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NCAA

Guía básica para disfrutar del football universitario

Muchos nos habéis pedido que expliquemos como funciona el campeonato de la NCAA y aquí os lo vamos a explicar para que no os perdáis.

Ohio State levantando el trofeo de campeones de la temporada 2014.
Christian PetersenGetty Images/AFP

Hoy comienza el football universitario, el campeonato de la NCAA. Es un día de fiesta para los aficionados al deporte en Estados Unidos ¿En el resto del mundo? Errrr, pues no tanto, la verdad. Ya de por sí es un deporte minoritario fuera de su país de origen, pero es que, además, de entre los seguidores de la NFL aquellos que se han arrimado a la versión colegial del deporte son los menos.

Las razones son varias. Muchos no encuentran la forma para seguirlo de manera regular, pues sus partidos no se retransmiten por ninguna televisión en nuestro país. Otros se han puesto algún partido que otro pero han desistido ante la obvia diferencia de nivel con los profesionales. Los de más allá no saben si quiera que existe. Pero un número importante de todos los demás, sencillamente, no han sido capaces de meter mano a un sistema de competición agreste, asimétrico, complejo y han desistido al primer intento. Para estos últimos está dirigido este artículo.

Vaya por delante que estoy enamorado de esta competición. La pasión, la tradición, el colorido, la diversidad y la estética me parecen incomparables con ninguna otra. Y digo ninguna otra. Es probable que en mi imaginario sólo un etapón de los Pirineos o de los Alpes con 300.000 personas en la cuneta, un Mundial de fútbol con sus decenas de aficiones mezcladas (pero sin vuvuzelas, por favor) o una final de los 100 metros lisos en unos Juegos Olímpicos lleguen a un nivel similar en cuanto a factor impresionante... pero son puntuales y no sostenidos en el tiempo como la NCAA. Así que sabed que clase de exagerado os está contando esto.

Lo primero que hay que decir es que para ver los partidos el único método legal en España es el de suscribirse a ESPN Player. Y lo segundo, que el servicio está a años luz de los streams oficiales de las ligas profesionales norteamericanas; tened eso claro. Ahora sí, vamos al jaleo.

¿Cuantos equipos juegan?

Hay 120 universidades en lo que podríamos llamar primera división. No se llama así y estas 120 no sólo juegan contra equipos de primera, pero seguidme. Dado que sólo hay 12 jornadas, y a pocas matemáticas que sepáis, veréis que no pueden jugar todos contra todos. Aquí empiezan los problemas.

¿Cómo es el calendario?

Hay 12 jornadas, como he dicho. El grueso de ellas se disputa los sábados. Hay partidos de martes a lunes, como quien dice, pero los grandes, grandes, el 95% de los encuentros, suelen ser los sábados, en jornadas maratonianas.

De esas 12 jornadas, 8 o 9 son contra rivales de conferencia. Depende cada liga el si son 8 o 9 pero, en cualquiera caso, sólo quedan 3 o 4 fechas para jugar contra rivales que no sean de la misma conferencia. Estos partidos suelen estar a principio de la temporada, con algunas excepciones. Estas excepciones tienen que ver con la jornada final, que se reserva para grandes rivalidades y, en algunos casos, estas no son de la misma conferencia.

¿Cuantas conferencias hay?

10 en primera división. Pero de ellas las realmente importantes son las conocidas como Power Five que, sí, muy hábiles, son cinco. La SEC, en el sureste del país, la Big Ten, en el medio oeste norteño, la Pac-12, en el Pacífico, la Big XII, en la zona central, y la ACC, de la costa atlántica. Cada una de ellas tiene entre 14 y 10 equipos.

Volvemos a las matemáticas. "¿Conferencias de 14 equipos, con 12 jornadas y sólo 8 partidos dentro de la misma conferencia? Eso no me cuadra..." En efecto, he aquí otra rareza de todo el sistema de competición, pues algunas conferencias tienen dos divisiones y es contra los equipos de tu división contra los que juegas todos los años mientras que van rotando los de la división de en frente. ¿Caótico, eh?

Los ganadores de esas divisiones juegan, tras los 12 partidos de temporada regular, la final de la conferencia, lo que da un campeón de la misma. Bueno, salvo la Big XII, que son 10 y pasan de tener final, así que se da el caso (como el año pasado) que puede haber dos (o más) campeones empatados a victorias y derrotas.

