principal— y repartir a su alrededor enclaves temáticos centrados en diferentes personajes, ambientaciones e incluso mecánicas. Esto ha dado resultado a una de las entregas más variadas de la saga, aunque también a una que rara vez profundiza en los palos que toca.

El castillo de Dimitrescu, por ejemplo, evoca el horror gótico de la mansión Spencer, pero la ruta a través de sus salones difícilmente tiene pérdida; y la casa de Benevento se pasa al terror psicológico con buenos puzles y tintes de P.T. , pero lo hace a costa de eliminar cualquier componente de combate o gestión. Durante la segunda mitad, el juego redobla en las influencias de RE4, dando más valor a la compra de armas y mejoras, y rodeándonos por más enemigos, pero su gunplay es más básico en lo que a variedad de rutinas e importancia del apuntado localizado se refiere. En el contexto de Resident Evil, Village abarca más de lo que aprieta, pero como “grandes hits” sigue siendo una experiencia divertida y muy cuidada a nivel audiovisual.

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8. Resident Evil

Con él empezó todo. Como cualquier otro juego tridimensional de 1996, el original ha envejecido tirando a regular y al volver se echan de menos algunas comodidades modernas —y no tan modernas, sino también implementadas por sus inmediatas secuelas en PSX—. Pero merece todavía mucho respeto, y no solo por ser el yayo de la familia. El diseño de la mansión, los puzles, la apremiante necesidad de optimizar el uso del inventario o de administrar la escasa munición son elementos trascendentales para el resto de la saga que todavía funcionan como un reloj en esta entrega concreta.

Ahora podemos hacer bromas sobre el sándwich de Jill o la introducción de serie B con actores de carne y hueso tan reales como amateurs, pero la exploración es una de las menos lineales en la serie y sigue siendo tensa incluso con las luces encendidas. Los riesgos aquí se pagan, y eso es más terrorífico que perros zombi saltando a través de las ventanas de un pasillo estrecho. Como su remake demostraría años después, había margen de mejora en la tecnología y los pequeños detalles. Pero en términos de concepto y desarrollo general, el equipo de Shinji Mikami clavó de tal manera su primer intento que todavía quedan algunas lecciones que aprender de él.

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7. Resident Evil 3: Nemesis

Aun sin ánimo de adelantar demasiado los acontecimientos, cabe reconocer a Resident Evil 3 el mérito de ser el único juego de la trilogía original que ha conseguido anteponerse a su remake moderno en esta lista. Como decíamos antes, en su momento iba a ser un spin-off de menor presupuesto, más corto y con mayor énfasis en la acción, pero en la recta final de su desarrollo se optó por cambiar el título y ampliar la escala (inicialmente iba a terminar en la emblemática torre del reloj). El resultado pudo parecer continuista e incluso limitado respecto a Resident Evil 2, pero bajo esa fachada se escondía un título intenso y muy rejugable.

Gracias a las elecciones que alteraban el desarrollo, los puzles con soluciones variables partida a partida, las salas con rotación en la disposición de enemigos o un sistema de pólvoras que hacía viables múltiples armas según nuestra elección a la hora de combinar, el juego gozaba de una vida útil considerable si queríamos exprimirlo de verdad. Y claro, luego estaba Némesis, que apretaba con su presencia e introducía una mecánica de riesgo-beneficio con los bienes que dejaba al noquearlo. Y también el modo Mercenarios para jugar partidas todavía más rápidas. No sacudió los cimientos de la saga, pero definitivamente ha quedado como ejemplo de lo que se puede lograr cuando se añade y explota un par de ideas nuevas sobre esa base.

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6. Resident Evil Code: Veronica

Una consecuencia del cambio de nombre de Resident Evil 3 fue que Code: Veronica, la secuela argumental de Resident Evil 2 para Dreamcast, se quedó sin un número que lucir en la caja. Pero a estas alturas ya deberían quedar pocas dudas de que se trata de una entrega tan principal como cualquier otra. Con Raccoon City recién pulverizada, el juego sacó la supervivencia zombi del territorio americano para reunir a Chris y a Claire Redfield en medio de la Antártida, aunque no sin antes resolver unas cuantas horas de puzles y backtracking (fue el que más apostó por ello) en Europa.

