Rigondeaux, ante el reto de recuperar su estatus de 'gallo'
Guillermo Rigondeaux se enfrenta el sábado a Liborio Solís por el WBA Regular del gallo. El cubano pretende lograr el triunfo y regresar a la primera línea.
La primera pelea profesional en la historia entre dos doble campeones olímpicos fue un punto de inflexión para los dos protagonistas. Vasyl Lomachenko (14-1, 10 KO) y Guillermo Rigondeaux (19-1, 13 KO). El ucraniano logró el triunfo después de que el cubano pusiese una mala excusa para abandonar, ya que estaba siendo muy inferior. Subió dos categorías de peso y lo pagó en exceso. Desde ese momento, muchos fueron los fantasmas de su retirada, y aunque se pasó una año y dos meses sin competir, en 2019 disputó dos combates para recuperar el ritmo y ahora tiene un claro objetivo: volver a ser campeón con 39 años.
Con ese fin, este sábado en Allentown (Pensilvania), se enfrentará (en el coestelar del Russell vs Nyambayar) al venezolano Liborio Solís (30-5-1, 14 KO) por el Mundial WBA Regular del peso gallo (interinato, Inoue es el campeón absoluto). Era su objetivo. Regresar al punto en el que estaba antes de Lomachenko. "Esta pelea es importante para mí. Durante años fui uno de los mejores del mundo. Cuando uno es campeón solo se enfrenta a los mejores y eso es lo que quiero. A partir del sábado empezaré otro largo reinado", apuntó en la previa el cubano en el 'Nuevo Herald'.
Para hacer el reto todavía mayor, Rigondeaux lo hace en el peso gallo, una categoría por debajo de sus anteriores Mundiales. "Me siento más fuerte que nunca y creo que puedo sacar más mis habilidades", avisa el cubano, quien estará por segunda vez dirigido por Ronnie Shiedls. "Hemos formado un gran plan de pelea y lo vamos a ejecutar a la perfección. Mis armas están afinadas y todos verán como ese duro trabajo tiene sus frutos. Ronnie es un gran entrenador y quiero probar cosas el sábado", añadió. Aunque el 'Chacal' es el número dos en las listas de la WBA y Solís lidera ese ranking, es favorito. Por boxeo y entidad de sus rivales debería de ser un rival propicio para alzar un nuevo cinturón y mirar a los grandes nombres. Rigondeaux quiere ser un gallo de nuevo.