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BOXEO

El sueño de Haney es real: gana a Kambosos para ser indiscutido

Devin Haney se proclamó campeón indiscutido del peso ligero al derrotar, por decisión unánime, a Georges Kambosos en Melbourne.

Devin Haney golpea a George Kambosos.
Getty Images

Devin Haney tenía todo en contra este sábado. Viajó a Melbourne (Australia), la casa del campeón, y sin su esquina habitual por problemas con el visado (su padre y entrenador pudo entrar en el país a 24 horas para la pelea). No le afectó en absoluto. 'The Dream' dio un recital de boxeo. Arriesgó poco y dominó con sencillez. Georges Kambosos se veía incapaz de cambiar la dinámica, y es que el estadounidense estuvo pletórico. Con 23 años se proclamó campeón indiscutido (WBC, WBA, IBF y WBO) del peso ligero por decisión unánime (116-112, 116-112 y 118-110). El futuro pintaba prometedor para él, pero no, ya es una realidad. Su sueño se cumplió en el Marvel Stadium ante 41,129 fans.

El plan de Haney era sencillo sobre el papel, pero como es habitual la ejecución es lo complicado... aunque no para él. Su jab fue un martillo durante todo el combate para Kambosos, incapaz de enlazar acciones con varios golpes consecutivos. Cuando el australiano quería entrar en distancia se encontraba con la mano adelantada del estadounidense y si la distancia se acercaba, metía su mayor peso encima para tener ventaja y trabar la pelea. El plan tuvo alguna fisura, como era lógico. Cuando le llegaron las manos potentes, que no fueron muchas, Devin las aguantó sin problema.

Kambosos fue todo corazón, no lo dejó e intentar... pero el ímpetu no fue suficiente. Haney le controlaba y desde el octavo asalto, en determinados momentos, metía mas piernas a su boxeo para evitar frenar tanto el ritmo. No era un blanco fijo, provocaba más fallos y lucía mejor todavía con sus esquivas. Mientras, en ataque le valía con los contragolpes y el jab. Fue minimalista, pero le servía porque la estrategia se retroalimentaba. El australiano se veía perdiendo, debía apretar, lo hacía y dejaba un mayor número de huecos, perfecto para pegar ahí. La noche parecía perfecta para el visitante, pero en Australia nunca se sabe con las cartulinas. No hubo sorpresa esta vez. Continúa el baile del campeonato indiscutido del ligero. De Lomachenko pasó a Teófimo, después lo tomó Kambosos y ahora es de Haney. ¿Quién será el siguiente? Hay una cláusula de revancha, que el australiano quiere hacer efectiva, pero no es lo que más motive al público. Gervonta es la pelea que todos queremos... habrá que ver si el púgil también la reclama con su nuevo status.