Leones en tierra hostil

A punto de la proeza el fin de semana pasado ante Georgia, la Selección española de rugby encara este sábado (14:00) en Bucarest el que quizá sea, entre los claramente ganables, el partido más complicado que le espera en su intento de clasificarse para el Mundial de Francia 2023. Les aguardan allí, en una tierra hostil donde la victoria les ha sido esquiva en sus 20 visitas desde 1958, los Robles, un equipo que ha estado en casi todo lo bueno y lo malo que le ha pasado al rugby internacional español en los últimos años.

El triunfo ante ellos en el Central en febrero de 2018 puso el Mundial de 2019 a tiro y generó una ola de ilusión como pocas veces había vivido este deporte antes en nuestro país. Después vino el desastre de Bruselas y la posterior descalificación, un embrollo en el que tuvieron papel protagonista un árbitro rumano, Iordachescu, y el presidente de la Federación Europea, Octavian Morariu, de la misma nacionalidad. Las cuitas pendientes entre ambos conjuntos se contrastaron el año pasado en el campo (ganaron los locales 24-7) y fuera de él (varios jugadores se enzarzaron después en una pelea en un bar de Botosani).

Igual que hace tres años, el camino al Mundial pasa por Rumanía y Santi Santos dispondrá un bloque muy experimentado, con varios jugadores que ya formaron parte del XV nacional entonces, pero también osado. Vuelve a la tercera Gautier Gibouin, uno de los líderes espirituales del grupo, y Guillaume Rouet formará con el joven Manu Ordás (23 años) una bisagra made in Bayona que puede dar a la línea un voltaje difícil de gestionar para los rumanos.

Güemes pasa al centro, donde formará pareja con Gimeno, y Perrin, uno de los hombres más desequilibrantes entre los afrancesados, estará en el ala izquierdo. La delantera recupera piezas importantes como Guillaume, Foulds o Josh Peters. Los pesos pesados acuden una vez más a la llamada mundialista del León.