Wasabi, ante el exigente Tirloni: "Espero ansioso el combate"
El andaluz pelea este sábado en Leganés ante el ex de Bellator Ricardo Tirloni. Rival de entidad que motiva a Wasabi. "Es una prueba para mí", reconoce.
Enrique Marín, más conocido como Wasabi, tiene el honor de ser el primer español en pelear en la UFC. Dos años más tarde de su debut, con 31 años, el andaluz se enfrenta este sábado, en el Fight Club Slam de la Cubierta de Leganés, a Ricardo Tirloni. Una prueba que puede abrirle muchas puertas. El brasileño, con 34 años y ex de Bellator MMA, casi dobla en experiencia en las Artes Marciales Mixtas (MMA, en inglés). Tirloni parte como favorito, Wasabi no lo duda. No es una situación que no le incomode, al contrario.
"Espero ansioso el combate, creo que un es una pelea complicada, tiene el doble de experiencia que yo, y en eventos de primer nivel. ¡Eso me pone! Es una prueba conmigo mismo, porque creo que una vez más no vuelvo a ser el no favorito", reconoce el sevillano, quien tras sus dos combates en la UFC (noviembre de 2015 y julio de 2016) peleó en España en Marzo. Victoria por KO y a la espera de grandes carteles. Lo tiene y en casa, algo positivo. "Es importante que se vaya creando una afición cada vez más consolidada. Para que así haya cada vez mejores eventos. Espero que haya mucha afluencia de público", apunta.
Esa afluencia podría llegar desde la televisión (Gol TV ofrece UFC), algo también importante para el peleador sevillano. "Es un impulso, sobre todo para crear aficionados, pero al fin y al acabo sólo aparecen peleadores extranjeros, ya que no hay españoles en UFC, espero que sea momentáneo, solo ha salido mi combate de UFC 200 pero no es suficiente, hace falta luchadores allí", asevera.
Wasabi no se obsesiona con grandes ligas
La importancia del evento de Leganés, además del rival y su pasado podrían situar a Wasabi en una de las grandes ligas si gana. El andaluz es cauto y sosegado, no piensa más allá de Tirloni. "Trato de ir haciendo a medida que se van presentando las oportunidades, para que así surjan otras nuevas. No me obsesiona nada. Si me llega a obsesionar, no disfruto del camino, y eso para mí, no es vivir", concluye tranquilo y confiado.