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Animal Crossing es una franquicia muy querida por una gran base de jugadores y jugadoras de todos los rincones del mundo. Desde que Dōbutsu no Mori fue publicado para Nintendo 64 de forma exclusiva en Japón el 14 de abril de 2002 (en Estados Unidos y Europa recibimos una versión mejorada, para Game Cube) han sido diversas las entregas que hemos podido disfrutar en nuestras consolas de Nintendo (DS con Wild World, Wii con Let’s Go to the City, Wii U con Amiibo Festival y 3DS con New Leaf, entre otros) y dispositivos móviles smartphones (Pocket Camp).
El próximo 20 de marzo de este 2020 llegará un nuevo título a la saga principal en exclusiva para Nintendo Switch, Animal Crossing: New Horizons, y por tal motivo nos hemos reunido para recordar por qué nos gusta tanto Animal Crossing a través de anécdotas personales, recuerdos y, en definitiva, todo aquello que nos viene a la mente y nos dibuja una sonrisa en la cara al pensar en la saga que nos ocupa.
Un lugar para soñar, aprender y divertirnos (Paula Croft)
Mi primer contacto con el universo de Animal Crossing fue con Wild World, para Nintendo DS. Acababa de cumplir los 9 años y la verdad es que no recuerdo exactamente cómo llegó a mis manos: si lo pedí a mis padres tras llamarme la atención al verlo anunciado en una revista o bien si me sorprendieron al regalármelo en una ocasión señalada. Sea como fuere, se trata de uno de mis videojuegos favoritos de todos los tiempos y en los que pasé más horas sumergida en mi infancia. Además, mi hermano pequeño también tenía el juego, por lo que solíamos jugar juntos y visitar los pueblos de ambos con tal de obtener nuevas frutas, intercambiar objetos y ropa y, en definitiva, divertirnos gracias al modo cooperativo del título.
Nombré a mi primer pueblo Honny (para que sonara similar a Honey, miel) y el nombre ha permanecido intacto en el resto de entregas de la saga que he jugado hasta la fecha, que no han sido pocas. Debido a que han transcurrido muchos años desde que quedé cautivada por el universo de Animal Crossing, han sido decenas las anécdotas y curiosidades personales que se han acumulado en mi memoria. Recuerdo cómo Lili, la entrañable rana que dominaba el arte de la cocina, me enseñó que para averiguar cuándo la pasta está lista debemos tirar un espagueti a la pared. Si se queda pegado es que ya podemos servirnos el plato y disfrutar de él, mientras que si rebota significa que todavía le queda tiempo de cocción.
También recuerdo lo triste que me sentí cuándo una mañana entré al juego y recibí una carta de Lili explicando que había decidido abandonar Honny. Como ella, fueron otros los vecinos a los que les tenía mucho cariño y no quería que se fueran. Quería que estuvieran orgullosos del pueblo en el que vivían y que se quedaran con tal de poder hablar con ellos cada día, visitarlos, darles regalos y hacerles favores. Y todo ello, sumado a una gran cantidad de historias que creamos al jugar en compañía de amigos y familiares, son la magia de Animal Crossing. A partir del 20 de marzo podremos escribir nuevas historias y dejarnos embriagar por el enorme encanto que desprende la isla en la que entraremos a vivir en New Horizons.
Una experiencia con la que se conecta de una manera muy especial (Eli López)
Tras casi dos décadas y teniendo en cuenta el gran éxito que ha cosechado a lo largo de ellas, no es de extrañar que la saga Animal Crossing cuente en su haber con varias entregas y juegos relacionados lanzados hasta la fecha, pero si tuviera que quedarme con tan solo uno, no dudaría ni un segundo en que ese sería New Leaf, para Nintendo 3DS. Lo cierto es que he jugado a muchos videojuegos con mi hermano, pero creo que ningún otro nos ha permitido conectar tanto como lo hizo este.
Recuerdo que realizábamos viajes de un pueblo a otro para ayudarnos y prestarnos todo tipo de objetos, lo que nos llevaba bastante tiempo... Pero lo curioso de esto es que, cuando él no estaba para jugar conmigo, seguía teniendo muchas ganas de seguir haciendo cosas aunque estuviera sola, pues parte de la magia de Animal Crossing reside en su capacidad de hacer que conectemos, no solo con la vida real, sino también con la virtual.
