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Jedrzejczyk silencia a sus críticos en Tampa tras ganar a Waterson

Joanna Jedrzejczyk derrotó por decisión unánime a Michelle Waterson en el combate estelar del UFC Tampa. El peso de la polaca fue el tema de la semana.

Joanna Jedrzejczyk golpea a Michelle Waterson en el UFC Tampa.
Getty Images

Mandó callar Joanna Jedrzejczyk desde la báscula. El mensaje era para los críticos y los que empezaron a rumorear el pasado miércoles que la excampeona no cumpliría con el límite del peso paja. Lo dio dos días más tarde y mandó el mensaje. El primer objetivo estaba cumplido, faltaba ver como se rehidrataba y rendía sobre el octágono de Tampa (Floridoa) ante Michelle Waterson. Segunda vez que mandó callar la polaca, aunque esta vez de manera metafórica, porque Jedrzejczyk realizó una pelea muy completa y logró el triunfo en el combate estelar de la velada por decisión unánime (50-45, 50-45 y 49-46). Regresó al peso en el que fue la reina (campeona seis veces) tras un año y medio y lo hizo con victoria. "Mi próxima pelea tiene que ser por el cinturón. Dana White, llámame", espetó tras el pleito. Su objetivo es claro.

El pleito fue muy físico y todo el esfuerzo que hizo Jedrzejczyk para cortar el peso lo vio compensando en una clara superioridad de envergadura. Ese factor le permitió frenar a Waterson en el striking y cimentar su triunfo. Joanna trabajó muy bien con las piernas durante toda la pelea. Dañó las de su oponente y no se quedó ahí, también fue conectando buenas patadas al cuerpo y al rostro (las que menos). Además, cuando la estadounidense intentaba entrar en distancia, la polaca la recibía con las manos rectas y le frenaba. En defensa Joanna no fue perfecta, pero en el cómputo general fue muy superior.

Otro factor clave fueron los agarres. Waterson quería una pelea física e intentaba cada poco el derribo. Solo lo consiguió dos veces, y en el tercer asalto tuvo muy cerca un mataleón, pero Joanna aguantó y se zafó. En el quinto lo volvió a intentar, pero la polaca tenía mejor posición y no fue inconveniente. En el resto de agarres, con la espalda en la jaula, la ventaja de nuevo fue para la excampeona, quien con buenas patadas de muay thai y codazos precisos fue decantando la pelea de su lado. Acabó tocada de su pie derecho (al terminar reconoció que creía que se lo lesionó en el segundo asalto), pero la expereincia es un grado y supo sacarla a relucir para frenar los ataques a la desesperada de Waterson. Después ambas acabaron abrazadas y Joanna reconoció a su rival: "Ha sido una guerrera".