Lydia Valentín, a por el más difícil: repetir su oro mundial

El Mundial de Anaheim 2017 (California, Estados Unidos) significó un nuevo hito en la carrera de Lydia Valentín. La española logró la única medalla de oro que le faltaba, completando así la triple corona (Juegos, Mundial y Europeo). Tenía su metal más esperado, pero es insaciable. Con la vista puesta siempre en Tokio 2020, sus últimos Juegos, la berciana revalidó en marzo el Campeonato de Europa, logrando su cuarto título continental, y ahora pretende hacer lo mismo en el Mundial de Turkmenistán, aunque será “especial”.

“Es diferente porque voy a participar en otro peso. En este torneo se estrenan nuevas categorías (la suya olímpica pasa de 75 kilos a 76) y yo cambiaré también. Voy a competir en una superior (81 kg). En esta preparación he subido un poco de peso y he sufrido una sobrecarga en un hombro. Para protegerlo he decidido dar el salto. Voy ilusionada, pero ha sido un año complicado. He tenido muchas competiciones seguidas, poco descanso...”, advierte la halterófila. Con el nuevo sistema de clasificación, está obligada a realizar seis pruebas del circuito internacional y sólo dos deben ser en su categoría olímpica. “Es algo que me puedo permitir”, añade.

Esa variación no le desenfoca de su meta principal: las medallas. “Obviamente el objetivo siempre es ese. Quiero metal y quedar en la mejor posición posible. Este cambio es algo momentáneo, pero no renuncio a nada. En la situación en la que estaba podía no haber ido al Mundial o acudir de este modo, que me servirá también para ver cómo están mis rivales para Tokio”, dice.

Su principal amenaza para la cita olímpica será la norcoreana Rim Jong-Sim, campeona en Río 2016 que no estuvo en el pasado Mundial por el boicot de su país al campeonato (por tensiones con la administración Trump). Jong-Sim logró ayer la plata en la categoría de 76 kilos, sólo superada por la china Zhouyu Wang, que logró el oro. Dejó su candidatura, aunque su país está lastrado. Puede presentar un número ilimitado de halterófilos en las competiciones previas, pero sólo llevará dos hombres y dos mujeres a Tokio (debido a los casos de positivos sufridos en los últimos años). Un castigo claro, pero insuficiente para Lydia. “Yo les hubiese sancionado de por vida. Soy muy radical... Aún así, tenemos que confiar en que hayan aprendido y compitan en igualdad de condiciones”.

Este jueves, Lydia es favorita junto con la bielorrusia Daria Naumava (segunda en Río y que no compitió en el pasado Mundial por la sanción por dopaje a su país). Ambas parten con idéntica máxima de inicio (250 kg), pero Lydia ya sabe lo que es un oro mundial. Quiere repetirlo.