"España es una meca para el ajedrez, hay mil torneos al año"
Javier Ochoa de Echagüen, presidente de la Federación Española de Ajedrez, hace un repaso a su deporte, a su historia y a la situación actual en España.
"Si alguien del siglo XVI viajara en una máquina del tiempo, se plantara en el presente y quisiera echar una partida de ajedrez, no tendría ningún problema. Es el único deporte que, salvo algún matiz, no ha cambiado las reglas en 500 años". Con este ejemplo, Javier Ochoa de Echagüen, presidente de la Federación Española de Ajedrez (FEDA), da una pincelada de las muchas peculiaridades con las que cuenta su deporte. Este vitoriano que llegó a ser maestro internacional y preside la FEDA desde hace más de 20 años, conoce bien su historia y el papel que España ha jugado en su desarrollo en Europa, como punto de entrada desde el mundo árabe.
Pero no hay que irse tan lejos en el tiempo para palpar la importancia de este país en el panorama actual. Ya sea en su formación o incluso como residencia, España ha sido visita obligada para muchos de los nombres más populares de las últimas décadas: Carlsen, Anand, Caruana, Topalov, Karpov... "La Liga española siempre ha tenido un nivel muy alto. Quizá no se ha aprovechado la importancia que ha tenido este país en el desarrollo del ajedrez moderno. España es una meca para este deporte, aquí se celebran alrededor de mil torneos al año", expone. Localidades como la de Linares (Jaén) lograron ser referencia mundial. "Fue el mejor torneo del mundo muchos años, tanto que estamos intentando sacar adelante una iniciativa para crear un museo recordando lo que ha significado Linares para el ajedrez", explica Ochoa, que participó en la primera edición, allá por 1978, de una cita cuyo brillo se lo llevó la crisis económica, pero que sigue siendo sede de los Campeonatos de España.
Una competición con nivel
El campeonato español cuenta con tres divisiones, donde juegan algunos de los casi mil clubes que hay en España. "Entre ellos, el Real Oviedo, que recuperó su sección, ¿qué le supondría al Real Madrid volver a tenerla como hace años?", se pregunta Ochoa. Un deporte con 27.000 federados, un número que sólo hace referencia a los competidores. "Si tuvieran licencia todos los que juegan regularmente estaríamos en unas 100.000. Como balones y bicicletas, en las casas españolas también hay tableros", expone el presidente, que reconoce que una de las asignaturas pendientes es la participación femenina, ya que sólo supone un 7% del número total de licencias. "En categorías inferiores, son casi el 40%, pero ellas dejan de jugar antes. Creamos un comité para intentar fomentar que sigan. Una medida ha sido obligar a los clubes en la competición nacional a que alineen en sus equipos al menos a una mujer", asegura el presidente, que también explica que con más fondos se podrían hacer más acciones en este sentido.
El presupuesto de la FEDA no llega a los 900.000 euros, con la dificultad que tiene en la búsqueda de patrocinadores: "El ajedrez potencia una imagen de inteligencia, de toma de buenas decisiones... que le podría cuadrar a los bancos, por ejemplo. No son pocas las veces que en su publicidad recurren al ajedrez sin que podamos sacar una rentabilidad, aunque creo que podría ser interesante para ellos crear alguna iniciativa colaborando con nosotros", reflexiona. Al patrocinio también ayudaría contar con un "Rafa Nadal o una Carolina Marín que de momento no tenemos": "España es la 15ª nación del mundo en ajedrez, que no está mal contando con que las divisiones de los países soviéticos y yugoslavos crearon muchas más potencias, pero es insuficiente para atraer a una marca ofreciéndole un retorno importante".
Francisco Vallejo (48º del mundo) es el mejor español en el ranking ELO (los puntos con los que se valoran a los jugadores), aunque desde que sufrió un grave problema con Hacienda que el jugador consideró injusto ya no representa a España en citas internacionales. Le siguen el nacionalizado Shirov (100º), David Antón (131º) e Iván Salgado (164º), mientras que en féminas es Sabrina Vega (71ª) la que se mantiene en activo más arriba en el ranking. Aunque con grandes perspectivas de futuro después de que el aragonés Pedro Ginés se convirtiera en 2018 en campeón del mundo Sub-14 en un deporte donde se detectan jóvenes valores desde muy pronto: existen Mundiales de categoría Sub-8, que el pasado año se celebró en Santiago.
