Tony Romo deja el golf y se centra en mejorar su espalda

Tony Romo ha decidido dejar el golf, que es su mayor hobby, su gran pasión, más allá del fútbol americano. Esta pretemporada no cogerá los palos. Tampoco lo hizo el año pasado, pero fue por estar convaleciente de su última operación, por lo que fue más una obligación que una decisión.

Es algo muy serio en la vida del QB de los Dallas Cowboys. Incluso llegó a disputar rondas previas del US Open y estuvo a punto de participar en uno de ellos. El US Open es uno de los cuatro grandes que conforman el Grand Slam del golf, por lo que no es ninguna broma el nivel de Romo, a pesar de no ser profesional.

Pero la espalda le ha dado un millón de problemas a Romo y ha decidido que, esta temporada, todos sus esfuerzos se centrarán en fortalecerla y mejorarla lo más posible para afrontar una campaña que, problemas con los running backs aparte, pinta como una excelente oportunidad para pelear por la Super Bowl en la franquicia vaquera.

Hay dos líneas de pensamiento sobre el estado actual de la espalda de Tony Romo y para ambas esta decisión de dejar el golf es gasolina que aviva el incendio.

Existe una corriente de opinión que dice que el estado físico del QB es lamentable. Tras dos operaciones de espalda estaría a un mal golpe de tener que dejar el fútbol americano. Para estos, el esfuerzo de los últimos años en el draft de Dallas, centrado en conseguir hombres (y muy buenos) de la línea ofensiva no tiene tanto que ver con el juego de carrera como con la protección de su inversión cienmillonaria en el puesto más importante del equipo y de su maltrecha espalda. 

Hay una parte muy importante de verdad en todo ello. No en vano, Romo no ha hecho apenas pretemporada los dos últimos años, no ha practicado dos días seguidos y no volvía a los entrenamientos hasta pasado el miércoles durante la temporada regular. Todo por precaución. Por eso este 2015, en el que sí que está haciendo la pretemporada completa con sus compañeros no quiere distracciones ni riesgos innecesarios.

Pero, por otro lado, también es cierto que los Cowboys tienen un equipo digno de ganar una Super Bowl... y Romo tiene 35 años. Estas oportunidades son escasas y hay que cogerlas cuando aparecen, como es el caso.

Lo más probable es que sea una mezcla de ambas: la situación de la espalda de Romo merece extremar las precauciones y el nivel del equipo merece echar toda la carne en el asador. Es por eso que para volver a ver al Tony Romo golfista tengamos que esperar un tiempo, algo que son buenas noticias para los seguidores de los Cowboys estén en el lado que estén de la opinión sobre su QB.