Bou: "Aún puedo evolucionar"
El piloto del Repsol Honda es historia viva del trial con 26 mundiales. "Este premio que me da AS es algo muy grande para mí", asegura.
Si Toni Bou participara en una oferta de empleo y enviara el currículum probablemente cualquier empresa lo descartaría pensando que está exageradamente inflado. 26 títulos de campeón del mundo individual, 13 al aire libre y otros tantos bajo techo, acompañan a 24 triunfos en el Trial de las Naciones, 15 outdoor y 9 indoor; y 22 campeonatos de España, once y once. Méritos más que suficientes para ser acreedor de uno de los Premios AS del Deporte 2019 que recibió de manos de Javier Pardeiro, de Ford. "Viniendo de un deporte minoritario que me dé un premio un diario como AS para mí es algo muy grande, es un honor y estoy muy contento y agradecido. Conseguir un reconocimiento así es muy difícil, me ha costado muchos títulos. Soy de los que siempre desayuna mirando los periódicos y los leo todos, evidentemente el AS entre ellos", asegura el piloto del Repsol Honda.
Mito y leyenda. Nacido en Piera (Barcelona) hace 33 años, Bou ha logrado convertirse en mito de la especialidad que practica y nadie cuestiona que es el rey histórico y una auténtica leyenda del Trial. En su infancia y adolescencia pasaba horas y horas viendo vídeos de sus ídolos, Dougie Lampkin y Jordi Tarrés, esos que fueron santo y seña de la moto de trial con doce campeonatos del mundo (siete al aire libre y cinco indoor) y siete (todos outdoor), respectivamente. Héroes que este meticuloso perfeccionista ha superado con creces en palmarés a base de trabajo, esfuerzo, motivación, espíritu competitivo, ambición y fe en sí mismo. Todo unido al enorme talento que saca al manillar de la Montesa Cota 4RT con la que hace acrobacias que no están al alcance de nadie más en el mundo y que se basan en su control absoluto de la bicicleta de bike trial o trialsín, especialidad en la que en su época infantil ganó dos títulos mundiales y logró dos subcampeonatos.
Bou es respetado y admirado por sus rivales, algo extraño en un caníbal de las victorias como él que lleva 114 en el Mundial, y eso le llena de orgullo y le hace sacar el rasgo de personalidad que destacan en su entorno más cercano: la humildad y sencillez. "Esto no es fútbol ni un deporte de masas. Yo tengo la gran suerte de estar en el Repsol Honda y eso hace que todo sea más fácil. Para un deportista lo más dificil es encontrar la motivación. Me gusta mucho lo que hago y aún puedo seguir evolucionando. Eso hace que me levante cada día con ganas de entrenar. Intento mejorar siempre y avanzar. Y cuando salen los resultados es mucho más fácil seguir adelante", afirma.
En 2007 empezó una tiranía que no tiene parangón en el deporte de alto nivel, pero Bou no tiene la más mínima intención de retirarse mientras siga divirtiéndose encima de la moto y sumando dobletes. Una gran noticia para los aficionados y pésima para los rivales.