SERIES DE CAMPEONATO LIGA NACIONAL

El factor desequilibrante de Syndergaard y Murphy

Las contribuciones del pitcher titular y las del segunda base están suponiendo la diferencia en los primeros encuentros de la NLCS.

AL BELLOAFP

Los Mets se colocan a dos partidos de ganar la Liga Nacional y sacar billete para la Serie Mundial tras batir en el segundo partido de la serie por el campeonato a los Chicago Cubs con un tanteo final de 4-1.

La historia de este 2015 en los Mets parece descrita a recordar aquellos Mets del 69 que ganaron la Serie Mundial por sorpresa tras unos primeros años perdedores para la franquicia. Los Mets de Gil Hodges, un manager 'perdedor' que acabó con balance negativo en su carrera, llevó el primer campeonato a Queens apoyándose en dos abridores estelares: Tom Seaver y Jerry Koosman. Tom Seaver acabó aquella campaña con 25-7, 2.21 de ERA y Jerry Koosman con 17-9, 2.28 ERA, pese a sus dos grandes bazas en la rotación, los equipos que Hodges se caracterizaron por administrar las ventajas con un buen bullpen, ya que nunca tuvo una gran ofensiva y mucho banquillo que aportaba un plus defensivo. Es decir, mucho pitcheo y no demasiada ofensiva.

Es cierto que tras la llegada de Yoenis Céspedes la ofensiva de los Mets se potenció, pero hasta entonces no tenían demasiada y solo aguantaban el tirón de los Nationals a base de un pitcheo sobresaliente. Y esa hoja de ruta parece que les está llevando de nuevo a un posible milagro, como ya lo fue en el 69. Lograron deshacerse de la polémica con el límite de entradas lanzadas por Harvey y el efecto multiplicador que Wilmer Flores le aportó con sensibilidad e identificación al fanático, se ve reflejada en el alma del equipo. Su sobrecogedor llanto en un partido creyendo que estaba traspasado a los Brewers, sin duda, hizo aún más efecto de equipo. Así lograron arrebatarle la división a Washington. Además, el venezolano está jugando por la lesión de Tejada.

Syndergaard maniató ayer a los Cubs con una poderosa demostración de potencia en su brazo derecho. Lanzó 22 bolas rápidas, de las cuales 18 fueron strike. Velocidad media de 98.4 millas con una velocidad máxima de 100 millas. Su poderoso sinker no se quedó atrás. Lo lanzó 39 veces, de las cuales 26 fueron strike. Velocidad media 98.3 con una velocidad máxima de 99.8 millas. El lanzallamas del texano lució sin esperar demasiado tiempo a la cobertura ofensiva.

Esa cobertura ofensiva no viene liderada por el cubano Céspedes, la adquisición que encajó como anillo al dedo de los Mets en la segunda parte de la temporada, ya que Céspedes viene acusando un slump importante. Sin embargo, el factor sorpresa de Daniel Murphy está llevando en volandas a los Mets camino de otro campeonato sorpresa, pero muy merecido en caso de acabar terminando el trabajo y consiguiendo el objetivo.

Murphy le bateó un solo HR a los zurdos en toda la temporada regular , empujando únicamente 11 carreras. En postemporada, ya dio tres (2 vs Kershaw y 1 vs Lester), empujando cuatro carreras. Ayer, contra el derecho Arrieta también extendió su ardiente racha para hacer tronar el madero y volver a sacar la bola del parque. Tras ser 13º en promedio de bateo en 2014 en toda la Liga Nacional, este año fue algo peor en eso, ya que bajó al 24º lugar.

Sin embargo, su espectacular racha en postemporada le lleva a batear .357 con un total de cinco jonrones y ocho carreras impulsadas. Con este factor Murphy en marcha, ¿quién necesita a Céspedes? Los Mets no sufrirán tanto el slump del cubano que puede ser un factor decisivo más adelante. La serie se traslada a Wrigley y tras Harvey y Syndergaard, los Mets todavía no utilizaron a su estelar abridor Jacob deGrom.

Mucho pitcheo que les asegura una proyección futura muy halagüeña. Al final y tras 150 años, este juego se sigue ganando con pitcheo.

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