Además, hay tres equipos independientes que no tienen división. Entre ellos uno de los más prestigiosos e importantes: Notre Dame, que presume de ir por libre en la vida. No obstante, su calendario siempre es complicado porque tiene rivalidades anuales con grandes potencias, merced a su pasado glorioso, y juega cinco partidos contra rivales de la ACC.

Oye, que has dicho que hay 5 grandes conferencias, 5 no tan grandes y otros tres equipos independientes... ¿como se forman los playoffs?

¡Bienvenido a la NCAA cuando ya hay playoffs! Durante años los fans clamamos porque hubiese playoffs, pero no fue hasta el año pasado que se instauraron. Hasta entonces la final la disputaban dos equipos elegidos como los dos mejores de la temporada. Y eso bien entrado ya el siglo XXI que antes, directamente, se elegía al campeón.

Veo que vas entendiendo que esto es otro rollo a cualquier cosa que conozcas.

Verás. Hay una serie de rankings a lo largo del año que ordena los equipos de mejor a peor. Los dos más famosos, importantes, tradicionales y prestigiosos son los de AP (periodistas) y el de los propios entrenadores de la NCAA. Con esos, y un ranking informático que contabiliza factores como puntos conseguidos y dureza de los rivales, se elaboraba un top 25 de la nación del que el #1 y el #2 eran elegidos para jugar la final. Ahora esos tres rankings sólo son orientativos porque un comité de sabios se encarga de hacer uno oficial y, tras la disputa de la jornada 13, la de las finales de conferencia, los cuatro primeros de esa clasificación van a los playoffs, que es una Final Four.

Supongo que la cabeza te está explotando. Sí, en efecto, no es broma: los cuatro equipos que van a la Final Four se eligen a dedo. No es tan terrible como podría parecerte. Es casi imposible que entre esos cuatro no estén campeones de división, por lo que el número de candidatos de reduce drásticamente a cinco. Podemos sumar a Notre Dame, si ha tenido una temporada perfecta (12-0) o cuasi (11-1 con campeones de conferencia con dos derrotas o más), y a alguno de las conferencias menores sí, eso, son perfectos, han ganado a algún rival de campanillas (de las Power Five) y hay huecos obvios en alguno de los campeones. 

Lo normal, no obstante, es que sea obvio que dos o tres equipos han de estar y el último puesto quede debatible entre otros dos. No es que 60 equipos clamen que se merecen ir a los playoffs cada año.

Que jaleo, pero creo que lo pillo

¿Sí? Pues espera, que vienen curvas. No quiero extenderme mucho en lo siguiente, pues ya no tiene la INMENSA importancia que tenía pero, al menos, tengo que nombrar al...

Sístema de Bowls

Una de las grandes tradiciones de esta competición son las Bowls. Se disputan en Navidad y Año Nuevo y enfrentan a los mejores equipos del año. En su origen lo eran todo. Como os he explicado antes, es muy difícil cuadrar el calendario, así que había grandes universidades que no se enfrentaban nunca... salvo en estas Bowls finales, pues estaban pensadas como partidos en territotio neutral entre, por ejemplo, el segundo clasificado de la SEC y el segundo de la Big XII.

Hay 43, así que hay 86 equipos que se clasifican para ellas. Antes, ya digo, lo eran todo. Ahora siguen siendo una gran fiesta final, pero la llegada del playoff las ha puesto en un segundo plano.

De estas 43 hay seis que son las principales: Rose Bowl, Fiesta Bowl, Orange Bowl, Sugar Bowl, Peach Bowl y Cotton Bowl. Se juegan tres en Nochevieja y tres en Año Nuevo. Cada temporada. Imaginad lo popular que soy en mi casa cuando llegan las fiestas señaladas y yo ando con esto todo el día a cuestas... eso, imaginad a mi madre, o a mi mujer, o a mi hija. En fin. Hay que vivir con ello.

Pues bien, de forma rotatoria, dos de ellas acogen las semifinales de la Final Four. Este año les toca a la Cotton y a la Orange, Nochevieja. Ni como las uvas (que la primera empieza a las diez de la noche nuestras) ni salgo de cotillón. No os riáis, mejor esto que cuando tocan en Año Nuevo con toda la resaca a cuestas. La final se juega más de una semana después: el lunes 11 de enero.

Vale, vale, ya lo iré pillando, pero... ¿a quién hay que ver este año?

Me alegra que me hagas esta pregunta.