Como primera entrega completamente 3D, sus escenarios no tuvieron el nivel de detalle de los fondos prerrenderizados, aunque también fueron una proeza en su momento (año 2000), e hicieron buen uso de un sistema de cámaras menos rígido y una iluminación con impacto en el entorno no era casualidad que el primer objeto de Claire fuese un mechero. Más contencioso entre la comunidad tiende a ser el papel de Steve como coprotagonista o el anticipo de los cambios por venir con un Wesker que había visto demasiadas veces Matrix. Pero a nivel de diseño enrevesado pocos le tosen, y la ambientación de Isla Rockfort aún resulta tan distintiva como siniestra.

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5. Resident Evil 4

A pesar de la gran cantidad de directores que han participado en la saga a lo largo de los años, el mayor punto de inflexión después del Resident Evil original volvió a llegar de la mano de Shinji Mikami. Tras las ventas discretas de su remake y de Zero (caído de la lista en esta revisión), en GameCube se volvió a la pizarra para refrescar algo las cosas. El resultado, como todos sabemos, fue uno de los mejores juegos de acción de la época, y también un nuevo molde que todavía sigue manifestando su influencia en juegos tan recientes como el remake de Resident Evil 3 o Village.

Como Survival Horror, eliminó o aligeró hasta el extremo algunos de los pilares más básicos, pero a cambio ofreció un ritmo digno de estudio, abundante variedad a lo largo de una campaña kilométrica y un gunplay táctico con enemigos muy reactivos. A no todo el mundo le gustó la fórmula y sus consecuencias, como tampoco a todo el mundo le gustan los Survival con control de tanque y puzles sesudos. Pero si queréis una aventura de acción con tintes de terror, sigue siendo difícil superar a Resident Evil 4, algo que ha vuelto a evidenciar su nuevo relanzamiento en realidad virtual

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4. Resident Evil 7

Y hablando de realidad virtual, llegamos a un juego diseñado desde el primer día para sacarle incluso más partido, aunque también se pueda disfrutar plenamente en una tele normal. Su impacto, además, fue doble, porque a pesar de las buenas ventas de los títulos de acción pura, la sexta entrega había dejado tocada la imagen de la franquicia y Capcom reaccionó proponiendo una especie de secuela-reboot. El cambio a la primera persona, la predominancia de la familia Baker, la ausencia de zombis o el abandono de los protagonistas recurrentes de la saga pilló a todos por sorpresa, pero funcionó como disrupción necesaria para sanear la marca.

Era un Resident Evil atípico, pero una vez metidos en faena, tras superar los tramos más densos en scripts, recuperaba el terror más íntimo. El derivado de deambular pasillos vacíos con miedo de girar la siguiente esquina. De encontrar un solo enemigo, los holomorfos, y darnos cuenta de que el cargador que teníamos a mano quizá no era suficiente. De abrir el mapa y escudriñar dónde se usaba la llave que acabábamos de conseguir o dónde se conseguía la que necesitábamos en ese momento. Con una perspectiva u otra, era Resident Evil. Y aunque padeció algunos altibajos en el desarrollo, en su conjunto se puede considerar fácilmente entre los mejores.

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3. Resident Evil 2

Entramos al podio de la mano del único miembro de la trilogía original de PlayStation que ha conseguido seguir codeándose con los mejores juegos de terror año tras año y ahora se alza con una merecida medalla de bronce. La razón reside en una combinación entre el impacto de su época, donde mejoró de forma sustancial el apartado audiovisual y aligeró la fórmula del original sin descarriarse tiene más acción y más drama, pero también abundante terror, exploración y gestión de inventario, y su casi infinita rejugabilidad mediante campañas más cortas, pero mejor diferenciadas, los escenarios B y el “zapping system”.

