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Desde el Bullpen

Los Red Sox y el plato de judías

Disputado el primer mes y medio de temporada regular, los Boston Red Sox aparecen donde se les esperaba, entre los candidatos.

Los Red Sox y el plato de judías
AFP

Existe una pintoresca teoría que dice que los equipos son como los platos de judías. La base de este razonamiento se sujeta en que cuando las judías se echan al plato quedan revueltas, pero cuando se espera un poco, el reposo hace que la entropía se reduzca y las legumbres muestren un aspecto ordenado con el chorizo y la oreja colocados perfectamente. Los Red Sox han necesitado un tiempo para que ese orden se produzca y se muestran como un equipo sólido aspirante a todo.

Una de las pocas buenas noticias de la temporada pasada vino del outfield, donde demostraron tener mimbres como MooKie Betts y Jackie Bradley Jr. que permitían construir con garantías. La llegada en agosto de Dave Dombrowski como jefe de operaciones ha servido para aplicar un principio básico, refuerza donde tengas debilidad y mantén tus fortalezas.

En Fenway arraigó la idea de que si la temporada pasada hubiesen tenido un potente pitcher número uno, el equipo podría haberse clasificado para jugar en octubre. Para no volver a tropezar dos veces en la misma piedra, los Medias Rojas tiraron la casa por la ventana para contratar a David Price. El ace ha comenzado de manera dubitativa, es la oreja del plato de judías y parece que no acaba de encontrarse en su salsa. Lo mismo elimina a 12 jugadores de los Astros por Strike Out, que lanza en el Yankee Stadium bolas que son vistas como balones de playa por los bates del Bronx. Todo lleva su tiempo y desde luego todo apunta que a medida que pase la temporada Price irá mejorando sus prestaciones.

Pero aquí no acaban las buenas noticias para los de Massachusetts, a pesar de la baja por lesión en el hombro de Pablo Sandoval. Los defensores del diamante, con Dustin Pedroia en la segunda base, Travis Shaw en la esquina caliente, Xander Bogaerts como shortstop y una solvente prestación como primera base de Hanley Ramírez hacen que la defensa de los de Boston muestre una gran solidez. Si la midiéramos en términos geológicos, acorde a la escala de Mohs, afirmaríamos sin lugar a dudas que están más cerca del, valga la analogía, diamante que del talco.

Ofensivamente los bates están mostrando una potencia de fuego digna del mejor cuerpo de artillería. Jackie Bradley Jr. ha dejado atrás las dudas que mostró la temporada pasada en este aspecto y David Ortiz, aportando el picante de todo buen plato de legumbre, demostró en el estadio de los Yankees que una cosa es estar de gira de despedida y otra no tomarse las cosas en serio.

El propio Big Papi ha sido protagonista de una de las noticias más emotivas de los Yankees, ya que dedicó un home run a Maverick Schutte, un niño de seis años que sufre un defecto cardiaco y en su corta vida ha sido sometido a 30 operaciones. El pequeño acudió de visita a Fenway Park y allí realizó el lanzamiento inicial con el propio David Ortiz como receptor.

Acorde a los últimos años, los Red Sox o terminan primeros de su división o terminan últimos. De momento la encabezan junto a los Oriols y parecen una apuesta más segura a largo plazo que los de Baltimore. En Boston esperan que el plato de judías, naturalmente pintas como sus medias, se haga a fuego lento durante la campaña para llegar en su punto a octubre.