El gran favorito del año es el campeón de la pasada campaña: Ohio State. Juega en la Big Ten y, os cuento un secreto, es una conferencia muy chachi porque les gusta jugar los sábados a las doce del mediodía, seis de la tarde nuestras, que todavía te pilla fresco como una rosa. Su gran rival en casa va a ser Michigan State. Y comienza uno de los duelos más esperado del año: Ohio State y Michigan. Este par de rivales históricos, no os digo más que su partido anual se conoce por el conciso y muy significativo nombre de The Game, pueden reverdecer cuitas con la llegada de Jim Harbaugh, el exentrenador de los San Francisco 49ers, al banquillo de Michigan. Morbo asegurado, pues Uban meyer, entrenador de Ohio State, es una de las grandes autoridades del deporte y ninguno de ellos va a esquivar el destino que les espera: liarse a guantazos dialécticos, polémicas y acusaciones mutuas.

La SEC es la conferencia más potente y reputada. Hay años en los que se aboga para que en el playoff haya dos equipos de ella. Es más, en la temporada 2011, cuando no había Final Four sino sólo Final, esta la disputaron dos equipos SEC: Alabama y LSU. Pues bien, aquí los favoritos son la todopoderosa Alabama de Nick Saban, la pinturera Auburn y la renacida Georgia.

En la PAC-12 es la hora de que USC vuelva a la cima, aunque Oregon, aún viviendo de las rentas de la increíble era de Chip Kelly, no ha dicho su última palabra.

La gran damnificada del sistema el año pasado fue la Big XII, pues sus dos co-campeones, TCU y Baylor, se quedaron fuera del playoff. No pasará este año si alguno de los dos acaba invicto, o sí lo hace Oklahoma, pues con una bofetada basta y dos seguidas sería demasiado.

En la ACC todo parece que estará entre Florida State y Clemson y, aunque no es de la conferencia como os he dicho antes, incluyo aquí a Notre Dame porque pinta a buen año para ellos, y si todo sale bien estará en la pomada.

De entre las conferencias menores, como casi todos los años, es Boise State la que mejor pinta tiene. Esta universidad, con alguno de los momentos recientes más gloriosos de la NCAA por su empeño en ganar a equipos de la Power Five, incluido un mitiquísimo revolcón a Oklahoma en la Fiesta Bowl de la temporada 2006, es conocida como "el más grande de los College pequeños".

Todo esto sin perjuicio, por supuesto, de las sorpresas que la competición nos deparará.

No te voy a mentir, yo lo que quiero es saber a que QB van a elegir los Redskins con el #1 del próximo draft

Aquí os quería ver. Caretas fuera.

Buenos, seamos serios: nadie sabe eso. Nadie. Hay cientos de páginas especializadas en seguir chavales de la NCAA de cara al draft y, las más de las veces, están dando vueltas sobre sí mismas hasta que llegan los dos meses previos al draft. No es que no hagan un trabajo fabuloso. Lo hacen. De verdad que sí. Y son tan útiles como divertidas. Pero hasta que los profesionales no se ponen a evaluar jugadores, todo lo que leáis hay que tomarlo con su pizca de sal. Es decir, puedes pensar que tal jugador va a ser top 3, pensarlo durante un par de años porque todo el mundo lo piensa... y llega la Combine y acaba siendo un segunda ronda. Ha pasado demasiadas veces como para no tenerlo en cuenta. Así que regla de oro: hasta marzo del año que viene todo esto son suposiciones con poco fundamento.

Pero, ya que nos ponemos, ahí va la lista de los QBs que suenan para ser primera ronda el año que viene: Connor Cook (Michigan State), Jared Goff (California), Cardale Jones (Ohio State) y Christian Hackenberg (Penn State).

Otros jugadores estrella serán: Joey Bosa (DE, Ohio State), Jalen Ramsey (CB, Florida State), Tyler Boyd (WR, Pittsburgh), Zeke Elliot (RB, Ohio State), Myles Jack (OLB, UCLA), Enmanuel Ogbah (DE, Oklahoma State), Robert Nkemdiche (DE, Ole Miss).

Y, aunque aún no pueden presentarse al draft, pues sólo van a cumplir su segundo año en la Universidad, si os va el juego de los running backs no os perdáis a Leonard Fournette (LSU) y Nick Chubb (Georgia). También tened en mente al que es el freshman (rookie) más impresionante de la clase, Byron Cowart (DE, Auburn), y al del año pasado, Da'Shawn Hand (DE, Alabama).

Venga, pues vamos a darle

Efectivamente, es hora de dejarnos de palabrería y empezar a disputar de la orgía de partidos, que esto empieza ya. Recordad que hemos analizado lo que será la primera jornada en Diario de As América hoy. Ya sí, esta pequeña guía se acaba aquí.