BUFFALO BILLS

Los Bills despiden a Mario Williams y animan el mercado

El equipo de Buffalo corta al pass rusher para ahorrarse 13 millones de dólares y le convierte en una de las mejores piezas de la agencia libre.

Getty Images/AFP

La era Mario Williams en los Buffalo Bills ha llegado a su fin. El club ha comunicado al pass rusher que le ha cortado. 

Con este movimiento el equipo se ahorra 12,9 millones de dólares contra el espacio salarial este año, aunque se tiene que 'comer' siete millones en dinero muerto para posteriores campañas. El jugador queda libre, convirtiendose de facto en uno de los tipos más importantes del mercado de agentes libres pues sigue siendo un más que respetable cazador de quarterbacks.

Mario Williams había fichado un contrato colosal con los Bills en el año 2012, con 100 millones de dólares de número total y 50 millones de dinero asegurado. En su día tenía sentido para ambas partes. El que había sido número uno del draft, por los Houston Texans, quería maximizar monetariamente su valor y en Buffalo andaban escasos de referentes, de nombres que pusieran patas abajo a la afición. Su llegada fue un revulsivo para la afición, y el jugador encajó muy bien.

De hecho, jugó al nivel que marcaba su contrato hasta la pasada temporada. La llegada de Rex Ryan a la banda en Buffalo acabó con la luna de miel. El esquema básico de la defensa cambió a una 3-4, que en nada beneficia a las capacidades de pass rusher puro de Williams, y el jugador comenzó a quejarse del esquema y, lo que es peor, a tomarse jugadas sin dar el máximo esfuerzo. El divorcio era inevitable.

Pero no sólo por el aspecto deportivo. En lo económico los Bills tienen la peor situación salarial de toda la liga y han de hacer espacio para renovar a dos hombres de línea como Cordy Glenn, al que etiquetarán como 'jugador franquicia', y Richie Incognito. La liberación de esos casi 13 millones de dólares es esencial para Buffalo. De hecho, también hoy mismo han cortado a Kraig Urbik y Bobbie Dixon.

En cuanto al jugador, no cabe duda que amortizará su salida a una agencia libre que aparenta anémica, con los equipos cerrando a sus grandes figuras por lo civil o por lo criminal. Aún es capaz de ser muy útil a muchos equipos de esta liga y lo normal es que haya una puja fuerte por sus servicios.

Al final, es una decisión entendible por parte del equipo y que es positiva para todas las partes: los Bills pueden afirmar su línea ofensiva, el jugador se va de un esquemas y un entrenador que no le gustaba... y la NFL se asegura un gran nombre para el mercado de la agencia libre.

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