Francia hace a Inglaterra campeona del Seis Naciones
El Gallo desarmó a Irlanda en París y entregó el título a Inglaterra, que ganó previamente a Italia con bonus. Balón de oxígeno para la RFU en el año de la pandemia.
En esta sucesión de eventos insospechados que es el 2020 nos faltaba que Francia e Inglaterra empezaran a hacerse favores. Aunque no medió intencionalidad, sucedió este domingo en París. Francia ganó a Irlanda (35-27) en el desenlace del Seis Naciones y le sirvió el título en bandeja a Inglaterra, que sudó en la primera parte para acabar sacando el necesario triunfo con bonus ante Italia (5-34).
Franceses e irlandeses saltaron al desangelado Stade de France conociendo el resultado de Roma, en el tercer y último acto de un súper sábado que concentró la última jornada al completo. Los locales necesitaban un imposible, ganar con bonus y 32 puntos de diferencia; a los visitantes les bastaba la victoria con un margen de siete. Madrugó el partido la sensación del torneo, el medio melé francés Dupont. Respondió Healy, en su centenario de partidos con el Trébol, diez minutos después. En el 30' Doris derribó a Cros cuando se disponía a posar y el castigo fue la amarilla y el ensayo. El pie de Sexton, que pasó dos golpes entre palos en el 25' y el 33', mantenía el pulso abierto al descanso: 17-13.
En la segunda parte emergió el nuevo rugby que Fabien Galthié y el inglés Shaun Edwards han diseñado para Francia, que más que champagne es la Blitzkrieg. Tiene algo de la Sudáfrica campeona del mundo este Gallo que aprieta los dientes y los hombros en defensa y se desparrama en ataque al son de Dupont y Ntamack, dos jóvenes insolentes (23 y 21 años). El último firmó el posado que amortajó a Irlanda en el 43' y un sombrero delicioso para acabar asistiendo a Vakatawa en el 70', justo después de que Henshaw recortara distancias y el Trébol se lanzara a una última carga suicida que resultó estéril.
Tercer puesto y buenas sensaciones en el primer año de Andy Farrell como seleccionador, mejoradas por el estreno de Galthié al mando de los franceses, segundos y parece que de vuelta a la primera línea de batalla internacional a tres años de su Mundial. El título es un balón de oxígeno para la Inglaterra de Eddie Jones, que lleva tres con el australiano como timonel (además de este el de 2016, con Grand Slam incluido, y el de 2017). Lo que va de año, desde que comenzó la aventura en febrero, ha sido una escabechina económica para la Federación Inglesa, que ha tenido que clausurar Twickenham, una de sus principales fuentes de ingresos, y recibió otro mazazo con la cancelación del amistoso ante los Barbarians que se iba a jugar la semana pasada.
Varios integrantes de los 'Baa-Baas' se saltaron el protocolo anticoronavirus previo al partido en un error cuyo coste se ha cifrado en un millón de libras (1,1 de euros). En total, las pérdidas que calcula la RFU para el año fiscal completo son de 10,8 millones de libras (casi 12 de euros). El agujero se cubrirá en parte con los cerca de 5 'kilos' (unos 5,5 en euros) que se reservan al ganador del Seis Naciones. Y como dijo Jones en los días previos, el trofeo "ayudará a poner una sonrisa en las caras de la gente" de vuelta a Inglaterra, uno de los países más sacudidos por la pandemia del mundo.