El efecto Magnus Carlsen
No obstante, todo el trabajo de tecnificación que lleva a cabo la Federación (con becas completas a unos 25 jugadores) tendría su mayor recompensa si apareciese, como ocurrió a un país sin tradición como Noruega, de repente un Magnus Carlsen: "¿Si surgió allí, por qué no aquí?", se pregunta Ochoa. El campeón del mundo renovó su título en 2018 en Londres tras vencer al aspirante Fabiano Caruana: "Un duelo que se ha seguido mucho, con la curiosidad de que se medían dos jugadores occidentales. Quizá la gente quería más espectáculo y no que todas las partidas acabaran en tablas, pero los que lo vimos desde una perspectiva más entendida nos pareció una batalla muy interesante".
Una final por el Mundial donde Caruana protagonizó el regreso de un estadounidense a la lucha por el título... desde que Bobby Fischer se enfrentara al soviético Boris Spassky en 1972, un enfrentamiento que trascendió al propio deporte. "Fue un punto de inflexión, logró que todo el mundo estuviera pendiente de una partida de ajedrez", recuerda.
Los tiempos han cambiado, pero el ajedrez vuelve a vivir un buen momento en cuanto a popularidad gracias a internet. "Cualquiera puede jugar contra otra persona de cualquier lugar del planeta", apunta Ochoa, que reconoce el enorme paso adelante que ha conllevado esta conectividad, a pesar de que le reste algo de romanticismo: "Se está perdiendo la vida de club, la de ponerte frente a un oponente. También está la parte de los programas de ajedrez. Son tan potentes que se le quita magia a la capacidad del Gran Maestro. Todos recordarán el duelo entre Kasparov y Deep Blue, en la que perdió ante aquel sistema que ocupaba una habitación entera. Ahora cualquier programa que lleva la gente en el móvil multiplica esa capacidad".
De hecho, frente a la carrera por ser el mejor jugador del mundo, parece existir una paralela: la de crear el programa más potente. Y pone el ejemplo de Alpha 0, la inteligencia artificial creada por Google, que ganó 28-0 al mejor ordenador ideado por humanos: "Es el propio programa el que aprende".
El ajedrez en los colegios
Sin embargo, que internet haya llevado el ajedrez a todos los rincones también podría ayudar a una vieja batalla: que esta disciplina se estudie en los colegios. "Se ha intentado de todas las maneras e incluso se aprobó una proposición no de ley para ello, pero a la que nunca se le han dado fondos. Tampoco ayuda que las competencias de educación sean de las autonomías, eso hace que cada una vaya a una velocidad. Algunas ya tienen aprobado que el ajedrez forme parte del sistema escolar, pero se va avanzando lentamente".
Un hito que haría que los jóvenes españoles descubriesen antes esta disciplina que no fue reconocida por el Comité Olímpico Internacional hasta 1999 y cuyos intentos por ser olímpica nunca han dado resultados. Así que la pregunta es clara: "¿El ajedrez es un deporte?". El presidente responde sin dudar: "Claro, y de una exigencia tremenda. La tensión que se vive es casi comparable al boxeo. Cualquier despiste se paga. Se pierden kilos jugando".
Un licenciado en química lidera el ajedrez español
Javier Ochoa de Echagüen (Vitoria, 64 años) aprendió a jugar al ajedrez de la forma más tradicional: "Mi padre me enseñó a mover las piezas". Pero el hecho de quedar segundo en el primer torneo que disputó, fue el inicio de una carrera donde logró ser maestro internacional, subcampeón de España, participó en cinco Olimpiadas... Un gran currículo para este Licenciado en Ciencias Químicas que nunca ejerció. Siempre ha estado enrolado al mundo del ajedrez.
De sevilla 1987 a Santiago 2018
"Aquella final del Mundial entre Kasparov-Karpov de Sevilla en 1987 fue un boom para el ajedrez en España, tuvo una gran repercusión en los medios, pero ahora es muy complicado volver a acoger una, puede costar entre dos y tres millones de euros", explica Ochoa sobre la posibilidad de España de volver a acoger eventos importantes. También recuerda que en 2004, Calviá acogió las Olimpiadas de Ajedrez, la gran cita de este deporte, pero sin un apoyo financiero muy importante, es irrepetible: "Puede costar casi 14 millones, para lograrlo también tienes que organizar una Copa del Mundo y el Mundial femenino". Aún así, España no renuncia a acoger eventos como el Mundial de categorías inferiores (Sub-8, Sub-10 y Sub-12) que se celebró en 2018 en Santiago, con 854 participantes de 88 países.