Khabib sigue siendo el rey tras someter a Poirier en el UFC 242
Khabib Nurmagomedov continúa siendo el campeón absoluto del peso ligero de la UFC al someter en el tercer asalto a Dustin Poirier en el duelo estelar del UFC 242.
El 'Águila' voló alto en Abu Dhabi. Khabib Nurmagomedov volvía a pelear tras los incidentes que protagonizó en el UFC 229. Fue sancionado y su intención era pasar página este sábado. Lo logró. Deportivamente dio una nueva exhibición y tras el pleito se redimió públicamente. "Las MMA son, lo primero, respeto. Han pasado muchas cosas y quiero olvidarlas todas", apuntó el ruso sobre el octágono luciendo la camiseta de su rival en el UFC 242. Dustin Poirier se ganó el respeto del campeón del peso ligero, y es que el estadounidense le puso en aprietos con un crochet que dejó tocado al ruso. Khabib se rehizo y acabó ganando por sumisión en el tercer asalto. Imponente. Nurmagomedov sigue siendo invencible.
La pelea empezó con ambos midiéndose. Poirier iba soltando golpes y lanzaba muchas patadas, podía ser un peligro con un hombre que castiga en el agarre, pero estaba confiado. En dos minutos Khabib no tiró golpes, y tras la primera serie llevó el duelo al suelo. Sobre la lona, con la lucha, el ruso se siente muy cómodo y lo volvió a materializar. Tomó a su rival por un lado, su posición favorita, y fue controlando. En la parte final, montó a Poirer y le castigó con un vendaval de golpes. La bocina le salvó y ambos se encararon. Podía aparecer el Nurmagomedov del cortocircuito... pero no pasó de ahí. "Debes aprovecharte de la jaula para impedir que se mueva cómodo", le dijeron al campeón interino (Poirier) en la esquina, les hizo caso, aunque antes tuvo su ocasión.
Con un crochet volado de derecha tuvo muy tocado a Khabib, que resistió y se recuperó bien. Estaba bien preparado físicamente, pero se le vio en problemas. Algo poco habitual. Una vez se rehizo llevó la pelea al piso de nuevo. Otro trabajo fácil, aunque Poirier estaba tranquilo, haciendo caso a sus entrenadores y esperaba su momento. Sabía que necesitaba una pelea larga. El tercer acto fue el final. El estadounidense buscó una guillotina, pero Khabib sabe muy bien su aguante, se puso de lado y salió de la presión. Ganó la espalda de su rival, ya lo había hecho antes sin llegar a rozar la sumisión, pero esta vez fue diferente. Khabib intentó cerrar un mataleón, no fue efectivo y su oponente se relajó. Poirier se confió, bajó sus manos al suelo... y se quedó sin defensa posible. Nurmagomedov lo vio y apretó con todo. Se habían consumido 2 minutos y 6 segundos del tercer round. Era el final. El rey sigue siendo Nurmagomedov, dentro y ahora, de nuevo, fuera del octágono.