FÚTBOL SALA | CHAMPIONS
Los penaltis llevan al Barça a una histórica final ante ElPozo
Tras una semifinal agónica de 50 minutos, el Barça superó al Partido Comunista en la tanda de penaltis y se medirá el domingo con ElPozo por la Champions (20:00, GOL).
El domingo, en el Palau, sucederá lo nunca visto en la historia del fútbol sala continental con este formato: una final de Champions entre dos equipos del mismo país... y son españoles. En el doble duelo hispano-ruso de semifinales, hubo pleno de los equipos 'anfitriones': ElPozo doblegó a Tyumen (2-1) mientras que el Barça hizo lo propio con KPRF en un encuentro agónico que, tras 50 minutos de juego, se resolvió en los penaltis. En la tanda, de cinco lanzamientos, solo hubo un fallo, y fue de un jugador español, pero de bando ruso. Lin mandó el balón al larguero y el capitán Lozano no falló para cerrar el triunfo en un Palau que, en condiciones normales, hubiese presenciado una noche de fiesta y de júbilo en las gradas, pero los partidos fueron a puerta cerrada por la crisis sanitaria.
El Partido Comunista, con los españoles Raúl Gómez y Lin a la cabeza, entró mejor al partido. Mejores sensaciones, ocasiones sobre la portería de Dídac y jugadas trenzadas con facilidad. Sin embargo, el Barça tuvo dos chispazos en la primera parte que cambiaron por completo el guion del partido. Error en la salida de Nando por parte de los rusos y Lozano se lo hizo pagar, y de qué manera. El capitán azulgrana colocó el balón en la escuadra de Tsaider tras un derechazo inapelable. KPRF lo acusó, y tuvo varios minutos de desconcierto. Romulo, con pasado azulgrana, era el encargado de marcar a Ferrao. En todo balón que recibiía el pívot de Chapecó, los rusos se abalanzaban. Y ni con esas. A los ocho minutos, recibió de espaldas, peleó por un balón que tenía casi perdido y anotó el segundo... ¡con los cuatro jugadores de campo de KPRF a su alrededor! Por algo es el vigente Balón de Oro.
El Barça estaba a punto de cerrar una primera parte perfecta, y a falta de dos segundos se complicó todo. Romulo, tras un córner, recortó distancias en un gol de los llamados anímicos. Se fueron mejor al descanso y salieron con una marcha más que los azulgrana, que salieron agazapados y esperando la contra. El empate, tras varias llegadas peligrosas, se veía venir. Y llegó. Niyazov robó el balón a Aircardo en una zona comprometida (pidió falta a los árbitros) y pasó a Asadov para que anotara a puerta vacía. El Barça estaba grogui, y lo mejor en ese momento era el empate. Ningún equipo utilizó el portero-jugador, por lo que el partido se fue a la prórroga.
Todos empezaban a acusar el cansancio, aunque los rusos juegan los partidos de su Liga a 50 minutos, a diferencia de los 40 que se juegan en España y en Europa. Bien es cierto que ambos equipos usaron poco el fondo de armario. Y en la prórroga, apareció la magia de Daniel. Tras marcharse por banda, mandó un balón de gol a Esquerdinha dentro del área para que el otro pívot del Barcelona anotase el tercero. El Partido Comunista, ahora sí, utilizó el portero-jugador, tocaba tomar riesgos. El Barça lo sabía, pero tras una jugada cuanto menos dudosa, que cortó el tanto azulgrana desde campo rival, el banquillo estalló por la actuación arbitral. Lozano, que ya ha pasado por muchos momentos así, aguantaba el balón en los segundos finales... cuando a doce segundos de la conclusión el Barça veía como se le escapaba otra vez la final. Mano de Adolfo dentro de área y penalti. Nuevo empate y el Barça tenía que ganar el partido por tercera vez, y lo hizo.
Una tanda agónica en la que el larguero fue cruel con un ex del Barça como Lin y que lleva a una inédita final española el próximo domingo (20:00, GOL). Y, también, deja a Valdepeñas sin Champions. Los actuales subcampeones de Liga necesitaban que uno de los dos equipos rusos fuera el campeón, pero la Champions se quedará en España.