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BOXEO

El Gallo Estrada se redime ante Rungvisai para volver a reinar

El mexicano, que había sido campeón del peso mosca, ganó por decisión unánime a Sor Rungvisai. Estrada estuvo rápido y siempre dejó fuera al tailandés.

El Gallo Estrada golpea a Rungvisai durante su pelea.
DAZN USA

Desde el primer combate entre Srisaket Sor Rungvisai y Juan Francisco 'Gallo' Estrada y el segundo pasaron 426 días, un tiempo que no pareció así tras el primer asalto de su revancha. Los dos intercambiaron golpes y más que un round inicial parecía el decimotercer acto de lo que comenzó en febrero de 2018. Aquel día ganó el tailandés y los aficionados se quedaron con ganas de más, este viernes en el Forum de Inglewood (California) cambió el vencedor, pero la sensación fue la misma. El Gallo Estrada alzó el Mundial WBC del supermosca en una exhibición de boxeo... y también de coraje. "Desde el segundo asalto estaba con las manos inflamadas, pero tiré de mi corazón mexicano", reveló el nuevo campeón sobre el ring tras ganar por decisión unánime (116-112, 115-113 y 115-113). Después abrió la puerta a todo. "Me gustaría unificar, pero si quiere la revancha, la tendremos", añadió. La trilogía parece clara.

En comparación, la segunda pelea tuvo un dominador más claro, pero la emoción fue similar. Rungvisai intentó sorprender y se equivocó. Salió boxeando de diestro (es zurdo) y le facilitó el trabajo a Estrada. Durante los primeros asaltos el tailandés fue variando ese factor y se notaba cual incomodaba más al mexicano. Instintivamente Estrada salía hacia la izquierda de Rungvisai, facilitando que le cruzase la mano de atrás y le hiciese daño. El Gallo, por su parte, dominaba la distancia y estaba frenando a la perfección al campeón cuando estaba de diestro. El uno-dos entraba fácil y frenaba el empuje del tailandés, obligado a recortar distancia. Hasta el ecuador del pleito se repartieron los asaltos, y llegaron empatados.

Desde el séptimo acto todo se decantó más. Rungvisai se quedó de diestro y Estrada dio una exhibición. Entraba, pegaba y se iba. El tailandés siempre se quedaba fuera de distancia, se exponía... y llegaban las contras del mexicano. Colocaba varios golpes, para no dejar dudas. Rungvisai tenía potencia, y Estrada velocidad y precisión. Sus manos no eran letales, pero si decisivos. Esquivar y percutir. Una estrategia que le salió a la perfección hasta los dos últimos asaltos. Ahí Estrada se obcecó en cruzar golpes. "No te fajes", le pidieron en la esquina antes de los tres minutos finales... pero no les hizo caso. Fue con todo, como Rungvisai, pero el tailandés llegó con poco fuelle al final. Normal. El Gallo destacó durante toda la pelea por sus golpes a la zona de flotación. Fue una constante y le vino bien al final. Los últimos diez segundos de pelea fueron un sálvese quien pueda. El nuevo campeón acabó pegando y el público festejando. La fiesta mexicana fue completa en Inglewood.

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