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CAROLINA PANTHERS

Jugar o no jugar, he ahí la cuestión para los Panthers

El equipo de Carolina ha de decidir si continúa apostando por buscar una temporada perfecta o preserva a sus hombres de potenciales lesiones.

Ron Rivera y la defensa de los Carolina Panthers.
GRANT HALVERSONAFP

Faltaban veintidós segundos para concluir la primera mitad en el Bak of America Stadium de Carolina cuando el público enmudeció. Con los Panthers ganando 22-0 a los Falcons, Greg Olsen era el objetivo en la end zone de un nuevo pase de touch down. El tight end se fue al suelo y se agarró su rodilla izquierda con gesto de dolor. Fue un momento de pánico en el que el récord de la temporada, 12-0 al inicio del partido y, visto lo visto hasta entonces, 13-0 con seguridad al concluirlo, pasó a un segundo plano.

Ya antes, y después, la afición de Carolina había encogido el alma. Cam Newton, primero, y Jonathan Stewart, después, fueron objeto de golpes que les apartaron, si quiera de forma puntual, del terreno de juego. En un momento dado el ganar 38-0 a los de Atlanta sólo fue una excusa para mirar con congoja a cualquiera que se fuera al suelo.

Así es la naturaleza de este juego. Las lesiones son parte del mismo porque la violencia es parte del mismo. Es por eso que al llegar estas alturas del año el debate es siempre el mismo: ¿deben los equipos que están clasificados para playoff seguir dándolo todo domingo tras domingo?

Es un asunto completo que en el caso de los Carolina Panthers se mezcla con un montón de historias personales que tendrán un impacto en la decisión que debe tomar Ron Rivera: jugar o no jugar.

La NFL ha visto sólo una temporada perfecta en su historia. Fue en 1972 y la remataron los Miami Dolphins. Entonces la liga regular era de 12 partidos y los playoffs de 3, por lo que su récord final fue de 15-0. A aquel equipo lo entrenaba Don Shula cuyo hijo, Mike Shula, es el coordinador ofensivo de los Panthers. Si Rivera le pregunta a él es probable que le responda que el único objetivo posible sobre un campo de football es ganar, ganar con todo, ganar siempre y ser capaces de igualar/superar (escoged lo que más os guste) al equipo de su padre; su experiencia le dice que es la forma en la que se ganan campeonatos.

El propio Rivera tiene una historia que contar al respecto. Fue linebacker de los míticos "Monsters of the Midway", el equipo de los Chicago Bears de 1985. Aquella defensa está considerada como una de las mejores de todos los tiempos y, desde luego, no se dejaron ni una pulgada por pelear en el campo, en ningún partido. Acabaron 18-1, ya con el formato actual de temporada regular. Su única derrota fue en uno de los Monday Night más famosos jamás jugados, contra los Miami Dolphins de Dan Marino. Aquel Rivera jugador no habría querido oír hablar de descansar antes de los playoffs.

Hay más. En una plantilla con un buen equilibrio de veteranos y jóvenes, cada uno tiene su historia. Pongamos por ejemplo a a Jared Allen. El pass rusher perteneció a los Minnesota VIkings que en las últimas jornadas del aaño 2009 perdieron el factor cancha en favor de los New Orleans Saints, y fueron a morir en la orilla del SuperDome de Louisiana en la final de la NFC. 

Pero para los jóvenes, sin embargo, puede que la mística del 16-0 que los New England Patriots protagonizaron en 2007 sea muy poderosa. Pero nadie ha olvidado que ese equipo llegó desfondado al final del curso y perdió la Super Bowl frente a los New York Giants.

Cada año hay equipos que se toman las últimas semanas de competición, cuando ya están clasificados, como días para descansar a sus titulares. Y luego son eliminados en la primera ocasión en la que prueban los playoffs. Pero, con las mismas, cada año aa la Super Bowl llegan equipos que tienen a sus jugadores claves sanos, porque estar sano es imprescindible para ganar.

Los Panthers tienen en juego sólo el factor cancha para sus dos partidos de playoff. Ya tienen asegurado el bye de primera ronda y sacan dos partidos de ventaja, con tres jornadas por jugar, a los Arizona Cardinals. Es obvio que van a llegar al dilema clave que tantas veces se ha dado en esta liga. Y, entonces, Ron Rivera tendrá que tomar una decisión: o va a por todas a por la temporada perfecta y ser el mejor equipo de la historia, que se dice pronto, o conserva y se "conforma" con ganar la Super Bowl. Cada recodo del camino tiene sus riesgos y, suceda lo que suceda, se le juzgará por el resultado y no por la lógica de su decisión. Es lo que tiene ser entrenador en la NFL.