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RUGBY

Fiesta sin redención para los Leones ante los Classic All Blacks

Los Leones cayeron ante los Classic All Blacks ante 40.000 personas, en un ambiente festivo pero que también reflejó el malestar por la expulsión del Mundial.

Fiesta sin redención para los Leones ante los Classic All Blacks
Juan AguadoDIARIO AS

Segundos antes de que comenzara el partido el cielo se cerró y la lluvia comenzó a empapar el césped del Wanda Metropolitano. El chaparrón fue una buena metáfora del momento que atraviesa el rugby español. También un punto de épica para un choque, el que disputaron este sábado en el coliseo atlético los Leones contra los Classic All Blacks (26-33 para los oceánicos), cuya relevancia se situaba más en lo social que en lo deportivo.

Y en ese aspecto fue un éxito. No solo durante los 80 minutos de juego, que volvieron a dejar una instantánea poco habitual en el imaginario oval del país, la de un estadio de primer nivel copado por aficionados al rugby, sino durante toda la semana proyectada por KiwiHouse. A las actividades de días anteriores se sumó una extensa previa, con los alrededores del estadio a rebosar desde mucho antes de que comenzara la acción. ¿Lo mejor? Había niños a puñados. De todos los rincones de España, ataviados con la camiseta de su club.

Ellos tienen facilidad para volver a ilusionarse tras un desengaño, así que habrán encajado mejor la expulsión de los Leones del Mundial. Entre sus mayores el hastío es notable, y por eso no hubo unanimidad en la respuesta a las peticiones de apoyo a la Selección. Los aplausos se mezclaron con los pitidos durante la retirada a vestuarios de los jugadores tras calentar y cuando el speaker cantó las alineaciones. Era imposible distinguir si el destinatario eran ellos o la Federación (aunque el segundo parece el más plausible), pero el malestar se hizo evidente. No hubo mensajes en forma de pancarta o mosaico (sí algún tímido “¡España, España!”), así que el sonido de viento disolvió la imagen de unidad que se pretendía dar a la Federación Internacional mientras se resuelve el recurso presentado contra la sanción. Los más jaleados, de eso no hay duda, fueron los Classic All Blacks tras interpretar su famosa ‘haka’.

La 'haka' de los Classic All Blacks ayer en el Metropolitano.
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La 'haka' de los Classic All Blacks ayer en el Metropolitano.Juan AguadoDIARIO AS

Tras ella vinieron 40 minutos que volvieron a validar el viejo adagio: el que tuvo, retuvo. Los isleños ya no tienen la exuberancia física para explotar el abierto, pero por dentro siguen demostrando una inteligencia superior en la lectura de los espacios. España estaba como a otra cosa. Ni se desplegaba con soltura en ataque ni superaba en los contactos a la oposición. Las fases estáticas, si no lo estaban, parecían pactadas. Al menos, y aunque tampoco fuera un partido para sacar muchas conclusiones, se pudo ver alguna cara nueva como la de Raúl Calzón y alguna otra que llevaba tiempo ausente como la de Wessel Bell o la de Brice Ferrer. Los Leones se adelantaron por medio de Quercy, pero tres posados de Taylor, Tulou y Boss dieron una buena renta a los de negro al descanso.

La segunda parte fue una sorpresa en el sentido de que demostraron tener mucha más gasolina de la esperada. Dos ensayos de Hosea y Rieko Gear en los primeros minutos decantaron la balanza definitivamente. Eso animó al Metropolitano, que empezó a rugir con cada carga española. El hundimiento físico de los visitantes llegó, pero no hast el punto de la abdicación. Gimeno y Tauli maquillaron, al grito de “¡Sí se puede!”, el marcador de un partido que no dejó buen sabor de boca en lo deportivo, pero que terminó con una bonita comunión entre público y jugadores al ritmo de Coldplay y The Weeknd. En lo extradeportivo el regusto sí fue dulce porque, a falta de mundiales, es un buen punto de referencia para acercar a más chavales este deporte. Y porque demostró que con ilusión, trabajo y las ideas claras se pueden hacer las cosas de una forma profesional en el rugby español.

"Seguramente sea la retirada de unos cuantos"

"Hoy (por este sábado) seguramente sea al retirada de unos cuantos. Qué mejor que estar delante de 40.000 personas, 40.000 Leones, que nos llevan. Es un placer estar aquí con toda la mierda que estamos pasando", aseguró tras el encuentro un Manu Mora visiblemente emocionado. El segunda es, junto con Marco Pinto, Afa Tauli o KaloKalo Gavidi, uno de los que puede haber jugado por última vez con la Selección salvo un inesperado volantazo de World Rugby con el que tiene "algo de esperanza". "Son leyendas y se nota. Es lo que hace falta, jugar con equipos con un ritmo fuerte", alabó al contrincante. "He tenido los pelos de punta, ganas de llorar... Pensar que puede ser la retirada es duro. No quiero que se acabe, pero es posible", concluyó.

"De esto trata el rugby, de juntar a las personas. Ha sido un placer toda la semana, lo que hemos compartido con los españoles. Creo que ha habido un malentendido con los papeles en la clasificación. Ha sido un largo camino para ellos conseguir meterse en un Mundial y estábamos aquí para darle un impulso al rugby español que necesitaba", aseguró por su parte Chris Masoe, uno de los históricos del rugby neozelandés que ha dejado su impronta en Madrid.