Desde el primer momento que llegué a mi pueblo, de nombre Zafiro en honor a Pokémon, sentí una conexión especial que, conforme pasaba el tiempo, no hacía más que crecer y crecer. Los culpables no eran otros que los vecinos que vivían en él. Como si de animales de verdad se trataran, llegué a tenerles un enorme cariño. Quedábamos en mi casa, les compraba medicina cuando estaban enfermos, nos escribíamos cartas, les hacía recados… Todo eso y un sinfín de cosas más hicieron que estuviera muy pendiente de ellos por un largo periodo de tiempo, por tal de evitar desatenderles y que se fueran del pueblo. Todavía me sigue entristeciendo la vez que se fue mi querida perrita Luna… A fin de cuentas, ella y el resto de vecinos eran como una segunda familia para mí. Por lo que ahora, teniendo una ligera idea de todas las posibilidades que nos va a ofrecer nuestra nueva vida en la isla de New Horizons, es lógico que esté tan entusiasmada, hasta tal punto que no hago más que contar los días que faltan para el lanzamiento.
La píldora del buen humor (Virginia Mejías "Arashi")
Cuando me preguntan el motivo por el cual adoro Animal Crossing siempre me cuesta encontrar una respuesta adecuada. Para mí Animal Crossing es un mundo de experiencias que se van tejiendo en el día a día de un pueblecito de animales. En aquel lugar, cada instante es sorprendente e inesperado, y hasta lo más trivial se convierte en una tarea divertida. Bueno, casi todo salvo... ¡pagar la hipoteca a Tom Nook! Por suerte ofrece cómodos plazos para que nos relajemos y podamos disfrutar así de todas las actividades y eventos que ocurren en nuestro nuevo hogar. Por ejemplo, entre semana me gustaba pasar un ratito de pesca con rimas (¡Alucina Lubina!), enfangarme con los fósiles y también una pizca de caza de bichos. Luego, obtenía una ración generosa de sapiencia de Sócrates al donar los ejemplares al museo. Pero al llegar el fin de semana empezaba lo bueno... ¡Totakeke en concierto! Puro talento y carisma, y aceptaba mis peticiones. Lo malo de trasnochar era que en domingo el despertador sonaba irremediablemente de buena mañana, ya que era día de comprar nabos a Juana, o dicho en otras palabras: la forma más efectiva de pagar una hipoteca. Recuerdo que las amigas que se quedaban a dormir en mi casa se despertaban sobresaltadas por el sonido ensordecedor del despertador. Lo mejor sin duda eran sus caras al conocer la razón.
Sin embargo, mi amor por Animal Crossing no sería posible sin esos simpáticos vecinos que te alegran la jornada. Cada día aguardan con algo nuevo que decirte, o comparten sus deseos para que los hagamos realidad. Aunque si me tuviera que quedar con uno ese sería 'Déivid', un elefantito que conocí en Wild World y que acababa sus frases con "¡mutante!". En cada sesión de juego lo buscaba entusiasmada por descubrir una nueva historia. Con el paso del tiempo, nos hicimos súper colegas y, como muestra de su amistad, me regaló un retrato con una inscripción que ponía "¡el mundo es nuestro!". Años más tarde, cuando llegó a mis manos New Leaf, el destino quiso que nos volviéramos a reunir... ¡Déivid apareció en mi pueblo! Mi sonrisa no cabía en mi cara. El mundo sigue siendo nuestro, viejo amigo. Aún hoy permanece por allí con una camiseta que diseñé especialmente para él.
Animal Crossing se siente como una segunda vida en un lejano paraje donde no hay espacio para la tristeza. Allí los problemas del mundo real se desvanecen para dar paso a la magia que desprende cada uno de sus rincones. Alegría, sí, tal vez esa sea la palabra correcta para definir aquello que transmite Animal Crossing. ¡Con muchas ganas de empezar una nueva vida en New Horizons!
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- Estrategia
Animal Crossing: New Horizons para Switch es una nueva entrega de la popular saga de estrategia, gestión y vida virtual de Nintendo. Disfruta de una vida placentera repleta de encanto y creatividad. Eso sí, también tendrás que dar un poco el callo para sacarle el máximo partido. Recoge materiales y crea todo tipo de cosas: desde herramientas hasta objetos para hacerte la vida más cómoda. Saca a relucir tus dotes para la jardinería e interactúa con las flores y los árboles de nuevas maneras. Levanta un hogar en el que la línea entre el interior y el exterior se desdibuja por completo. Traba amistad con los recién llegados, disfruta del paso de las estaciones, sortea ríos mientras exploras la isla... ¡y mucho más!