NATACIÓN

Dressel, rey sin corona

Aspirante a seis oros este verano en los Juegos, pospone un año sin reto mientras reconoce públicamente que "no quiero ser famoso".

Harry How

La fisiología y, el azar, también ayudan a construir los mitos. Los cuatro Juegos en los que Michael Phelps consiguió medallas le pillaron con 19, 23, 27 y 31 años, edades propicias para la natación las tres primeras, y la última también para un superdotado como el de Baltimore, ganador de 28 medallas olímpicas (23 de oro). A Caeleb Dressel, nombrado sucesor por sus siete oros en el Mundial de Budapest (2017) y sus ocho en el de Gwangju (2019), al margen de por su físico privilegiado, su mentalidad y su superioridad en el agua, los Juegos le han pillado con el pie cambiado.

En Río 2016 no había aún explotado a sus 19 años, no formado completamente en las pruebas de velocidad. No obstante, ayudó a Estados Unidos a sumar dos oros en los relevos 4x100 libre y 4x100 estilos. El de Florida estaba llamado a ser el rey este verano en Tokio, pero sus mejores Juegos los tendrá que vivir con 24 años en 2021. En ellos, aspira a seis oros. "No quiero ser famoso", se limita a decir en una entrevista a la FINA. Dressel no persigue la gloria, pero absorbe lo mejor de cada estrella. "Me fijo en la patada de Lochte. Cuando entreno con él me detengo a copiarlo. También en la mariposa de Phelps, aunque somos diferentes o en la mentalidad de Ledecky. Nos parecemos más", describe.

Actualmente Dressel, con una filosofía de vida tradicional y católica, se entrena cuatro veces a la semana en al gimnasio de preparador físico Matt DeLancey, que reside a cinco minutos caminando de su casa. "Puedo ejercitarme sin camiseta", apunta el estadounidense, enganchado a Youtube y a Instagram para "conectarme con la gente".

Debido al gran gasto calórico de los nadadores, con sesiones de entrenamiento de más de seis horas, Dressel siempre ha sido un zampabollos. Así mismo se define él. "Mi deseo ha sido comerme un paquete de Oreo. Después de los entrenamientos, como cualquier cosa", relata. Una manía que está intentando corregir. "Estoy perfeccionando mi dieta", comenta, aunque tiene dificultades: "Kennedy hornea unos brownies muy buenos, pero solo los pruebo para decirle que están buenos".

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