Whittaker y Gastelum, reencuentro en Las Vegas
Robert Whittaker y Kelvin Gastelum se enfrentan este sábado en el estelar del UFC Las Vegas 24. Iban a hacerlo en 2019, pero el australiano fue baja.
Robert Whittaker y Kelvin Gastelum son los últimos luchadores que han sido coach del reality de la UFC (la previsión de la empresa es que vuelva en 2021). Ambos capitanearon la última edición que finalizó en noviembre de 2018 y que en el peso pesado ganó el español Juan Espino (también pelea este sábado). Como es habitual, todo estaba destinado para que la rivalidad entre conjuntos culminase con el duelo entre los capitanes. El australiano y el estadounidense (de origen mexicano) iban a verse en febrero de 2019 en el país del primero, pero el campeón del peso medio en ese momento tuvo que ser intervenido de urgencia horas antes de la pelea y el pleito se cayó.
Gastelum reclamó una oportunidad y la compañía le puso a disputar el cinturón interino frente a Israel Adesanya. Perdió y sumó una racha muy mala. También cayó ante Till y Hermansson. Se quedó en una posición compleja. Pudo retomar el vuelo venciendo en el último pleito a Heinisch y se encontraba a la espera. Mientras, una vez recuperado, Whittaker también se enfrentó a Adesanya... y perdió igualmente. Debía rehacer el camino. Logró imponerse a Till y Cannonier para volver a mirar al título. Este sábado, para el UFC Las Vegas 24, tenía previsto luchar contra el número dos del ranking del medio (él es el uno), Paulo Costa. No puede ser así. El brasileño causó baja a un mes de la pelea y Gastelum levantó la mano. Quería la pelea que no se dio hace dos años.
Por dinámicas, Whittaker es favorito. También por tiempo de aviso para la pelea, pero Gastelum es un hombre capaz de sorprenderle. Sin duda han cambiado mucho las cosas desde que se iban a enfrentar. La principal es que el título no estará en juego, pero ambos lo persiguen. Whittaker sabe que un triunfo le daría la revancha, pero quizá Gastelum necesite un camino más largo. La derrota alejaría mucho a los dos del objetivo. Ambos son luchadores muy completos y la igualdad será máxima. Todo dependerá del estado de ambos. El australiano ha dejado buenas sensaciones sus últimas veces sobre el octágono. Mientras, el estadounidense parece que volvió a su nivel en febrero, pero genera dudas. Hay cuentas pendientes que resolver.