NATACIÓN

Meilutyte, de oro olímpico con 15 años a retirarse con 22

La lituana, ganadora de los 100 braza en Londres 2012, fue la eclosión junto a Katie Ledecky en aquellos Juegos. Ahora abandona la natación para “comprender mejor el mundo”.

MARTIN BUREAUAFP

Era una niña. De pelo rubio y ojos verdes. Lituana. Y nadaba con el arrojo de quien se siente perseguida. En Londres 2012, Ruta Meilutyte apenas tenía 15 años cuando sorprendió a la campeona olímpica Rebecca Soni, dominadora de la braza desde Pekín 2008. La batió contra todo pronóstico en la final de los 100 y su épica victoria, sus lágrimas y su desparpajo, se ganaron el corazón del Centro Acuático londinense que le brindó la mejor ovación de la semana olímpica.

Pero, lejos de ser el comienzo de una historia triunfal, de una carrera hacia la leyenda como la de la estadounidense Katie Ledecky, quien también irrumpió con esos mismos 15 años ganando los 800 libre, Ruta prosiguió un camino sinuoso, de altibajos, con grandes récords pero con escasas medallas, sin llegar nunca a ser una tirana de la especialidad: no volvió a subirse a un podio olímpico, logró tres medallas mundiales entre 2013 y 2015 y dos en Europeos, así como dos récords del mundo. Desde 2016 ya no se subía a un podio en piscina de 50 metros. Y, ahora, ha decidido abandonar la natación con 22 años al no ser seleccionada para acudir al Mundial de Gwangju (Corea del Sur) y llevar desde enero lejos de las piscinas.

“Estoy preparada para iniciar una nueva etapa en mi vida. Gracias a todos los que me han apoyado en mi trayectoria. Quiero vivir con naturalidad, crecer y comprender mejor el mundo y a mí misma”, comentó. La precocidad le jugó una mala pasada a la lituana, que no volvió a nadar tan rápido como cuando tenía 16 años. Su caso recuerda a nadadoras de otras épocas, como la australiana Shane Gold o la estadounidense Debbie Meyer, ambas medallistas mundiales y olímpicas antes de ser mayores de edad y luego retiradas de forma abrupta.

Meilutyte, que se entrenó toda su vida en Playmouth Leander (Inglaterra), probó suerte en Estados Unidos para reconducir su carrera, pero no logró recuperar ese equilibrio corporal que le hacía fluir en el agua como pocas. En las últimas competiciones, la fina Ruta había ganado mucho peso y era eclipsada por otras especialistas. Había dejado de ser una aspirante al podio a consolarse solo con entrar en finales. Ahora, con 22 años, deja la braza, una especialidad que ha evolucionado ferozmente gracias a los pasos que dio la niña Ruta.

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