Tiger ilumina la Ryder y a un equipo con 31 'grandes'
Llega tras romper una sequía de cinco años. Europa muestra ocho Grand Slams por los 31 de EE UU. "Aquí no lo he hecho bien", recuerda Woods.
Luis XIV, el Rey Sol, ordenó construir Versalles. Un palacio que asiste mudo estos días a la vorágine que perturba su paz en el vecino Le Golf National, el campo que celebrará desde el viernes la Ryder Cup y en el que este martes se hizo presente, como otro rey luminoso, Tiger Woods.
“¡Este fin de semana habrá tres equipos: Estados Unidos, el de Europa y el de Tiger!”, exclamaba una espectadora que se acercó al tee del hoyo 1 a vitorear al ídolo, según reportaba AFP. El ganador de 14 grandes, una de las cuatro elecciones personales del capitán Jim Furyk pues no tenía puntos para acudir, da lustre al equipo de Estados Unidos, que mete miedo con una formación de ensueño, de las mejores de la historia. Y es que acumula 271 títulos de los que 31 son del Grand Slam por los 152 y ocho majors de la formación de Thomas Bjorn.
En EE UU, nueve de sus doce golfistas saben lo que es escribir su nombre en el palmarés del Masters, British, US Open o PGA Championship. Destaca también el veterano Phil Mickelson (48 años), con cinco. Brooks Koepka (28) se ha llevado dos este año. En el Viejo Continente hay sólo cinco que hayan saboreado esas mieles, entre ellos Sergio García (Masters 2017), rescatado para el grupo por Bjorn por su experiencia después de una temporada para olvidar. Rory McIlroy (cuatro grandes) es el más laureado.
Llega Tiger a la Ryder lanzado después de ganar The Tour Championship tras más de cinco años de sequía, después de olvidar los dolores que no le dejaban prácticamente ni mantenerse en pie.
Pero la Ryder (siete participaciones, un triunfo y un balance de 13 victorias, 17 derrotas y tres empates) no ha sido nunca su amiga, recordó en rueda de prensa. “Cuando miro hacia atrás, la Ryder es algo de lo que no disfruto de ver. Sólo la gané una vez. Pero no haber vencido a ningún jugador desde 1999 es algo que con suerte podré cambiar”, apuntó el golfista de 42 años. Los capitanes sufrían para encontrarle un compañero que aguantara la presión de tenerle al lado (se juega en modalidad foursome y fourball). Ahora, parece más humano e integrado en el grupo. “Hace 25 años que no ganamos en suelo extranjero (The Belfry, 1993), así que también podemos cambiarlo”, apuntó. La Tigermanía ha vuelto. En los dominios del Rey Sol.