Cuarenta años del Open de Seve y su golpe desde el parking
Su victoria en el British Open de 1979, con el famoso golpe desde un aparcamiento, marcó un antes y un después en el golf español. Esta semana se cumplen 40 años de la gesta.
En el 78, en Saint Andrews, creíamos que ganaría, pero lo hizo Nicklaus. Y en el 79... A partir de ahí vinieron tiempos gloriosos", recuerda María Acacia López-Bachiller, jefa de prensa del European Tour en España hasta el año pasado. En ese 1979 del que habla el golf español cruzó el Rubicón. Era el sábado 21 de julio cuando un chaval de Pedreña, Severiano Ballesteros, conquistó con 22 años su primer major, el British Open en Royal Lytham por delante de Ben Crenshaw y Jack Nicklaus.
Seve había empezado con mal pie, pero fue remontando y el último día, con un viento atroz y sin coger casi ninguna calle, se las arregló para jugar uno bajo par, dejando momentos memorables en el camino como su approach desde un parking en el hoyo 16. "Cuando le preguntaban ponía cara de niño travieso, guiñaba un ojo y decía: 'Lo que nadie sabe es que lo hice a propósito", rememora entre risas 'Mariaca', por aquel entonces comenzando una andadura de 45 años ligada al golf.
"Ya se había dado a conocer en 1976, cuando quedó segundo por detrás de Johnny Miller. Fue el despegue de un español, morenazo, muy atractivo y con un golf que nadie había visto", continúa López-Bachiller antes de resaltar el contraste con España. Porque entonces Severiano, que después ganaría dos Masters y otras dos veces el Open, aún no era profeta en su tierra. "Salías y casi no se podía ni andar con él. Entraba a un restaurante y la gente se ponía en pie a aplaudirle. Pero en España sus triunfos no se valoraban tanto, como le pasaba a Manolo Piñero". Fuera, sí. Y su gesta de 1979 fue un punto de inflexión. Hasta entonces, confiesa 'Mariaca', "en España no sabíamos lo que era un patrocinador". Y a partir de aquello empezaron a aparecer: "Benson & Hedges, que entró en el Open de España, Johnny Walker...". Las puertas del golf español ya estaban abiertas al mundo.
Y por ellas se colarían tres chaquetas verdes más, dos de Olazábal y una de Sergio García, la Ryder de Valderrama y varias generaciones de ganadores, la última capitaneada por Jon Rahm, que aspira a emular a su ídolo cuarenta años después en la 148 edición del Open, desde mañana en el trazado irlandés de Royal Portrush. "Sería la bomba, es un torneo realmente venerado", afirma Mariaca. Mucha culpa de ello la tiene Seve.