Golovkin reaparece en oriente
Gennady Golovkin y Ryota Murata unifican las coronas WBA e IBF del peso medio este sábado en Saitama. Ambos llegan tras una larga inactividad.
Ha costado, mucho, pero Gennady Golovkin (41-1-1, 36 KO) al fin vuelve a la acción este sábado en Saitama (Japón). El kazajo, de 39 años (40 este viernes), decidió apostarlo todo en 2021 a una carta. En diciembre de 2020 volvió y vapuleó a Szeremeta. Quería unificar y eligió a Ryota Murata (16-2, 13 KO), quien era campeón regular WBA del peso medio y fue ascendido a campeón absoluto tras la renuncia de Canelo Álvarez. Todo estaba previsto para final de diciembre tras alargarse mucho las negociaciones, pero una nueva ola de la pandemia impidió al campeón IBF entrar en Japón. Han pasado mas de tres meses desde aquello, pero al fin Golovkin y Murata chocarán.
El duelo es el de las incógnitas. GGG llega con una inactividad de mas de un año, pero el caso del japonés es más preocupante. El último pleito de Murata (36 años) fue en diciembre de 2019. Demasiado tiempo y más si vuelves en una apuesta tan complicada. Por tanto, la principal duda está en su estado de forma y el óxido de ring que puedan tener. A Golovkin nadie lo va a descubrir y el nipón es un púgil muy talentoso. Pese a que en el campo profesional no ha tenido rivales de gran entidad (las dos derrotas fueron ante rivales que no deberían de haberle ganado), fue campeón olímpico en 2012. Palabras mayores.
La lectura del pleito, por tanto, está muy condicionada. Los 40 años que cumplirá Golovkin antes del combate dejan dudas. ¿Le notaremos decadencia? Todo apunta a que no y que debería tener una contundente victoria sobre Murata. Todos lo apuestan así, ya los planes de GGG es volver a verse las caras contra Canelo en septiembre. Eso será si Murata le deja. Un boxeo técnico y una pegada importante será contra lo que tenga que bregar Golovkin. El kazajo es capaz de acortar huecos y mandar con su pegada. Esas son sus armas y le deberían de valer, pero las dudas existen. Gennady debe despejarlas para tener el combate que lleva reclamando desde 2018.