Anna Muzychuk: "Aún falta por igualar a hombres y mujeres"
En noviembre, renunció a su Mundial en Arabia Saudí. La semana que viene cumple 28 años, y ahora anda de visita en España: jugó en Valencia.
-¿Cómo le dio por renunciar a jugar en Arabia, donde debía defender título mundial?
-La Federación Internacional me comunicó con dos meses de antelación la sede de la cita, y en dos semanas tenía que firmar el contrato. Pedí información sobre el país, y cuando vi que debíamos taparnos la cabeza para jugar o ir acompañadas por un hombre para salir a la calle… hablé con mi hermana (Mariya, campeona mundial en 2015) y decidí renunciar. Considero que ese no es el papel de la mujer actual, es casi arcaico.
-Su decisión conmocionó a medio mundo.
-En Ucrania, en mi red social, tuve más de 170.000 visitas, más de 70.000 me gusta y más de 30.000 comentarios, no todos buenos y a favor, pero puedo decir que muchos musulmanes apoyaron mi decisión. Todo eso es récord en mi país. Y también he visto que la gente me reconoce por la calle. Aquí, en España, una mujer de unos sesenta años se me acercó el otro día y sólo me dijo gracias. Me emocionó.
-Ahora van a esperar que usted sea una activista femenina también en el deporte. Y en ajedrez las diferencias son abismales.
-Es una lucha que tenemos las jugadoras. En el Mundial, por ejemplo, nuestros premios eran de medio millón, tres veces menos que lo destinado a los jugadores. Y normalmente las diferencias son muchas más exageradas, porque ellos vienen a cobrar entre ocho o nueve veces más que nosotras. Eso lo tenemos que corregir. Hay mucho trabajo por delante para conseguir igualarnos hombres y mujeres.
-¿Las jugadoras están capacitadas para darles la réplica a los hombres sobre un tablero? Porque ahí estaría la verdadera igualdad.
-La diferencia entre los hombres y las mujeres es la tradición, que ellos han tenido más facilidad y apoyos para llegar donde están. Y luego hay una diferencia física, que es la que estoy trabajando para tener la suficiente resistencia para disputar un campeonato. El ajedrez no es sólo sentarse ante un tablero: hay que tener consistencia y preparación física. Yo dedico noventa minutos diarios a esa preparación. Y, por otra parte, sí, me gusta jugar contra los hombres (tiene una partida comprometida con Anatoli Karpov para junio) porque es la mejor manera de progresar: enfrentarme a ellos.
-¿Y quién es el mejor para usted?
-Uuuuuh, bueno, de mis coetáneos, creo que Magnus Carlsen. Es de mi edad, es un gran jugador, ha hecho muchas cosas por difundir el ajedrez, como sus partidas con Bill Gates, como sus saques de honor en el campo del Real Madrid o como mantenerse en el primer puesto mundial tanto tiempo, que con la competencia que hay es muy complicado.
-Usted va mañana al Bernabéu, al encuentro entre el Real Madrid y el Alavés.
-Sí. Me han invitado al estadio y es muy excitante para mí, porque me gusta el fútbol, pero en directo. En la televisión no tanto. Y claro, me encantaría tener una foto con Florentino Pérez y con Cristiano Ronaldo.
-Entre grandes deportistas, ya se sabe: buenas relaciones.
-Bueno, de España al que más admiro es a Rafa Nadal. Por su humildad, por su valores, por su constancia. Además, yo he jugado un poco a tenis, y también, y mucho, al tenis de mesa con mi hermana. De pequeña practicaba gimnasia rítmica, y todavía hoy en día puedo hacer con facilidad el spagat.
-Usted ha sido campeona en partidas rápidas y relámpago. ¿No le interesan las convencionales?
-Me gustan todas las modalidades. He sido subcampeona del mundo, y cuando empecé jugaba alguna que duraba varios días. Sin embargo, con las nuevas tecnologías se está imponiendo otro estilo de juego. Con las rápidas se pueden disputar varias partidas en un mismo día, imposible con las otras.
-Una de las aportaciones españolas al ajedrez tal vez sea la apertura...
-Ah, la española. Claro. Yo la utilizo mucho, tanto con blancas como con negras, de manera indistinta. Cuando empecé a jugar era una chica agresiva e impulsiva, pero con los años me he ido calmando. Ahora sé que, aunque me guste el ataque, hay que saber ser más universal, para no darle tanta información a los rivales.