El mago de la bici que trabajó para ser mito del trial
Toni Bou es perfeccionista exigiendo lo máximo tanto a él mismo como a los que trabajan a su lado. Aprendió mucho de niño viendo vídeos de Tarrés o Lampkin.
"En mi tiempo libre si puedo entrenar, entreno". Toni Bou Mena no es el mayor mito de la historia del trial por casualidad. Trabajo, esfuerzo, motivación, espíritu competitivo, ambición y fe en sí mismo se unen al enorme talento que saca al manillar de la Montesa Cota 4RT. Una habilidad pulida en su etapa infantil en el 'bike trial' (trial sin motor o en bicicleta) donde cosechó dos títulos mundiales y dos subcampeonatos. Con 12 años debutó en el trial en moto, ese que tanto amaba su padre, y que descubrió con Tarrés o Lampkin: "Eran mis ídolos, viendo sus vídeos en mi infancia aprendí mucho".
Bou es meticuloso y perfeccionista exigiendo lo máximo tanto a él mismo como a los que trabajan a su lado. Un gran equipo con Miquel Cirera al frente y las figuras clave de Marc Freixa, coach y mochilero, y Jordi Riera, mecánico de confianza. Antes hubo otros como Dani del Valle, Dídac Cercós o Joan Cordón. Todos destacan siempre, además de la sencillez, cercanía y humildad, la ambición de Toni por innovar y acercarse al límite buscando movimientos más precisos en los entrenamientos.
Esos que exprime en las instalaciones de Naturlandia en Andorra, donde vive, en unas instalaciones construidas ex profeso con sus exigencias. También entrena en Piera, localidad natal en la que tiene una rotonda y donde conserva a sus amigos de toda la vida. Ellos, sus padres Imma y Toni, su hermana Gemma, su pareja Esther y su equipo del Repsol Honda conforman la base en la que se apoya el 26 veces campeón.