Wyatt recupera a 'The Fiend' ante Strowman para ganar 'un duelo de cine' en Extreme Rules

Todos los PPV que la WWE ha hecho durante la pandemia de coronavirus han sido sin el gran público (en los últimos hay gente del staff de la compañía para ambientar la arena) y con importantes innovaciones. Buscan el ruido en las redes sociales y lo han logrado. También en Extreme Rules, evento al que añadieron el sobrenombre de 'Horror Show'. Era una declaración de intenciones y la cumplieron. El duelo estelar enfrentó a Braun Strowman y Bray Wyatt (no había título en juego). El segundo fue el anfitrión en el pantano en el que estuvo la acción. En un nuevo pleito cinematográfico, Wyatt tomó un personaje similar a 'Frankenstein' para ir creando ambiente toda la noche. Después, usaron todo tipo de animales que hay en un pantano de Florida, aparecieron todas las personalidades de Bray y finalmente 'The Fiend' zanjó el segmento con su garra mandibular y dejó a su oponente bajo el agua del pantano. La repercusión digital se generó al instante y el camino de ambos parece claro: el título de Braun se expondrá ante 'The Fiend' en SummerSlam.

Ese 'Show de Horrores' se evidenció todavía más en el combate que tuvieron Seth Rollins y Rey Mysterio. El ganador sería el que sacase un ojo al otro. Imponente y el pleito dejó una sensación extraña. Rollins volvió a repetir la acción que inició esta rivalidad. Apretó el ojo derecho del californiano contra la escalera del ring. Ganó, pero él mismo acabó vomitando en el ringsite por lo que acababa de hacer. Sin duda uno de los finales más brutales que se recuerdan en los últimos años. Antes de eso, ambos dejaron clara su calidad e hicieron vibrar a los pocos aficionados en el Performance Center y a los miles que lo vieron desde sus casas. Tras el combate, WWE informó que la lesión no era tan grave como parecía. No está afectado el nervio óptico y no perderá visión, pero puede que su carrera esté cerca del final. El tiempo lo dirá. 

Gran parte del show estuvo centrado en el roster femenino. Un acierto. Bayley y Sasha Banks querían acabar la noche con todo el oro de su división y lo lograron, lo que habrá que saber es por cuánto tiempo. Ambas son campeonas por parejas. Bayley llegó al show como campeona de SmackDown y retuvo su cinturón ante Nikki Cross. A la que ganó con un puñetazo que le propinó con un puño americano que Banks le facilitó. Es decir, de manera ilegal, pero el árbitro no lo vio. El mayor lio vino después. Sasha y Asuka, campeona de Raw, ofrecieron un combate muy bueno. Banks estaba tocada y Bayley empezó a enredar. Kairi Sane quiso ayudar a su amiga y Asuka metió en su boca el líquido verde que la caracterizó durante un tiempo. Cuando lo lanzó, Banks se quitó y el árbitro se quedó cegado. Bayley lo aprovechó para dejar KO a Asuka, ponerse la camiseta del referí y darle la victoria a su amiga. ¿Es legal? Saldremos de dudas pronto, de momento ellas disfrutan de ser las reinas absolutas del roster principal.

Mientras, Drew McIntyre mantuvo el Campeonato de la WWE ante Dolph Ziggler, quien se reservó las normas del combate. Él jugaba sin normas y Drew no. Se olvidó de que el campeón está en su mejor momento. Resistió incluso romper una mesa con su cuerpo. Eso desesperó a Ziggler, quien se descentró y recibió un Claymore que le costó el triunfo. Por otro lado, la gran sorpresa de la noche fue el triunfo de Cesaro y Nakamura, quienes derrotaron a New Day (Kofi Kingston y Big E) por los Campeonatos por parejas de SmackDown. La acción final fue una de las virales de la noche: Cesaro lanzó a Kofi con un bombazo desde la tercera cuerda sobre dos mesas. Justo después en el show, se vivió la proclamación de MVP como campeón de los Estados Unidos. Era algo que se sabía, pues el monarca anterior, Apollo Crews, llevaba un mes fuera de la acción. Bobby Lashley le había lesionado y tampoco pudo estar en este PPV. Y en el kickoff, Kevin Owens se llevó el triunfo en una pelea muy bonita ante Buddy Murphy.

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