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AGUAS ABIERTAS | GWANGJU 2019

Martínez: “Con cinco años ya nadé una travesía de 400 metros”

El murciano buscará este martes en los 10 kilómetros aguas abiertas la clasificación olímpica en el Parque Oceánico de Yeosu. Debe quedar en el top ten.

Corea del Sur
Alberto Martínez.
Ricardo Barreda.

Es muy difícil que si con cinco años ya eres capaz de nadar la travesía del puerto de Cartagena de 400 metros no te acabes dedicando, con el paso de los años, a las aguas abiertas. Así recuerda sus inicios en este peculiar mundo Alberto Martínez, que este martes a las 1:00 (hora española) peleará junto al también español Guillem Pujol por conseguir el billete olímpico en la prueba de 10 kilómetros que se disputa en el paisajístico Parque Oceánico de Yeosu. Para ello debe quedar entre los diez primeros.

Martínez ha irrumpido con fuerza en las aguas abiertas desde hace un par de años. “Empecé desde pequeño en el club Ancora. Mi hermano recibía clases de natación y me apuntaron. Aprendí a nadar y hay un momento en el que me dijeron de pasarme al equipo. Era pequeño y recuerdo ya de hacer la travesía típica del puerto del Cartagena. Yo nadé la pequeña y quedé el último. Tenía solo cinco años y ya hice 400 metros. Me dieron el premio al participante más joven”, rememora desde Corea del Sur.

Después de dar sus primeros pasos, Martínez empezó a entrenar con otros nadadores consolidados e internacionales de aguas abiertas murcianos, como Sergio Gómez o sobre todo Margarita Domínguez, que llegó a ser medallista mundial. Siempre tuvo como referente a Michael Phelps y considera que la mentalidad es la clave en un deporte tan exigente. “La principal virtud es la cabeza. Tienes que nadar bastante tiempo, vas a estar sufriendo para tomar posiciones o tomar una boya. La clave es la fuerza psicológica. Mi madre ha sido mi inspiración seguramente, ella siempre ha sido una guerrera y una espartana”, argumenta.

El murciano ya consiguió quedar entre los diez primeros en el pasado Europeo de Glasgow, una posición de mérito y muy peleada. Llega con confianza a Gwangju: “Hay que ser objetivos. Es muy difícil, es un Mundial, y estar entre los diez mejores tiene su dificultad, pero es posible. Ya hice esos resultados ante los mejores. Confío en el trabajo que hacemos”. De hecho, este año ha decidido aparcar sus estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte para centrarse en este Mundial. El agua y los videojuegos son la mezcla preferida de un deportista predestinado a las aguas abiertas.