Previa de la temporada NFL-2016 de los Chargers
Año tras año, los Chargers rinden por debajo de lo esperado, y su objetivo debe ser romper con una dinámica que está echando a perder los mejores años de Philip Rivers.
Una plantilla con talento, pero exceso de conformismo
Desde hace algún tiempo casi todo lo que rodea a los Chargers tiene cierto tufillo a provisional. Empezando por su ubicación y terminando con su entrenador, un Mike McCoy que cada vez parece más diluido en un proyecto que no acaba de arrancar.
Aparentemente, la mayoría de los propietarios de la NFL quiere que el equipo se mantenga en San Diego, y parece que se está intentando facilitar la construcción de un nuevo estadio. Sin embargo, al final de esta temporada, su propietario Alex Spanos, podrá decidir cuál será la futura ubicación del equipo. El problema es que ese asunto parece estar llevando el debate deportivo a un segundo plano, mientras la plantilla languidece sin que parezca importarle a casi nadie.
El año pasado solucionaron uno de sus mayores problemas, convenciendo a Philip Rivers de que firmara un contrato por cuatro años más, hasta 2019, cuando tenga 37 años, pero eso fue lo único que funcionó bien de todo lo planeado. En primera ronda del draft eligieron a Melvin Gordon, un running back que parecía buenísimo, y que se convirtió de inmediato en un cero a la izquierda; las dos líneas fueron un desastre; mantuvieron un conflicto con Eric Weddle, su mejor jugador defensivo, que salió por la puerta en cuanto se abrió la agencia libre…
No les quedaba otra que ir a por todas en esta offseason, durante la que han sido uno de los equipos más activos. Han intentado reforzar una línea ofensiva que el año pasado fue un desastre, en parte por una epidemia de lesiones; también han potenciado una línea defensiva que fue inexistente en 2015, y que con Joey Bosa, su flamante elección de primera ronda en el draft, y Brandon Mebane, procedente de Seattle, debe dar un importante salto de calidad; trajeron a Hayward para sustituir a Patrick Robinson en el corner, eligieron a Hunter Henry para cubrir la marcha de Green en el puesto de tight end; a Travis Benjamin como receptor tras la retirada de Malcom Floyd… Quizá solo la posición de safety haya quedado coja, y sorprende bastante que ni siquiera intentaran reforzarla con rondas bajas del draft.
El trabajo ha sido lógico, y aparentemente bueno. Si cada jugador rindiera a su auténtico nivel, deberían aspirar al título de división, y más teniendo como quarterback a una estrella como Rivers. Sin embargo, tanto movimiento no ha logrado apagar ese tufillo a provisionalidad, y a que en esa plantilla casi todos rindan por debajo de sus posibilidades. Hasta parece que Mike McCoy, pese a un esperanzador inicio, ha terminado por contagiarse de tanta modorra y conformismo.
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Las tres claves del equipo por Pablo Fernández
1 Los Chargers hicieron una gran inversión por Melvin Gordon y su año rookie ha sido para olvidar. No ha aportado la explosividad ni la capacidad de generar grandes ganancias que se le presuponía. En un ataque falto de individualidades que puedan marcar diferencias, es necesario que Gordon remonte el vuelo y pueda convertirse en factor diferencial.
2 La defensa no tiene la entidad suficiente como para competir con otras defensas de la AFC West. No destaca en ningún apartado y es una de las peores de la liga a la hora de conseguir sacks (32) y también una de las peores a la hora de parar la carrera. La elección de Joey Bosa y el progreso de Denzel Perryman pueden dar la vuelta a la situación.
3 Pese a acabar con un balance positivo en sus dos primeras temporadas, Mike McCoy no contaba con el apoyo de una gran parte de la afición de San Diego. El balance de 4-12 que dejó el año 2015 no ha ayudado para que cambie la percepción que se tiene de él. Un año sin mejoras y McCoy, con afición y prensa en contra, será despedido.