Khabib se pasea en Brooklyn y levanta 'el título de McGregor'
El ruso ganó a los puntos por decisión unánime a Iaquinta para proclamarse campeón del peso ligero. Fue muy superior. Namajunas venció a Jedrzejczyk.
De las primera cosas que hizo Khabib Nurmagomedov tras proclamarse campeón del peso ligero de la UFC fue darle las gracias a su rival, Al Iaquinta. El estadounidense aceptó la pelea con sólo 24 horas de antelación y sin la oportunidad de ser campeón. Lo hacía buscando la gloria y así peleó. No se achantó, buscó su plan... pero no pudo con Khabib. El ruso fue infinitamente superior, pero agradecido, es consciente que su rival le ayudó a lucir. Victoria clara a los puntos para Khabib, quien apunta al comienzo de una nueva era. De momento sustituye a McGregor con ese cinturón, ahora debe ratificarse contra uno de los gallos de la división.
El combate se jugó al ritmo que Khabib quiso. Iaquinta salió a presionar y cerrar huecos, pero en un minuto estaba en el suelo con el ruso pegado como una lapa. No había manera de quitárselo de encima. Y no lo logró. Dos asaltos completos muy físicos, pero no encontraba el camino a la sumisión. Iaquinta se zafaba bien. En el tercero buscó los cruces y esperando el error de su rival, Khabib le masacró. Aunque tampoco cayó. Volvían los fantasmas del ruso: aburrir al público. Era muy superior, merecía la finalización, pero le faltó.
Mediado el cuarto asalto, cuando ya había hecho lo justo para ganarlo, Khabib bajó la marcha. Iaquinta lo vio y en el quinto intentó sorprender, fue lo peor que pudo hacer. Conectó una patada en el rostro de Khabib y el ruso se encendió. Ahí sí se fue con todo. Quiso combinaciones largas, sumisión... intentó todo, pero le faltó tiempo. Jugó con el Khabib y con su rival, no apretó en los momento clave y por ello acabó ganando en las cartulinas. Aunque ahí no hubo duda alguna. Fue un rodillo, campeón indiscutido, como quería. Khabib ya ha remplazado a McGregor.
Namajunas, kryptonia de Jedrzejczyk
Maldecía Joanna Jedrzejczyk tras la decisión de los jueces. Acababa de perder su segundo combate consecutivo, de nuevo por el título y ante Rose Namajunas, su kryptonita. Es la única que logra meterla en problemas, sabe como frenarla y dañarla. Esta vez no hubo KO, pero pocas dudas se generaron. La defensora del título fue mejor y se llevó el título con merecimiento. Se confirma como campeona, no es flor de un día. Mientras, Jedrzejczyk tras dominar la mano de hierro durante años tendrá que volver a andar el camino para llegar al cinturón.
La lectura del combate es la misma del segundo uno al último. Namajunas estaba cómoda con la estrategia que tenía. Normal, le estaba funcionando. No lo logró Jedrzejczyk, pero la polaca sólo tenía un plan, y murió con él. La excampeona salió a morder, era muy vertical y lo aprovechó Namajunas para contragolperar con dureza. Si algo distingue el primer y el segundo combates entre ambas es la mandíbula de Jedrzejczyk. La polaca se fue al suelo dos veces con dos manos en el UFC 217, en el UFC 223 la cosa cambió. Su aguante recordó al de siempre y le permitió llegar la final. No hubo pateo ni suelo (salvo los 10 segundos finales), sólo boxeo, pero firmaron una gran pelea. Las dos demostraron calidad, pero sólo Namajunas lo vio recompensado.