Russell mantiene su trono tras un recital ante Nyambayar
Gary Russell Jr. retuvo el Mundial WBC del peso pluma tras derrotar por decisión unánime a Tugstsogt Nyambayar. Mientras, Rigondeaux ganó el WBA Regular del gallo.
Quitándose dos manos con la cintura y alzando sus brazos. Así terminó su maratoniana jornada, en Allentown (Pensilvania), Gary Russell Jr, quien llegó al pabellón ocho horas antes de su combate para practicar su salida y estar en la esquina de su hermano, Gary Antonio. El estadounidense, de 31 años, acababa de sumar su quinta defensa consecutiva ante el uzbeco Tugstsogt Nyambayar, plata en Londres 2012. Ganó por decisión unánime (118-110, 116-112 y 117-111) en un combate que dominó con holgura y que solo se complicó un poco en la parte final, cuando el físico le empezó a abandonar. Nunca llegó a estar en peligro su triunfo, y es que su calidad está por encima de la media y lo volvió a demostrar. Así vuelve a dejar claro que es el rey y apuntó a Leo Santa Cruz como futurible. Los grandes nombres y la continuidad son su debe. Toda la afición espera volver a verle en 2020.
Russell mostró una velocidad diferente de inicio. Entraba, pegaba y salía mientras que Nyambayar no se daba ni cuenta de lo que ocurría. El trabajo con el jab del campeón fue clave, ya que lo sacaba mucho, aunque no impactase, porque así evitaba que el uzbeco marcase el ritmo. Lo logró y cuando el aspirante sacaba sus golpes, Russell contragolpeaba con sus izquierdas rectas y encarrilaba la pelea. Así transcurrieron los asaltos hasta el séptimo, cuando el exmedallista olímpico metió un punto más. Desde ese momento, el trabajo de variar planos del campeón pareció que no era tan efectivo. Él fue a menos y Nyambayar a más. Así, los últimos rounds ambos acabaron cabeza con cabeza. Russell tenía cintura, pero le faltaban piernas. Aun así, él también pegaba y su victoria nunca corrió peligro. Tenía un oponente complicado, pero no fue suficiente para meter en apuros a Russell. Su reinado sigue siendo inquebrantable.
Rigondeaux vuelve a ser campeón entre abucheos
Guillermo Rigondeaux volvió a alzar un cinturón. Lo hizo con el WBA Regular del peso gallo (un interinato de este peso, Inoue es el campeón absoluto) y el ruido de fondo eran abucheos. El cubano, de 39 años, se impuso a Liborio Solís por decisión dividida (115-112, 112-115 y 116-111) en un combate en el que solo sufrió en el primer asalto. En la parte final de ese round, Solís le impactó una derecha que le hizo tambalearse. Había salido guerrero el venezolano, quien solo aguantó ese ritmo esos tres minutos. Cabeza con cabeza generó muchos huecos, pero luego decidió no intentarlo más. Sacó trabajo con él jab y solo la falta de continuidad de Rigondeaux le libró del KO.
Rigondeaux acabó abucheado porque aburrió en determinados momentos. Su calidad es innegable y lo volvió a demostrar. Se quitó manos de todos los colores con la cintura. Caminaba, se quitaba golpes… y repetía. Ahí estuvo su fallo, porque lanzaba muy pocas manos. Cuando lo hizo fue muy solvente. De hecho, conectó más del 40% de todo lo enviado. Un gran porcentaje. El único momento en el que apretó Rigo fue en el séptimo. Ahí, tras salirse de manera magistral de una serie, impactó con un upper que casi deja fuera a Solís. Pero era duro el venezolano y resistió tras una cuenta. Mediado ese combate llegaron más opciones, pero el KO necesitaba de un Rigondeaux menos reservón y no lo hubo. Victoria sí. Calidad, de sobra. ¿Espectáculo? Ahí falló, pero el cubano fue claro al terminar: “Mira con la bulla del público lo que he conseguido”, espetó. Ganó, el resto nunca le importó.