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Todos los ojos en la UFC

La compañía regresa este sábado a la acción en Jacksonville (Florida) tras 56 días de parón por la emergencia sanitaria. Lo hace con dos cinturones en liza.

Imagen de una pelea de UFC.
AFP

El deporte mundial tiene sus ojos puestos sobre Jacksonville (Florida). Allí, la UFC realizará este sábado su primer show tras 56 días de parón obligado por la crisis sanitaria del coronavirus. El evento ha generado gran expectación de nivel deportivo, pero va mucho más allá. El resultado de esta velada marcará el futuro del deporte estadounidense y mundial. La UFC llevaba semanas intentando ponerse en marcha, tenía todo listo para realizar estos mismos combates el 18 de abril, pero la presión de una senadora californiana (iban a celebrarlo en tierras tribales, las cuales no siguen las leyes del Estado) echó al traste la idea. Ahora, con el apoyo de Florida (su gobernador nombró a las empresas deportivas como "esenciales"), lo ha logrado. Regresan a la acción y lo hacen con uno de los mejores eventos de los últimos tiempos.

El octágono será el protagonista una vez que suene la bocina, pero la previa ha estado marcada por la prevención. Querían recuperar la actividad, pero con seguridad. Todos los implicados en la competición fueron sometidos a un test para certificar que estaban sanos. La UFC tenía 1.200 preparados solo para la velada. Entre el martes y el miércoles los efectuó como requisito para registrarse en el hotel. Además, diariamente, los médicos de la empresa toman la temperatura a los huéspedes.

El primer paso estaba claro, pero los más novedosos han venido después. Los luchadores no han atendido a los medios de manera presencial, sino telemática, y volverá a ser así tras el evento. Tampoco habrá entrevista sobre el octágono con el ganador de cada combate. El número de personas en la esquina se limitará, todos usarán medidas de protección, mantendrán la distancia de seguridad y los diferentes equipos no compartirán vestuario como es habitual. Por último, en cuanto a prevención, la UFC ha reducido el staff que habitualmente utiliza para un evento. De 130, a 50 auxiliares. Lo más curioso es que aunque eliminó el pesaje público, tras el oficial brindó los cara a cara entre los protagonistas de cada pelea. Salieron sin camiseta ni protección, se quedaron a menos de un metro y no chocaron manos. La paradoja con el resto de refuerzos. El único que salió protegido y cumplió todo fue Ronaldo Souza, quien horas más tarde se confirmó que era positivo, aunque el show sigue adelante.

Sin duda será un evento diferente por todas esas decisiones, pero sobre todo porque no habrá público, aunque eso no será tan novedoso. En el último show disputado (el 14 de marzo en Brasil) no dejaron entrar asistentes ante el desarrollo de los acontecimientos. Será extraño para los luchadores, quienes llegan más motivados para ofrecer un entretenimiento extra a los fanáticos. Tony Ferguson se enfrentará a Justin Gaethje por el Campeonato Interino del peso ligero. El Cucuy debía enfrentarse a Khabib, pero la pandemia dejó fuera al campeón absoluto y Ferguson, pese a ser favorito, avisó en las horas previas: Gaethje no es un regalo, y es que un hombre con un 86% de victorias por KO no permite ningún error. En el duelo coestelar, Henry Cejudo expone su cetro del gallo ante Dominick Cruz, excampeón, que no pelea desde que perdió ese cinturón en diciembre de 2016. Francis Ngannou, Greg Hardy, Donald Cerrone, Fabricio Werdum completan un cartel de ensueño.