Monster Hunter World: Iceborne, impresiones. Caza helada.
Jugamos durante más de tres horas a la expansión del gigantesco videojuego de Capcom.
La mejor definición de Monster Hunter: World la da el propio título: un mundo enorme plagado de monstruos a los que deberemos derrotar, ya sea mediante la caza o con la muerte de las criaturas. Tras el lanzamiento del juego, que salió a la venta para PS4, Xbox One y PC el pasado año y que ya lleva más de 12 millones de unidades vendidas entre todas sus versiones, el 6 de septiembre se comercializará en consola (a PC llegará enero de 2020) la primera y última expansión del título, Monster Hunter World: Iceborne.
Como se trata de una expansión con todas las de la ley, será necesario disponer del juego base para poder acceder al contenido de Iceborne. Además, el jugador deberá cumplir otros requisitos. Para empezar, necesitará haber completado la historia principal, pues la narración comienza justo cuando finaliza el argumento del original. Por otra parte, también tendrá que alzanzar el ranking de cazador 16. Eso sí, algunas de las novedades de Iceborne, como las actualizaciones de armas o la eslinga, se podrán usar de inmediato.
Bienvenidos a Arroyo de la Escarcha
En el mundo antiguo y en la Edad Media, el planeta todavía escondía lugares que no eran conocidos por las grandes civilizaciones. Por aquella época, los descubrimientos de tierras implicaban guerras de conquista, pero también un acercamiento cultural y una oportunidad de investigar y cultivar las ciencias. En la producción de Capcom, no es tanto el hecho de comprender nuevas culturas, pues muchas de esas localizaciones están habitadas únicamente por monstruos, pero sí de estudiar los entornos y las criaturas que viven en la naturaleza, con la particularidad de que, efectivamente, el protagonista es un cazador.
Monster Hunter World: Iceborne se abre hacia nuevos horizontes. El universo del videojuego todavía tiene espacio para lugares remotos e inexplorados que nos invitan a investigar a los monstruos autóctonos, que a su vez viven en un habitat completamente distinto, lo que les confiere habilidades diferentes. Para nuestros héroes, los miembros de la Comisión de Investigación del Gremio de Cazadores, una visita al bosque primigenio determina los próximos pasos del equipo.
En su batida por la floresta, descubren a una imponente criatura voladora, la Legiana. La sorpresa se manifiesta acto seguido, ya que no solo hay un ejemplar de Legiana, sino decenas, que baten sus alas y vuelan en dirección a otros parajes remotos. Sin perder un segundo, nuestro protagonista, acompañado de Handler, la maestra de la flota y otros miembros del equipo, embarcan en una nave voladora y se disponen a seguir la trayectoria de los animales. Al parecer, una anomalía los empuja e emigrar, de modo que la comisión debe ponerse manos a la obra e investigar lo que haya podido ocurrir.
Cuando llegan a Arroyo de Escarcha, se encuentran rodeados de hielo y de nieve. La siempre vivaracha Handler hace la observación obvia: no resistirán mucho si no se cambian de ropa y se visten con trajes de invierno. Por fortuna, la joven viene equipada con los abrigos necesarios, unas vestimentas aptas para las temperaturas extremas que sin embargo no modifican los atributos y características del equipamiento que tuviéramos equipado previamente.
¡A la caza!
La preparación es crucial para evitar males mayores, especialmente en una orografía tan complicada como la de Arroyo de Escarcha. Para ello, el campamento cumple la misma función que en Monster Hunter: World, ya que podremos calentarnos y gestionar, grosso modo, todo lo relacionado con el inventario. La versión que tenemos entre manos tiene los objetos desbloqueados porque es una build para prensa, pero el crafteo seguirá siendo igual de importante que en el juego base. No en vano, el hecho de que haya nuevos monstruos implica asimismo materiales adicionales que nos serán útiles a la hora de encarar las expediciones.
