Álvaro Quirós sigue recuperando sensaciones en su casa

“Mi año ha terminado. Lamentablemente no aspiro a clasificarme a las series finales porque estoy lejos, aunque no cierro la puerta porque no es imposible matemáticamente”. Así, escéptico pero dejando un resquicio a la ilusión, se expresaba Álvaro Quirós el martes tras completar una de sus rondas de prácticas previas al inicio del Andalucía Valderrama Masters.

Llegaba a su casa (nació en Guadiaro, barriada de San Roque, el municipio gaditano en el que se enclavan Sotogrande y Valderrama) con sabor agridulce: con la tarjeta europea asegurada para la próxima temporada pero sin apenas posibilidades de estar con la élite del circuito en el tramo final de la temporada: “He pasado cinco cortes este año (Abu Dhabi, Qatar, Marruecos, Volvo China y el Open de Francia) y voy a aguantar la tarjeta. Eso es algo complicadísimo. Me tengo que dar con un canto en los dientes”.

Pero si había un objetivo factible y que Quirós quería pelear de verdad, ese era el de agradar en su tierra, y más en un campo como Valderrama: “Es un plus jugar en casa. Y quién diga que no miente. Yo no siento más presión. Voy a estar más arropado. Lo que sí es verdad es que tengo que ponerme en esa posición en la que deje a la gente arroparme. Espero jugar bien, esa es la verdad”.

Finalmente no pudo clasificarse para la primera de las Rolex Series (el playoff de tres torneos para decidir al ganador del Tour Europeo), en Ankara la semana que viene, pero estuvo todo el fin de semana merodeando los puestos de cabeza, le ganó al campo y cerró con un satisfactorio top-16 en -1.