La corona partida: Juego de Tronos en los videojuegos

Hubo un tiempo en que toda película, libro o producto de éxito venía con un videojuego bajo el brazo. Siguiendo las líneas maestras de las historias que narraban, se desarrollaban títulos que acompañaban al producto de turno en su estreno. Muchas veces, las prisas por llegar a tiempo se traducían en títulos apresurados o poco inspirados. En la actualidad, con excepciones, se tiende más a crear historias ambientadas en el universo de la obra original, en lugar de trasladar la película directamente.

Hace unos años, HBO rodó la serie Roma, una ficción de dos temporadas que sirvió para colocar el andamiaje de lo que luego conformaría una de las series de la televisión más exitosas de todos los tiempos: Juego de Tronos. Como no podía ser de otra manera, una ficción con tantísimos seguidores debía tener sus propios videojuegos. Ahora bien, hasta la fecha, ninguno ha logrado destacar como la saga merece.

La dupla de Cyanide

Antes de que el torbellino de la serie televisiva envolviera todo con sus vientos huracanados, hubo un videojuego oficial basado en Canción de Hielo y Fuego, un título de estrategia desarrollado por Cyanide que conservaba muy poco del carisma de la franquicia. Si no llega a ser porque el título del juego nos lo recuerda, cualquiera diría que A Game of Thrones: Genesis  no se basa en la obra de George R.R. Martin. Da la impresión de que nació siendo una cosa y terminó siendo otra solo porque se firmó la cesión de los derechos.

En cualquier caso, el estudio francés probó suerte de nuevo con otro proyecto posterior, un juego de rol pasable, esta vez sí, con la licencia de la serie también. En Juego de Tronos manejamos a dos personajes principales. Por un lado, el cambiapieles Mors Westford; por el otro, a Alester Sarwyck, un sacerdote rojo. Los dos tienen en común el hecho de haber servido en el ejército de Tywin Lannister durante la rebelión acaecida décadas atrás. Después de que el rey loco de los Targaryen cayera, Robert se hizo con la corona. La historia de Juego de Tronos transcurre en paralelo a la primera temporada de la serie, una circunstancia que encorseta la narración de manera notable. Así las cosas, los personajes que todos conocemos, los del libro y la serie, aparecen en el juego, pero la historia y los personajes están limitados por un espacio temporal y por unos aspectos concretos de los que no se puede salir. Sin ser un gran juego, al menos la experiencia resultaba entretenida y George R.R. Martin hace un cameo, cual Peter Jackson en sus películas.

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Game of Thrones: A Telltale Games Series

El nombre de Telltale Games ha sido noticia en las últimas semanas, no para bien, por desgracia. La desarrolladora detrás de títulos como The Walking Dead, The Wolf Among Us o Guardianes de la Galaxia está en un limbo de la que difícilmente va a poder salir. Skybound se ha hecho con la producción de los capítulos finales de The Walking Dead, mientras que la situación de los pocos empleados que quedan en la compañía es incierta.

Antes de que Telltale Games colapsara, aunque su fracaso comercial seguro que influyó en el descalabre, el estudio creó Game of Thrones: A Telltale Games Series. Al igual que en otras producciones, la idea era realizar varias temporadas protagonizadas por personajes nuevos, pese a que Cersei, Tyrion y compañía también aparecieran en según qué momento. Como en el RPG de Cyanide, los hechos que se narran están encajados en un contexto específico de la serie, de la que no se pueden desgajar. Por tanto, no veremos ninguna línea argumental que pueda contradecir nada de lo que se vio en su momento en la serie de televisión.

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En Game of Thrones: A Telltale Games Series manejamos a distintos personajes inéditos, pertenecientes a cinco familias distintas. El guion comienza durante la Boda Roja, cuando Lord Gregor Forrester y su heredero Rodrick, aliados de la casa Stark, son asesinados a manos de los Frey. Entonces aparece en escena Gared Tuttle, escudero de lord Forrester, que mata a varios soldados Bolton, por lo que es enviado al Muro y obligado a unirse a la Guardia de la Noche. El libreto es fiel al espíritu de la franquicia, ya que está repleto de conspiraciones y tiene mucho 'juego de tronos'. Su problema principal es que mecánicamente no deja de ser el típico juego copia-pega de Telltale Games. En sus primeros juegos, el componente interactivo era mucho más elevado, pero en la época de este Game of Thrones, el juego se limitaba a una exploración muy básica y a un sistema de diálogos y decisiones algo engañoso, puesto que pocas elecciones tienen un impacto real sobre la historia.

Las piezas del poder también se mueven en dispositivos móviles

Un juego del perfil de Reigns, título indie publicado por Devolver Digital, también en PC, es idóneo para una producción como Juego de Tronos. La obra de Nerial surge del juego original, Reigns: Her Majesty, que homenajea a las reinas que gobiernan en las sombras. Las mecánicas del juego se cruzan ahora con Juego de Tronos, que se vale de sus personajes más icónicos para continuar con la historia y ofrecer un final alternativo a la historia. Se ha definido como una especie de Tinder de Juego de Tronos. Sea como fuere, se trata de un juego de gestión que funciona a través de un sistema de cartas y de decisiones.

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El género de la gestión y de la estrategia parece un buen punto de partida para construir videojuegos basados en esta franquicia. Game of Thrones: Ascent, desarrollado por Disruptor Beam, contó con la colaboración de HBO y del propio autor del libro. Estamos ante un free-to-play para Android cuya acción se sitúa en Poniente. Gestión y aspectos roleros se combinan en un videojuego que en conjunto resulta correcto. Game of Thrones: Conquest, para Android e iOS, parte de nuevo de la idea de conquistar el territorio para sentarse en el Trono de Hierro como soberano. Para ello, debemos construir nuestra casa, reunir a un ejército y dirigirlo hacia la victoria.

En conclusión podemos decir que existen títulos basados en Juego de Tronos bastante disfrutables, pero todavía no se ha desarrollo uno que esté realmente a la altura de la franquicia. Tal vez la dificultad más grande es que los juegos estén limitados por la historia de una serie aún inconclusa. Seguramente, si los estudios tuvieran los recursos y la posibilidad de explorar épocas y personajes distintos, los resultados serían mejores.

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