Ignoró a Jordan, ansiaba emular a Fuller... y vomita cada noche
Harold Varner III debutaba en Augusta gracias a un eagle en Arabia y quería ser el primer novato que ganaba desde 1979... pero una tercera ronda nefasta le dejó fuera.
![Harold Varner III y su caddie Chris Rice.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/XXLRJHKWKBINPIAI3ICKE2QTRM.jpg?auth=fd66b0b3692cb891cdc40352d385a23dbe4f233b01ca4388d79d68e8643209df&width=360&height=203&smart=true)
Harold Varner III es un golfista diferente. De familia muy modesta ha llegado al deporte gracias a un profesor universitario que le vio maneras y sigue cambiándose y dejando sus cosas en el cuarto del caddie, lejos por ejemplo del fabuloso vestidos del famoso 'Club House' del Augusta National. A sus 31 años y rondando el Top 100 soñaba con jugar el Masters y un alucinante eagle en el hoyo 18 que le dio la victoria en el PIF Saudi International y le colocaba una semana en el Top 50... justo la que determinaba las invitaciones para este torneo. A sus 31 años, el jugador que nació en Ohio y creció en Gastonia a 280 kilómetros al norte de Augusta pretendía emular a Fuzzy Zoeller, el último novato en ganar en la mítica cita del tapiz verde de Georgia. Lo hizo en 1979.
![Amanda y Harold Jr, mujer e hijo de Harold Varner III.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/RNPBTMWSUJJK3AKD6F5TOQRMGY.jpg?auth=ac0dfe3875bfce794a3b8d1fbe5aeac012f8140b0ff1ba71d72490705066f307&width=360)
En la jornada inicial bordeó un albatros (tres por debajo del par en un hoyo). Golpeó con precisión milimétrica desde 207 metros con el hierro 4 en el 13 y la bola se asomó al agujero mostrando su gran virtud en el golf: una profunda determinación y espíritu competitivo. Confianza que tiene un truco para liberar la tensión: vomitar cada noche antes de afrontar un recorrido de ronda de torneo.
Curioso hábito que le funciona y que hace que su actitud ganadora despertara el interés de Michael Jordan... al que tardó varias horas en contestar un mensaje de WhatsApp ofreciéndole incorporarse a su firma de ropa al no tener el número guardado y no creerse que fuera realmente el mito del baloncesto. Humildad que lleva grabada a fuego: “Espero representar a los niños que simplemente no tienen acceso. Si un niño negro o blanco quiere ser como yo, me gustaría ser inspirador para ellos". La tercera jornada en Augusta fue desastrosa para él y el sueño del jugador que no lleva libro de campo y deja esa responsabilidad a su caddie se convirtió casi en pesadilla.