WATERPOLO | GWANGJU 2019

La selección de Corea: las 'Moussambani' del waterpolo

El equipo se ha formado en dos meses y está compuesto por nadadores entre 14 y 18 años que nunca habían jugado. Para ellas marcar un gol ya es una victoria.

Corea del Sur
Clive Rose

Las waterpolistas coreanas se pasaban el balón la una a la otra con suprema dificultad, sin precisión y a un ritmo menor. El público jaleaba cada parada de la portera o cada intento de lanzamiento, mientras que Canadá, su rival en el agua, se tomaba el partido con filosofía: destensionadas en defensa, con poco tiro y con menos movilidad en ataque, como se acudieran a un compromiso en vez de a jugar un partido del Mundial. El choque discurría 17-0 sin que las americanas se esforzasen cuando de repente ocurrió algo que puso patas arriba la piscina de Gwangju.

Canadá decidió atacar con la portera, uno de los nuevos puntos permitidos por el reglamento. Pero el ataque fue inocuo y, al replegar, fue excluida al cometer falta. Todo de cara para que Corea del Sur marcase de nuevo un gol. Porque de eso se trataba el partido para las anfitrionas, de hacer un gol, de que sus jugadoras tuvieran la fuerza suficiente para deshacerse de la defensa canadiense y meter el balón en la red. Y lo logró la misma waterpolista del primer día ante Rusia, la número 5, zurda, Kyung Daseul, quien no pudo llevarse el balón a casa la jornada anterior. Esta noche en Gwangju la organización le trajo una pelota para que estampara su ya histórica firma.

"No me he sentido muy cómoda en este partido por la presión que ejercían las rivales", explica a AS la goleadora, de solo 18 años y sin superar el 1,60m de altura. Hace dos meses que el equipo se entrena para preparar este Mundial. Solo la portera, la más mayor con 23 años, había practicado antes este deporte. "Vino un entrenador a la universidad de educación física y nos dijo que nos enseñaría las habilidades para jugar", comentó la goleadora coreana, que practica natación pero que a partir de ahora quiere "seguir en este deporte y poder enseñarle al mundo la potencia de Corea".

Si Kyung se sintió presionada por Canadá, que finalmente ganó 22-2, es conmovedor saber lo que pensaría cuando en la primera jornada Hungría les metió 64-0 en la mayor paliza de la historia de este deporte. Es la extravagancia o la benevolencia de la FINA, según los ojos de quien lo mire, con la pretensión de difundir los deportes acuáticos por todo el mundo, aunque la contrapartida son las goleadas que se producen. La propia FINA, entre corrillos, ha podido hablar con Rusia y Canadá para que bajen el nivel ante Corea y no se repitan los más de 60 goles que recibieron ante Hungría. Y así ha sido.

Las anfitrionas, cuyas edades oscilan entre los 14 y los 18 años, son las pequeñas estrellas de este Mundial, y su dificultad al competir recuerda a la de Eric Moussambi en Sidney 2000, no por su dificultad al nadar sino por su poca preparación para jugar a un deporte como el waterpolo. Más que un mal trago en el agua, para ellas es más fuerte jugar ante su gente, representar a su país y vivir una experiencia única.

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