El campeón del Sudáfrica Open bebió matarratas de niño

El año de la pandemia no le ha ido precisamente mal a Christiaan Bezuidenhout. El sudafricano de 26 años, que ya apuntaba maneras el verano pasado cuando ganó el Andalucía Masters con una exhibición en Valderrama delante de Jon Rahm, se ha impuesto en los dos últimos torneos del European Tour que ha disputado. Se hizo con el triunfo en el Alfred Dunhill Championship de finales de diciembre y en el South African Open de la semana pasada, ambos albergados por su país.

Ya son tres victorias profesionales para Bezuidenhout, que se sacó la tarjeta en 2017 y se ha convertido en una de las principales referencias del circuito, además de colarse entre los 50 primeros del ranking mundial (es el 35º ahora mismo). Pero no toda su vida ha sido tan idílica como en estos momentos.

Cuando tenía dos años bebió por error un veneno para ratas colocado dentro de una lata de Coca Cola. Salvó la vida con un lavado de estómago, pero le quedaron secuelas como una tartamudez que marcó su infancia. Él mismo lo ha confesado: "Aquello dejó consecuencias en mi sistema nervioso para toda la vida (...) Era introvertido y tenía depresión, vivía en mi mundo porque tenía miedo a conversar".

Tiempo después sufriría otro revés cuando dio positivo por betabloqueantes, un fármaco que le había recetado su psicólogo para tratar la ansiedad y que llevaba tomando desde los 14 años. Fue en un British Amateur en 2014 y le sancionaron. "Se me conoció como el golfista que había tomado drogas para mejorar mi rendimiento, mi situación era inconsolable", ha relatado alguna vez. Le cayeron dos años y se le redujo el castigo a nueve meses, porque un tribunal sentenció que no había consumido el fármaco con fines dopantes. Superados todos esos problemas se ha convertido en un golfista muy sólido en todos los aspectos, que apunta a dar el salto en algún momento al PGA.