De Mireia a Cunha: el intrépido viaje de Alberto Martínez
El nadador olímpico de aguas abiertas se entrena en Río de Janeiro desde hace cuatro meses con la campeona olímpica en Tokio 2020. Quiere el top ten en París 2024.
Del CAR de Sant Cugat a Río de Janeiro. De preparar Tokio junto a una campeona olímpica en piscina, como Mireia Belmonte (200 mariposa), a entrenarse para París 2024 junto a la oro en Japón en los 10 kilómetros aguas abiertas, Ana Marcela Cunha. De Fred Vergnoux a Fernando Possenti. La nueva aventura de Alberto Martínez (octavo del mundo y 15º en Japón) promete emociones fuertes. "Quiero mejorar para París. Estoy en ese proceso", explica desde Brasil el nadador de 5, 10 y 25 km de 23 años.
En las abrasadoras aguas de la Bahía de Tokio, el murciano se derritió en una prueba salvaje. Fue el epílogo a cuatro años de crecimiento en los que logró clasificarse para los Juegos y situarse a las puertas de la elite mundial en su deporte. "Los resultados no salieron porque no tocaba. Pero el trabajo fue maravilloso, viví años espectaculares", deslizó un nadador sufridor, que nunca se ha planteado retirarse de una carrera: "Si de mí depende nunca lo haré. Tampoco en Tokio. Fue duro, acabamos con un mal sabor de boca", reconoce.
"El trabajo en equipo es la principal diferencia con España"
Aterrizado de Japón, Martínez caviló un cambio. Habló con el exdirector técnico de aguas abiertas, Ricardo Barreda, y puso encima de la mesa los mejores entrenadores mundiales. Habló con Possenti. En octubre viajó a Brasil. Y acertó. "La principal diferencia con España es el trabajo en equipo. Hay una conexión brutal, somos una pequeña familia", advierte, mientras detalla que también ha ganado en preparación física, ya que todo es "personalizado, están pendientes de ti en todo momento".
Martínez reside en un condominio justo enfrente de la piscina. Su compañero de piso es Allan do Carmo, otro nadador internacional con Brasil. Su vida es austera, dedicada al entrenamiento desde el amanecer. "Nos levantamos temprano porque a las 7:30 ya empezamos el entrenamiento. Dura unas dos horas y media. Hablamos luego con el nutricionista para la comida y a las 15:30 volvemos al agua hasta las 18:30. Hay días que a las 21:30 ya estamos en la cama", explica el murciano, que lunes, martes, miércoles y viernes además trabaja preparación física específica.
El murciano aprende a respirar
¿Cómo mejorar el nivel para situarse en ese top ten olímpico? Es la obsesión de Alberto Martínez. Primero, hay que "entrenar a ritmo de competición, mejorar el umbral para estar con ellos". Y luego es donde entran en juego el entrenamiento habitual y las innovaciones: "Debemos mejorar todos los parámetros físicos y psicológicos. Y estamos mejorando mi lado malo de respiración. Siempre respiro al izquierdo y debe hacerlo también por la derecha, ya que es una prueba larga y muscularmente se cargan unas zonas más que otras si siempre respiro por el mismo lado. Debo compensarlo".
El internacional se pone como reto el Mundial de Budapest después de los vaivenes de la Federación Internacional de Natación (FINA) con la suspensión del Mundial de Fukuoka, que debía celebrarse en mayo. Ahora competirá en junio en Hungría, en el Lago Balaton, donde intentará que se empiece a plasmar sus cambios.