En ese sentido, el juego dirigido por Hideki Kamiya (creador de Devil May Cry y Bayonetta) sigue sorprendiendo más partida a partida e incluso nos hace plantearnos algunas decisiones que no tendrán consecuencias hasta la siguiente (coger un arma en una taquilla, registrar una huella en un ordenador, quemar plantas, etc.). Fue también la primera entrega que exprimió el sistema de rangos en función del tiempo, número de guardados y curaciones, y además nos recompensó con los modos extra de Hunk y Tofu como sorbete que tomar entre los platos fuertes. Eterno entonces, eterno hoy.

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2. Resident Evil (Remake)

Como comentamos antes al hablar de la versión original para PlayStation, el primer Resident Evil acusa el paso del tiempo en aspectos como los gráficos, el doblaje o la fluidez del control, pero su diseño de niveles y su desarrollo son la quintaesencia del género, así que la oportunidad de reconstruirlo en un engine más avanzado dio como resultado una obra maestra absoluta. El remake fue, además, un juego que subvertía las expectativas e introducía muchos cambios sin profanar la esencia de la aventura que estableció la saga y todavía la define mejor. 

Aquí se añadieron nuevas estancias, se replantearon los puzles, se alteró el orden de la exploración, se sacó más partido a la enigmática mansión y se revivió con más poder de ataque a los zombis que no quemásemos o cuya cabeza no reventásemos de un buen escopetazo, creando un ambiente más hostil antes incluso de la introducción de los reptilianos Hunters. En el plano visual, la combinación entre los hiperrealistas fondos prerrenderizados y la milimétricamente estudiada disposición de las cámaras sirvieron para crear algo de una belleza tan asombrosa como terrorífica. Si os gustan los Survival Horror de la vieja escuela, no se puede encontrar nada mejor.

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1. Resident Evil 2 (Remake)

Elegido como nuestro juego del año en 2019, el remake de Resident Evil 2 reimaginó los eventos del clásico de 1998 desde una nueva perspectiva, aprovechando las comodidades jugables de la vertiente de acción, pero sumergiéndonos en una atmósfera tan densa que se cortaba con un cuchillo. La comisaría, de nuevo, era compleja y llena de posibilidades; la segunda mitad fue rediseñada en profundidad para hacerle más justicia a la primera; y el combate se alejó de los tiroteos frenéticos para dar valor a cada bala. Los zombis eran más duros que nunca y seccionar los miembros para reducir su movilidad a menudo era una alternativa más práctica que liquidarlos por completo... Salvo que luego nos los encontrásemos de vuelta, tumbados en un pasillo donde ahora también patrullaba el temible Mr. X.

El remake de Resident Evil 2 es el Survival Horror moderno por excelencia, más acomodado al ojo y al mando que el remake de GameCube, pero todavía plenamente arraigado en los fundamentos de la saga. Es el eslabón perdido que Mikami no llegó a encontrar durante la creación de Resident Evil 4. El juego que demostró que se pueden recapturar todas las virtudes y sensibilidades de los primeros días de la saga en un molde mucho más práctico y flexible. Con sus dos sucesores, Resident Evil 3 y Village, volviendo a perder ese ajustado equilibrio, esperamos que en Capcom lo revisiten y se fijen un poco más en él antes de tomar de nuevo un camino turbulento hacia delante.

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Resident Evil Village

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Vuelve la serie Resident Evil con el octavo capítulo de su historia principal a cargo de Capcom para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5, Xbox Series, Stadia y dispositivos iOS con Resident Evil Village, que tiene como objetivo crear una innovadora experiencia de survival horror como nunca antes. Años despues de la pesadilla, Ethan Winters ha conseguido cierta estabilidad y una vida normal con su familia. Una vida que no tardará en ser destruida por un héroe de antaño, Chris Redfield.

Carátula de Resident Evil Village
8.3