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“Con 15 años no me dejaban ir a los cumpleaños de mis amigos”

Cuatro deportistas de élite españolas cuentan los sacrificios y esfuerzos que supone llegar a la élite.

“Con 15 años no me dejaban ir a los cumpleaños de mis amigos”

Detrás de cada deportista se escribe una historia humana. Un relato de superación, un día a día de lucha, de sufrir lejos de casa. Se suceden los duros entrenamientos. Competiciones sin premio. Hay que ser fuerte para seguir en la lucha, a pesar de que el esfuerzo no se vea recompensado en ocasiones. Elena Álvarez (hockey hielo), Nuria Lugueros (atletismo), Clara Azurmendi (bádminton) y Anne Fernández de Corres (rugby) son algunas de esas heroínas que saben el sacrificio que implica ser deportistas de élite desde niñas.

Cada una de estas mujeres tiene detrás una historia conmovedora en la que están fuertemente implicados padres, abuelos, hermanos... Elena Álvarez empezó a ir a la pista de hielo con 3 años. En la actualidad es la capitana del SAD Majadahonda, una fija en la selección y además lo combina con los estudios de Economía: “Si tuviera las tardes y los domingos libres me iría peor la carrera. Pude probar suerte en un club de Europa cuando estaba en la ESO pero pensé en mi futuro. El hockey es un hobby, no me da de comer”. Con 15 años le tocó el gordo cuando fue seleccionada para el Mundial de Corea. La familia de Elena hizo un esfuerzo importante y la acompañó hasta el país asiático: “Me dieron la sorpresa de mi vida. Estaba calentando antes del primer partido y les vi en la grada, me puse a llorar, eso me ayudó a soltar los nervios”, cuenta.

Una vivencia similar tuvo Nuria Lugueros, subcampeona de España de 10.000 metros en 2015. Parte de su familia quiso acompañarla en su primera participación internacional: “Fue en Cerdeña y mi familia organizó el viaje para vivirlo en directo. Una semana antes ingresaron a mi abuelo, de 84 años, y pensé que no podría viajar. Finalmente animó como el que más”. Nuria sabe que existen muchos sacrificios en la vida de un deportista. “Lo que más rabia me ha dado ha sido perderme la infancia de mi hermano, 13 años menor, por estar lejos de casa. Siempre me despedía llorando”. Con 15 tuvo dudas: “Lo dejé un año, era una etapa difícil para una niña, el entrenador no me dejaba ni ir a los cumpleaños de mis amigos y yo no lo entendía”. Ahora, a sus 29 años, admite que se alegra de haber luchado por su sueño.

Lágrimas. Clara Azurmendi, la perla del bádminton español (bronce en los Europeos de Bakú), dejó San Sebastián con sólo 14 años: “Tengo dos recuerdos muy presentes. El día que salí de casa rumbo a Madrid para entrenarme allí y vi a mi abuelo llorar; también en las primeras Navidades fuera. Volví dos semanas a casa y luego fue duro regresar a la rutina”. Una experiencia que no olvidará es el campeonato del mundo infantil, en Tailandia. “Nos dejaron unas horas libres y nos perdimos. Teníamos sólo 15 años. Fue una locura”.

En su primera concentración con la Sub-15 de rugby, Anne Fernández de Corres también vivió su historia particular: “Me olvidé mi peluche de la suerte y mis padres me lo tuvieron que mandar por correo de Vitoria a Madrid. Desde entonces lo llevo allá por donde compito. Ahora empieza lo duro. Es año de Mundial y no tendremos fines de semana libres”. Deporte de élite y mujer. Dos conceptos muy unidos desde la infancia. Campeonas a base de sacrificio.

Ingenieras, médicas, publicistas, biólogas, economistas, fisios...

En la actualidad la mayoría de las jóvenes deportistas optan por compaginar su carrera deportiva en la élite con los estudios. Así se aseguran un futuro cuando la práctica del deporte llegue a su fin. Algunas conocen lo corta que es la carrera deportiva y en sus pocas horas libres se centran en seguir formándose. Celia Jiménez. La futbolista andaluza decidió dar el salto a EE UU para seguir con sus estudios de Ingeniería Aeronáutica. Es internacional. Estuvo en el Mundial (2015) y en la Eurocopa (2017).Alejandra Quereda. La medallista olímpica en Río ocupa su tiempo libre fuera de la gimnasia en estudiar Medicina. Son varias las deportistas que también quieren ser médicos.Mireia Belmonte. La campeona olímpica y reina de la piscina está cursando un Grado de Publicidad y Relaciones Públicas. Hasta la número uno decide seguir formándose en lo académico.Elena Álvarez. La jugadora de hockey hielo también hace un esfuerzo por sacar adelante sus estudios de Economía en inglés: “Así aprovecho mejor el tiempo libre”.Artemi Gavezou. La gimnasta de origen griego está cursando un Grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE). Incluso habiendo participado en dos JJ OO no dejó de lado los estudios.Nuria Lugueros. La atleta berciana compagina sus entrenamientos diarios con los estudios de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en Valladolid. Jessica Vall. La nadadora especialista en braza está licenciada en Biología Humana. Igual que Mireia Belmonte, optó por formarse además de nadar.Beatriz Corrales. La jugadora de bádminton y campeona de España en 2016, cursa un grado de Publicidad y Relaciones Públicas y lo compagina con su especialidad. Teresa Portela. La gallega, piragüista de profesión, se graduó en Fisioterapia mientras desarrollaba su carrera deportiva.Sandra Aguilar. La madrileña, subcampeona en los Juegos de Río, está estudiando una Ingeniería. Como otras gimnastas, sigue formándose.Miriam Casillas. La triatleta extremeña ya es doctora. Terminó los estudios de Medicina el mismo año que se clasificó para los Juegos de Río, todo un logro. Irene Schiavon. La integrante de la selección de rugby finalizó Ingeniería de Minas, aunque no ejerce, de momento, por el deporte. Anne Fernández de Corres. Es internacional absoluta y está desarrollando a la misma vez los estudios de Fisioterapia. “Es difícil compaginarlo”.