Las cifras hablan: el mercado sigue pidiendo ports y remakes
Aunque haya detractores de este tipo de lanzamientos, las remasterizaciones son por regla general productos que funcionan y son rentables para las compañías.
Es probable que esta generación consolas pase a la historia por ser, entre otros aspectos, aquella que abrazó de lleno la comercialización de remasterizaciones, remakes y ports mejorados de obras de antaño. Lo hemos visto con todas las compañías de renombre; con el tiempo, la gran mayoría de empresas se sumaron a la tendencia de rescatar títulos que precisaban —o no— de un lavado de cara para volver a ser novedad.
Hay quienes son proclives a defender este tipo de lanzamientos; otros, sin embargo, los aborrecen, consideran que crean malos precedentes para la industria al acostumbrar al jugador a una suerte de reciclaje de productos a precios por encima de lo estimado. Sea como fuere, lo que es seguro es que no tenemos la obligación de comprar nada y que, probablemente, en los próximos años no solo continuemos viendo nuevos ports y remakes, sino que su frecuencia de aparición esté todavía más acentuada.
Para justificar esta argumentación nos hemos basado en datos tangibles, en informes oficiales de ventas de este pasado 2018 en los principales mercados. UKIE, NDP Group, Amazon, Media Create, Famitsu o la propia AEVI en España; en todos ellos vemos que en el Top-10 o el Top-20 hay nombres que nos suenan de nuestra infancia o nuestra adolescencia, que han regresado por todo lo alto manteniéndose como videojuegos de largo recorrido.
Para las empresas, conscientes de los costes reducidos de producción de este tipo de títulos salvo que se hagan prácticamente de cero, son muy rentables porque si la producción es baja y las ventas son elevadas, los beneficios se disparan. Los casos de éxito son un estímulo para las compañías. Entre los ejemplos más notorios y recientes tenemos a Activision con Crash Bandicoot y Spyro the Dragon, que en 2017 y 2018 han agitado el mercado para abrirse hueco entre los plataformas tridimensionales. En Europa, ambos títulos ocuparon la séptima de décimo segunda posición global respectivamente.
Nintendo y su Wii U “revival”
Nintendo no se queda atrás y es seguramente la que más rentabilidad está sacando de juegos relativamente recientes en Nintendo Switch. Solo hace falta ver las impresionantes cifras de Mario Kart 8 Deluxe, que con sus más de 10 millones de copias vendidas en todo el mundo supera con creces las ventas acumuladas de la versión de Wii U en su día; exactamente igual que los casos de Donkey Kong Country: Tropical Freeze y Bayonetta 2. A estos tenemos que sumar el reciente New Super Mario Bros. U Deluxe, que en su semana de lanzamiento ha vendido mucho más que la de Wii U incluso siendo aquél un juego de lanzamiento con la malograda consola.
En el futuro se espera que haya más obras de Wii U, Wii o anteriores (véase The World Ends With You de Nintendo DS); incluso con Nintendo 3DS, que en los que están siendo sus últimos años de vida ha recibido ports de obras como Luigi’s Mansion, entregas de Mario & Luigi de Nintendo, Yoshi’s Woolly World o ahora Kirby’s Epic Yarn. Por mucho que decepcione a los que prefieren otro tipo de alternativas para cubrir los huecos vacíos en el calendario, las cifras terminan siendo determinantes.
Sony y el sello PlayStation
Los dos primeros años de vida de PlayStation 4 fueron duros, sobre todo para aquellos que trataron de defender el catálogo de una consola que comenzó con muchas ausencias. Aunque ahora su librería de exclusivos es excelsa, Sony tuvo a bien aprovechar títulos que triunfaron en el mercado durante la generación anterior para amenizar la espera de aquellos nombres que estaban en camino.
Hablamos de God of War III Remastered, The Last of Us Remastered, Gravity Rush Remastered, LocoRoco Remastered, Quantic Dream Collection, Patapon… y otros que llegaron después, como Uncharted: The Nathan Drake Collection (cuyas ventas se estiman por encima de los 5 millones de copias), WipEout Omega Collection… Todo ello solo por citar los que fueron responsabilidad única de Sony.
¿Y los juegos más esperados? Pequeño vistazo al futuro
Si dejamos de echar la vista atrás y nos fijamos solo un momento en lo que está por llegar en el futuro, vemos que entre los títulos más esperados del año 2019, no solo en la redacción de MeriStation, sino en otros de los principales mercados internacionales, es que en el Top-10 de videojuegos más ansiados para 2019 (Famitsu) tenemos los siguientes nombres; que cada uno saque sus propias conclusiones: Resident Evil 2 Remake, Catherine: Full Body, Tales of Vesperia: Definitive Edition, Dragon Quest XI S y Final Fantasy VII Remake.
Aunque también encontramos nuevos proyectos, en Japón ese listado está repleto de secuelas, de entregas pertenecientes a sagas con una clara reputación detrás y, en su defecto, tal como vemos hay una clara preferencia por juegos que ya disfrutaron antaño en otras plataformas. Viendo estas reacciones, es evidente que las editoras seguirán apostando por estas vías porque el público las demanda.
La sensación de apuesta segura
Y es que al final del día los consumidores se guían por lo que resulta familiar porque genera sensación de seguridad. En el mundo del marketing se suele conocer a este fenómeno como el de una apuesta segura, y eso deriva que haya sagas que apuesten por cambiar poco las cosas entre entregas, por ser continuistas.
Un símil válido a este respecto es el mercado de la telefonía móvil, donde compañías como Apple, Samsung, LG o demás gigantes asiáticas introducen mejoras minúsculas en sus dispositivos, incluso los buques insignia de su catálogo, pero suficientes como para incitar al cambio. Lo que no cambia es la esencia, pues se intenta transmitir que lo que tienes actualmente no es malo, sino que lo que puedes comprar este año es todavía mejor.
¿Y qué relación tiene esto con los videojuegos? Muy sencillo. Si un título cosechó grandes éxitos en crítica y venta, si el público quedó satisfecho con aquello que tanto disfrutó, pasado un tiempo la adaptabilidad del usuario a volver a pasar por caja existe, y por ello las compañías intentan explotarlo.
Por ejemplo, la comunidad de PS3 disfrutó sobremanera de The Last of Us, un momento donde la base de usuarios instalada era ingente, pero estaba a punto de migrar a la nueva PS4. Sony quiso hacer lo propio en dicho sistema, una versión que sacaba partido de las capacidades técnicas mejoradas de ese hardware… pero que no dejaba de ser lo mismo. El efecto de seguridad estaba ahí, lo que hizo que muchos lo compraran por segunda vez.
La confianza no se la ganó Sony con la remasterización, sino con el juego original. Lo mismo le pasó a Nintendo con Mario Kart 8 y a Activision ahora con Spyro.
Retrocompatibilidad, única barrera
El último factor a tener en cuenta es el actual, el de hoy. Si viendo las cifras de estos últimos títulos bajo el sello de remaster, remake y port funcionan como es debido, demos por hecho que el único impedimento para su proliferación es la retrocompatibilidad, algo que parece solo