Una vez con el equipo presto, los primeros minutos toca tantear el terreno y salir en busca y captura del primer gran monstruo al que nos enfrentamos, el salvaje Beotodus. Es una criatura dura de roer, de aspecto reptiliano y con medio cuerpo sepultado bajo la nieve. Decíamos antes que los escenarios juegan un papel trascendental. Y es que, evidentemente, moverse por entornos nevados no es tarea sencilla. El personaje se desplaza a paso torpe, ralentizado por una capa nevada que hunde las botas hasta el fondo. Por supuesto, tardar más de la cuenta en avanzar implica que perseguir enemigos que escapan se vuelve más difícil y frustrante, pero guarda cierto sentido realista, puesto que los animales están hechos al habitat y a las condiciones climáticas extremas. Así las cosas, sus cuerpos funcionan a la perfección en esas circunstancias.
El Beotodus no es nada lento, todo lo contrario. Culebrea con presteza, veloz como la ventisca y siempre cerca de su víctima: el cazador o cualquier otro monstruo que lo importune. Su cuerpo está cubierto de hielo, del que se vale como si de una especie de armadura se tratara. Por si la cosa no sonara suficientemente mal, un par de golpes bastan para dejarte noqueado y a merced de la criatura. Reaccionar rápido es cuestión de vida y muerte, al igual que mantener el ojo bien puesto en la barra de resistencia, que baja con el frío. La solución es nada más y nada menos que tomarse un buen filete caliente, pero nada de hacerlo sentado y en calma, las raciones en la guerra contra los monstruos se ingieren con el arma desenfundada, entre golpe y golpe.
Una de las cosas que menos nos gustaron de Monster Hunter: World fue su interfaz, a veces un tanto liosa en la presentación de todos sus elementos (que no son escasos, precisamente). Al ser una expansión que sigue el camino trazado en la entrega original, la evolución en ese punto es nula. De todos modos, como la expansión exige haber completado el juego base, el manejo de la interfaz no es un problema si ya estás acostmbrada a ella.
Las nuevas funciones de la eslinga
Volviendo al Beotodus, no os vamos a contar cuál es su punto débil, pero sí os diremos que la armadura helada se puede quebrar, con lo que nuestros golpes le afectarán más. ¿Cuál es el mejor método de hacerlo? Mediante la eslinga, que en Monster Hunter World: Iceborne adquiere nuevas funcionalidades. La garra retráctil nos brinda la posibilidad de engancharnos al enemigo. Encaramados sobre su lomo, podemos apuñalar a la bestia y romper el armazón. Ahora bien, quien piense que el monstruo va a quedarse quieto está muy equivocado. Se revuelve sin parar, al tiempo que nuestra barra de resistencia decrece. Al agotarse, caeremos al suelo de inmediato y nos expondremos a la ira de la criatura.
El Beotodus es un enemigo duro de batir, extremadamente rápido y sibilino, capaz de dejarte contra las cuerdas en cualquier instante. Durante esta batalla, no pararás de usar pociones y de tratar de evitar la congelación que acorta la barra de resistencia. Golpe tras golpe, la bestia se debilita, y en un momento dado, tratará de huir para lamer sus heridas y retornar más fuerte que nunca. Caminar por la nieve alta se torna farragoso. Es en ese punto donde te das cuenta la diferencia que hay entre las bestias, adaptadas a las condiciones extremas, y el cazador, que se desplaza de manera torpe, como tiene que ser, en cualquier caso. Por añadidura, disponemos de un límite de cincuenta minutos para completar la caza o la matanza. Tras cumplirse este plazo, el Beotodus escapará definitivamente...si no te ha asesinado antes.
