Otro chorro-honor que consiste en utilizar la defensa 10 veces durante una partida en 10 ataques consecutivos. Una auténtica tarea en los primeros combates -principalmente porque el rival apenas se mueve de su sitio-, aunque cuando ya hay cierto nivel de exigencia no debería suponer ningún problema. Espada feroz - Ejecutar una combinación de 5 contraataques laterales y contraataques hacia atrás en una sola batalla (pueden ser todos de un mismo tipo).
Sabemos la definición de contraataque, que no requiere mayor explicación. Ahora sólo es cuestión de entender que para realizar una contra lateral es necesaria una gran coordinación, así como realizar un ataque contundente. Si hemos realizado bien el movimiento (podemos sostenernos en el indicador que aparece en pantalla) será coser y cantar repetirlo unas cuantas veces siempre y cuando nuestro rival sea lento, o no especialmente ágil, ya que en este caso la cosa se complica considerablemente. La hoja negra - Ejecutar una combinación de 30 contraataques laterales y contraataques hacia atrás en una sola batalla (pueden ser todos de un mismo tipo).
La explicación anterior es suficiente para comprender el resto de tareas que hemos de realizar antes de obtener este honor. Como venimos diciendo a lo largo de la guía por activa y por pasiva, requiere más paciencia que esfuerzo. Ferocidad oculta - Ejecutar un lanzamiento.
Nada que deba asustar a los jugadores. El agarre se realiza combinando el puñetazo medio(A) con la defensa (G), aunque hay variantes de un mismo golpe. Basta con realizar esta técnica en una ocasión para que el honor sea nuestro. Es otro de los que podemos conseguir en las primeras partidas, mientras nos familiarizamos con la mecánica de juego. Euforia de ocasión - Ejecutar una Evasión de lanzamiento.
Las evasiones de agarres se realizan aplicando la misma combinación de botones que el rival en el momento justo en el que va a proceder a realizar este ataque. Somos conscientes de que es difícil ver cuándo el rival va a realizar este movimiento, pero es perfectamente posible fijarse en el ademán para aprender el momento exacto en el que debemos zafarnos de su agarre. Se necesita práctica para sacarlo adelante, pero como en tantos otros casos, no deja de ser una cuestión de experiencia.