Holm, ante Vieira y un futuro con muchos interrogantes
Holly Holm y Ketlen Vieira se enfrentan, este sábado, en el combate estelar del UFC Las Vegas 55. La ganadora se acercará al título del peso gallo.
La número dos del peso se enfrenta a la cinco. Esa frase nos haría pensar en una futura contendiente al título de la división. No es así en el peso gallo femenino. Holly Holm choca, este sábado en el estelar del UFC Las Vegas 55, contra Ketlen Vieira. Ambas están en una situación privilegiada, pero la situación está atascada. Amanda Nunes cedió el título de las 135 libras en su último combate ante Julianna Peña. La brasileña merece revancha y la tendrá. Todavía no hay fecha fija, pero ambas son las coach del próximo The Ultimate Fighter y los rumores apuntan al UFC 277 (30 de julio). La pelea puede ser pronto, pero, ¿habrá trilogía?. Hay muchas dudas y eso no ayuda a las que vienen por detrás.
Pese a esa compleja situación, la división hay que seguir moviéndola y por ello la compañía ha pactado un pleito interesante. Holly Holm es la favorita. Ha sido campeona y ha tenido peleas de mucha mayor enjundia. Si que es cierto que ha perdido dos de sus últimas cinco peleas, pero han sido ante Cyborg y Nunes. Además, viene con una racha de dos triunfos (Pennington y Aldana). Puede ser el último tren de la estadounidense, de 40 años, y eso puede ser un arma de doble filo.
Por su parte, Vieira viene de ganar dos de sus últimos cuatro pleitos. En el último venció a Tate. No trae mala dinámica, pero parece inferior en cuanto a calidad y entidad de los rivales. Además, solo será su segundo combate a cinco asaltos. La experiencia en los rounds de campeonato pueden ser clave. En contra de Holm está la edad, con la cuarentena, la baja física puede ser un lastre en pleitos intensos. En cuanto a estilos, se sabe la pelea que le gusta a la estadounidense. Viene el boxeo y su fuerte es el striking. Vieira es completa, por lo que debería de llevar la pelea al piso. No en vano, la brasileña ha ganado un 33% de sus pleitos por esa vía. Debe ir por ese camino. Las cartas de ambas parecen claras. El octágono hablará y dejará a una de las dos cerca del título. La distancia real, una incógnita por el momento.