La garra retráctil es solo uno de los nuevos usos de la eslinga, una herramienta que tiene forma de ballesta y que todos los cazadores sujetan en su brazo izquierdo. Su versatilidad permite lanzar cuerdas, redes, piedras, balas, etc . Por otro lado, otra de las novedades es el tiro proyector, que expulsa munición con un objetivo: aturdir a las bestias y ganar un tiempo muy valioso para continuar en pie de guerra. La gran limitación de la eslinga en el juego base es que no era posible emplear la herramienta con el arma desenvainada, algo que cambia en Iceborne y confiere una nueva capa estratégica a la batalla.
Lo mismo ocurre en el caso de las armas: se mantienen los 14 tipos, pero se añaden combos y elementos adicionales que no estaban en Monster Hunter: World. Ya se sabe, a nuevas bestias, nuevas tácticas. Y si la dificultad no te parece tan elevada como esperas, habrás de saber que se suma un nuevo modo de dificultad más desafiante que nunca, el rango maestro. No lo pudimos probar, pero Capcom promete que esta modalidad hace que tanto los monstruos antiguos como los nuevos sean aún más feroces.
Para feroces, los enfrentamientos entre monstruos, que reparten garrazos y mordiscos a diestro y siniestro, aun cuando los cazadores están al acecho y dispuestos a perforar su gruesa piel. Durante nuestro combate contra el Beotodus, el gigantesco Banbaro, una especie de criatura que luce cornamenta y facciones de cabra, se entrometió entre el cazador y la presa. Los dos monstruos se enzarzaron en una lucha violenta que no se cobró la vida de ninguno de los dos, pero que nos permitió tomar aire y golpear al Beotodus con todo lo que teníamos a nuestro alcance. Fue ese el momento cuando el reptil salió de su protección nevada y se mostró a cuerpo completo.
El Banbaro, siguiente objetivo de caza, se vale de su cornamenta para enviarnos un dardo envenenado en forma de roca. A veces, las toma entre sus cuernos (o un árbol) y se lanza a toda velocidad contra el cazador. Durante la demo del E3 2019, que también tuvimos oportunidad de probar, nos enfrentamos a este mismo monstruo y al poderoso Tigrex, un dinosaurio de los hielos que asusta por su tamaño y violencia. Aunque en esta versión no lo vivimos, en aquella partida nos sorprendió una avalancha de nieve que nos lanzó montaña abajo, a bestia y cazador. Más adentro, en las cuevas, reptiles como el Viper acechan, pero estos son solo algunos de los peligros que se agazapan entre carámbanos y muros helados.
Una única expansión
Monster Hunter World: Iceborne es todo lo que se prometía, una expansión muy elaborada que completará la historia original con nuevas aventuras que nos llevarán inexorablemente hacia uno de los majestuosos dragones ancianos. Ya está confirmado que Capcom no desarrollará ninguna expansión más allá de Iceborne, aunque la compañía ha prometido que seguirá nutriendo al juego de contenido: nuevos monstruos, más armas, equipamiento, etc.
Desde el lanzamiento de la expansión, los amantes de las capturas de pantalla podrán hacer uso del modo visión, ya que elimina los elementos de la interfaz con el fin de que las fotografías salgan más limpias. Asimismo, las tarjetas de brigadas muestran ahora el nombre de la misma, el emblema y más información adicional. En resumen, Monster Hunter World: Iceborne da un paso más dentro de su fórmula y la evoluciona para redondear un producto ya de por sí muy atractivo.
Cazadores del mundo, sacad las armas y estad preparados para completar los mayores retos, pues este contenido es exigente y te mantendrá a los mandos durante muchas horas. Ya solo queda esperar hasta el 6 de septiembre para investigar las tierras indómitas del Arroyo de Escarcha.
Monster Hunter World: Iceborne
- Acción
- Aventura
Monster Hunter World: Iceborne es una expansión masiva que retoma el juego al final de Monster Hunter World y desbloquea el nuevo rango maestro con nuevas misiones, monstruos, armas, armadura e historias para llevar tu caza a otro nivel. A cargo de Capcom para PC, PlayStation 4 y Xbox One.